Capítulo 44: Baila conmigo

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— ¿Siempre llevas eso contigo? —cuestiona al ver el envase que le salvará la cara.

Ruedo los ojos.

— Porque pueda golpearte no significa que no sea mujer, salimos preparadas con todo —expreso y le hago señas para que se agache.

El dobla las rodillas haciendo que su rostro quede a la altura del mío. Le ordeno cerrar los ojos y así lo hace mientras quito el rimer y el delineador de cejas que le había quedado.

— ¿Cómo rayos te dejaste hacer esto? —pregunto divertida, lo cierto es que no esperé que Dylan fuera de los que se dejara maquillar por una niña.

— Amenazó con golpearme, créeme, da patadas de muerte.

Me carcajeo.

— ¿Y por qué te quedaste con ella?

Él sonríe ante mis palabras.

— ¿Qué te digo? Soy un puto masoquista.

— Se nota —menciono—. Ya puedes abrir los ojos —digo para echar a la basura ese algodón y tomar otro para seguir limpiando el rubor—. Si que te aplicó una buena —Me burlo concentrándome en limpiar su mejilla pero el guarda silencio.

Dirijo mi vista a sus ojos, los cuales me inspeccionan con calma, y comencé a sentirme nerviosa, no podía apartar mi mirada de sus ojos oscuros.

Su mano sujeta mi muñeca por un instante y mi respiración se dificulta.

— ¿Por qué viniste? —pregunta en un tono bajo.

— Yo... —Las palabras no salían de mi garganta.

« Despierta estúpida. » Me dice mi conciencia y salgo de aquel extraño transe en el que había caído.

Me aparto haciendo que me suelte y él se endereza.

— Solo vine a enseñarte los planos del proyecto, te había llamado pero me colgaste y...estaba pasando por aquí, entonces...

« ¿Por qué demonios trato de darle una justificación? »

— En fin, aquí lo traigo —culmino mi penosa escena y él ríe por lo que yo frunzo mi ceño—. ¿De qué te ríes imbécil?

— No eres una buena mentirosa Bambi —Una media sonrisa adorna su rostro—. ¿Acaso querías verme? ¿Me extrañabas?

— Lo que extrañaré será ver tu rostro con maquillaje —respondo.

— ¡Alexa, ya terminé! ¡Ven! —exclama Kat desde la sala.

— ¡Ya voy! —respondo y de mi mochila saco el plano—, revísalo y dime si hay algún problema.

— Está bien —responde tomándolo y paso por su lado yendo a la sala.

(...)

Media hora después Kat y yo vemos The Umbrella Academy en Netflix mientras comemos pizza, el condenado de Dylan le había bloqueado el canal a la pequeña dejándole solo Disney Chanel.

— Ya valió madres —expreso cuando uno de los malos reta a Cinco y un segundo después él los mata.

— Ya lo revisé y... —escucho la voz del pelinegro entrando a la sala y frunce su ceño—. ¿Por qué están viendo eso?

— Primo, Cinco es genial, les parte la madre a todos —dice la pequeña sonriente.

Él me observa molesto.

— ¿De dónde aprendió esa frase?

— No sé —digo inocente y él chasquea la lengua.

— Es una niña Alexa, no puede ver eso —Me regaña.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora