Capítulo 55: Estrellas

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Pov Alexa

Dylan camina conmigo hacia la orilla luego de que amenazara con dejarlo sin nada con que tener descendencia y resoplo al ver toda mi ropa mojada.

— Me la cobraré —advierto y suelta una pequeña risa, muerde su labio inferior y su vista desciende a mis pechos, bajo mi mirada dándome cuenta que literalmente le estaba mostrando demasiado gracias a que la tela de mi blusa se volvía bastante transparente.

— Te queda bien ese look —comenta divertido trayéndome una toalla que sacó de la mochila—, pero no quiero que te resfríes.

— Pues no me hubieses metido al agua —resoplo mientras trato de entrar en calor.

— ¿Sabes? De hecho mi plan era lanzarte desde allí —Me señala un alto y abro mis ojos del miedo—. Menos mal no te maté.

— Ja, ja —río sin gracia—, no fue divertido.

— Ponte esto —ordena ofreciéndome una polera masculina color azul.

Él quita su camisa mojada sobre su cabeza mientras saca un pantalón seco y una camisa de dentro de su mochila.

— ¿Qué es eso? ¿La versión actualizada del bolsillo de Doraemon?

Bufa ante mis palabras y se acerca a mí.

— Levanta los brazos —dice y entrecierro mis ojos hacia él—. Nadie te va a ver.

— Tú lo harás —señalo y una media sonrisa se asoma a sus labios.

— Alexa, yo hice más que ver tu cuerpo desnudo, no sabes como me estoy conteniendo para evitar que pienses que soy un depravado y no exitarme ante la vista —dice mordiendo su labio inferior y baja la mirada a mi pecho para luego centrarla en mis ojos—. Ahora levanta los brazos, en serio no quiero que te enfermes.

Hago lo que me ha dicho y con lentitud saca mi blusa de mi cuerpo, su vista se pasea por mi cuerpo, frunce sus labios y cierra los ojos, llevando sus manos al broche de mi sujetador y quitándolo.

Sonrío ante esto, sobre todo cuando intenta ponerme a ciegas la polera.

— Dylan, abre los ojos —pido.

— Se ve que la tortura no es para ti —masculla y logra colocarme la polera, me la acomodo y quito mis bragas y minifalda, su ropa es tan grande que me queda hasta sobre la mitad de mis muslos, él abre los ojos cuando le aviso que ya estoy vestida y me observa para luego reír.

— Te ves tan cute —comenta.

— Dylan, no tienes ni idea de las ganas que tengo de asesinarte y desaparecer tu cuerpo.

Me mira fijamente y luego retiene una pequeña risa pero aún así sus comisuras tiemblan, lo que me hace arrugar mi entrecejo.

— Disculpa, pero siento que estoy siendo amenazado por un cupcake.

Inflo mis mejillas, molesta, y él solo se carcajea y me da la espalda — Voltéate Bambi, voy a cambiarme.

Resoplo y me doy la vuelta, a pesar de que todo en mí pide voltear y echar un pequeño vistazo.

Reprimo mi lado acosador y cierro con fuerza mis ojos.

« No te atrevas a voltear. » Me ordeno y voy hasta mi teléfono, viendo la pantalla principal. 30 de enero, 10.13pm.

Minutos después estamos acostados boca arriba en la manta viendo el cielo despejado y tapados por sábanas, me gusta el clima frío que hace, el cielo despejado deja una vista hermosa de las estrellas.

Ambos disfrutamos del silencio de la noche y la paz del lugar.

Volteo a ver a Dylan, él tiene sus ojos cerrados mientras reposa su cabeza sobre sus manos que le sirven de almohada.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora