Pov Alexa
Voy conduciendo hasta casa del pelinegro y no puedo evitar llamarlo, siento que moriré de vergüenza si le digo esto a la cara.
Él toma la llamada nombrándome, hago un pequeño silencio sin saber como comenzar.
— Dylan, tengo miedo —digo sincera centrando mi vista en la carretera.
— ¿Miedo? ¿A qué? —cuestiona confuso.
— Temo que nuestra relación cambie —admito y más adelante puedo ver su casa.
— Bambi...
— Solo escúchame —Lo interrumpo—, sabes que no soy muy buena con esto, es que...ahora mismo me siento algo ridícula —río un poco, nerviosa—. Lo he estado pensando pero, no quiero que cambiemos, si algo saliese mal, no podríamos volver a como era antes, y...
— ¿Prefieres rendirte sin intentarlo? —cuestiona—. Pensé que nunca te rendías.
— Me gustas mucho Dylan —admito—, demasiado, pero no quiero perderte —estaciono frente a su casa y bajo de mi coche, me percato de que la reja está abierta.
— Entonces asegurémonos de no alejarnos —responde—. Intentémoslo.
Me detengo ya frente a su puerta y bajo mi mirada al suelo.
— ¿Y si lo intentamos y no funciona?
— Pues entonces lo volveremos a intentar —dice—, lo intentaremos cuantas veces sea necesario para que funcione —asegura.
Entro a su casa al darme cuenta que la puerta estaba abierta, pero no lo veo en la sala.
— Si —digo subiendo las escaleras hacia las habitaciones.
— ¿Si? —titubea.
— Quiero estar contigo Dylan, mi respuesta es un "si".
En ese momento la llamada se corta y escucho un fuerte grito de ¿victoria?
Entreabro la puerta de su habitación y le veo dando pequeños saltos sobre la cama para luego hacer un bailecito ridículo.
Sonrío ante esto y me recuesto del marco de la puerta, observándolo. En un momento voltea y al verme sus ojos se abren con sorpresa y da un traspié cayéndose de la cama.
Me preocupo ante su quejido y voy hasta él quien no se mueve.
Río un poco y me agacho picando con mi dedo índice su mejilla — ¿Estás vivo?
— Depende de si recordarás ese momento —susurra.
Suelto una carcajada.
— Eso nunca lo olvidaré, tenlo por seguro.
— Entonces no —Se hace el muerto.
Ruedo los ojos, divertida.
— Bueno, ya que no estás vivo buscaré a alguien a quien bes...¡ahah! —Un pequeño chillido sale de mis labios cuando sujeta mi muñeca y jala de mí, haciendo que caiga sobre su cuerpo.
Me levanto un poco viendo su rostro, él entrecierra sus ojos hacia mí — ¿Tan rápido ya te buscas a otro?
Sonrío y beso sus labios, con suavidad, disfrutando de su contacto, sus manos viajan bajo mi blusa y acarician mi espalda, su tacto se desliza buscando mi piel, doy una mordida a su labio inferior y un gruñido ronco emana de su garganta mientras un apretón en mi trasero se siente extremadamente bien.
Hace que voltee, invirtiendo posiciones y su lengua se escurre entre mis labios, aprisionándome contra su cuerpo.
— Me encantas Dylan —admito sobre sus labios y entonces se separa de mí.
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Perfectamente imperfectos
Teen FictionUna chica con un pasado incierto causa la curiosidad de uno de los herederos más poderosos de la universidad privada a la que asiste. Un chico bajo la presión social de su padre tiene la ideología de que debe ser la imagen de la perfección. Un reenc...