Capítulo 58: Respuesta

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Pov Dylan

Estoy abrazado a Alexa en aquel sofá-cama, mientras ella reparte caricias a mi cabello y yo acaricio con la yema de mis dedos su espalda. La casa está en silencio y fuera el sonido de la lluvia golpeando con la ventana crea un ambiente muy reconfortante.

Sonrío al ver el collar que cuelga de su cuello, el dije color blanco con una "B" tallado en este.

« ¿Cómo no me di cuenta antes? »

Su carácter, su fuerza, la manera de proteger a otros, era tan obvio. Bambi resultó ser Bonita, terminé enamorándome de mi amiga de la infancia.

Beso su pecho y me inundo con su olor, tiene un ligero aroma a canela que me brinda paz.

— No seas aprovechando —da un pequeño tirón a mi cabello y muerdo, sin hacerle daño, uno de sus pechos—. ¡Imbécil! —Se queja dándome un coscorrón y río por mi maldad.

— Eres perfecta —mascullo y paso mi lengua por sus pezones endurecidos, aprieto su trasero y un jadeo amortiguado por ella intenta ser escuchado.

— Desgraciado, ¿no estás satisfecho? —cuestiona y con una sonrisa me acurruco contra su cuerpo.

— ¿De ti? Jamás —aclaro

— Por cierto, aun me debes mi salida a una tienda de Harry Potter, recuerda que compraré todo bajo tu tarjeta.

Río un poco recordando ese momento.

— Si, lo sé —Un par de segundos después lo comprendo.

Esta es nuestra tercera cita y final, entonces quiere seguir viéndonos.

Levanto mi cabeza y la observo con sus ojos cerrados, sin embargo sus mejillas la delatan.

Vuelvo a mi refugio en su cuerpo.

Ella siempre será así de hermosa, así de única, tan imperfecta.

Pov Alexa

¿Quién lo diría? Al final si terminé disfrutando de San Valentin. Y ahora estoy escondiéndome del pelinegro que ha puesto mi mundo al revés.

Estoy bajo las gradas de la cancha de la universidad cuando una voz me sorprende.

— Bambi —volteo exaltada hacia Dylan quien parece molesto, y lo comprendo, de verdad lo hago.

— Dylan, yo solo...

Me mira serio.

— ¿Por qué estás huyendo de mí? —pregunta, causa de que he tratado de evitarlo durante todo el día—. ¿De qué se trata esto? ¿Estás jugando conmigo?

— ¡No! —Me apresuro a negar y sus ojos me reflejan dolor.

— ¿Entonces por qué actúas de esta manera? —Me pongo de pie hasta estar frente a él—. ¿Solo querías eso de mí? —cuestiona—. Porque no entiendo tu actitud, ¿querías acostarte y luego...?

No permito que termine su frase, no puedo hacerlo, beso sus labios y acaricio sus mejillas.

— No acabes tu idea Dylan —digo al despegarme de sus dulces labios—. Ayer hice mal —admito recordando aquel momento en que pidió mi respuesta, y literalmente huí, sonrío—. Nunca me había comportado de esa manera, pero...supongo que solo entré en pánico.

— No tenías por qué hacerlo —recrimina.

Suspiro derrotada.

— Lo sé, estuvo mal, y no sé que me pasó, pero jamás podría hacerte daño ni usarte, solo, tuve miedo —admito.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora