Pov Dylan
Ha llegado la mañana y han comenzado las competencias deportivas. Hoy tocan fútbol, karate y voleibol, mañana baloncesto, tenis y atletismo. Nuestro tercer día en este ridículo experimento social es libre y luego de vuelta a casa.
Estuve observando un rato a nuestro equipo de voleibol donde Sheyla estaba bastante concentrada e íbamos delante por un par de puntos.
Escuché que el equipo de karate de la universidad rival es muy fuerte e íbamos perdiendo, ni loco me meto ahí para escuchar las burlas hacia nosotros.
Todos a mi alrededor se alegran cuando Sheyla vuelve a marcar un punto.
Alguien pasa corriendo tras de mí a una velocidad impresionante, volteo mi rostro hallando a un chico quien se acerca a otros dos a mi lado.
— Es increíble —dice jadeante.
— ¿Qué cosa? —pregunta uno de sus amigos.
— Íbamos perdiendo, pero, ella solo entró y... —Se le va el aire.
— ¿Qué ocurrió? —exige interesado el otro.
— Vamos con tres rondas ganadas sobre ellos.
— Pero si íbamos perdiendo.
— Lo sé, fue Roja.
« Esto comienza a ser interesante. » Pienso al escuchar el apodo con el que es nombrada Bambi en sus competencias.
Me alejo sin seguir oyendo su conversación y entro a la residencia, caminando hacia la estancia que se había preparado para este deporte.
Abro las puertas y se oye un gran alboroto nombrando a Alexa, me acerco entre las personas viendo a la castaña bloquear un ataque y propinar una patada lateral a su contrincante quien retrocede sofocada.
Bambi estabiliza su respiración pero no espera a que la chica contra quien lucha se recupere, va hasta ella y en una patada giratoria golpea su cabeza y esta cae al suelo justo segundos antes de que el árbitro gritara "yame" y adquiriera los tres puntos restantes para sus ocho y ganar la ronda.
Su concentración era máxima y viéndola de este modo, realmente me sorprende.
Ella hace una reverencia al igual que su adversario y voltea, se acerca donde un profesor le entrega una toalla y la felicita, ella seca su sudor y de repente su vista se posa en mí.
Eleva una ceja ante mi escudriño.
— ¿Qué me ves? —gesticula para luego ofrecerme una sonrisa de suficiencia.
Verla pelear me recordó a cuantas veces me ha pateado el trasero, y si lo pienso bien, ha sido bastante amable con sus golpes, por lo menos nunca me dio una patada en la cabeza que me dejara aturdido.
¿Debería agradecerle?
Cinco minutos después ella vuelve a su posición, esta vez contra un chico, ambos se reverencian.
— No te preocupes, trataré bien a una dama —Es lo que puedo entender al leer los labios de él.
¿Alexa? Ella elegantemente y con todo el respeto del mundo en mitad del saludo formal le saca el dedo medio para luego ponerse en posición de ataque.
Esto será una pelea divertida.
(...)
Ha caído la noche y camino fuera de la residencia mientras escucho música y me pierdo en el sonido. La luna llena se hace presencia en el cielo y un ligero viento rodea los árboles alrededor del área.
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Perfectamente imperfectos
Teen FictionUna chica con un pasado incierto causa la curiosidad de uno de los herederos más poderosos de la universidad privada a la que asiste. Un chico bajo la presión social de su padre tiene la ideología de que debe ser la imagen de la perfección. Un reenc...