Capítulo 68: Juntos

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— Hola novata —levanto mi vista de mi merienda en horario de recreo cuando Kail se sienta en el puesto frente a mí volteado hacia atrás.

— Oye, ¿como es que estás aquí? —cuestiono confundida.

— Me hieres —lleva una mano a su pecho dramáticamente—. He venido aquí para estudiar, mi padre descubrió donde me había inscrito y me cambió en seguida de universidad —rueda los ojos con fastidio.

— Ya veo —Le sonrío—. Me alegra que...

— Bambi —Dylan aparece de la nada y entra al salón con dos malteadas, me entrega una a mí y se inclina hasta robarme un rápido beso en los labios.

— Dylan, ¿qué rayos...?

— Vamos, voy a jugar contra Óliver —dice tomando mi mano y haciendo que me ponga de pie. En ese momento mira a Kail como si en ese instante es que se diera cuenta de su presencia—. No te importa si me llevo a mi novia ¿verdad? —No lo deja hablar mientras me lleva con él—. Gracias.

Ambos salimos del salón y caminamos por los pasillos, Dylan por delante y se le ve molesto.

Comienzo a analizar su comportamiento y de repente me detengo en seco y comienzo a carcajearme, obteniendo no solo su atención.

— ¿Qué te da gracia? —pregunta molesto.

— ¿Eso fueron celos? —Él bufa y yo río—. Oh por dios, si fueron celos —expreso sorprendida y burlona.

— No lo son, solo no me gusta que cualquier chico te esté coqueteando.

— Dylan, es mi amigo —reclamo divertida.

— ¿Tengo cara de que me importe? —Me acerco a él y dejo un pequeño beso en su mejilla las cuales se tornan de un color rosado.

— Me gusta cuando te pones celoso —digo y su rostro se torna aún más rojo.

— No digas tonterías, vamos —dice y entrelaza nuestros dedos para caminar juntos hasta las canchas.

Pov Ana

Estaba ensayando una coreografía cuando sentí como de la nada todo comenzaba a darme vueltas y mi cuerpo perdía fuerzas, luego todo se volvió negro.

Abro los ojos con pereza y veo a Christian, de espaldas a mí, hablando con el médico y nuestro mánager.

— Ya está depierta —avisa el doctor.

— ¿Qué ha pasado? —pregunto.

De repente todos salieron de la estancia dejándome sola junto a mi novio.

— ¿Chris? —Le nombro y él se sienta a mi lado.

— Lo siento Ana, tienes que mantenerte internada —expresa.

— ¿Qué?

— Yo, le avisé a la empresa de tu situación, no estás en posición de seguir sobre un escenario.

— ¡¿Que mierda te pasa?! —exclamo molesta y trato de sentarme pero un fuerte mareo me lo impide.

— No te voy a arriesgar más, buscaremos a ese doctor y haremos que te cure, pero hasta entonces te atenderán.

— Chris, demonios, no... —lloriqueo y besa mi frente.

— Es lo mejor —Una lágrima rueda de su mejilla a mi rostro—. No puedo perderte.

Pov Dylan

« Alexa, ¿donde rayos te metiste? »

Hace unas horas salió la noticia de la enfermedad de la hermana de Alexa, y ella simplemente desapareció, cuando llegué a su casa Camila también acababa de llegar y ya no había rastros de la castaña.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora