Capítulo 50: En negación

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Pov Alexa

— ¡Ahhhhhh! —El grito de Erika casi me deja sorda—. ¡No te fuiste! —vuelve a chillar feliz.

— Digamos que...me surgieron inconvenientes —digo.

— Bueno, no te quedes ahí, pasa, por tu cara tienes un buen chisme que contar —Me guiña un ojo y golpea mi cadera con la suya—. Traeré dos cervezas.

Minutos después mi amiga casi se ahoga con su bebida.

— OMG —dice pausadamente mirándome impresionada—. Le gustas al chico que te saca de quicio.

— Si, supongo —bebo de mi cerveza.

— Y... ¿qué hay de ti? ¿Te gusta?

Comienzo a toser cuando casi mi trago me lleva al otro mundo. Erika ríe mientras da golpecitos en mi espalda.

— No me vuelvas a preguntar eso —exijo recuperando el aliento.

— De acuerdo —hace una pausa y me mira de reojo—. ¿Entonces...?

« ¿Me gusta Dylan? »

— No.

— Lo dudaste —Mi amiga me señala.

— No me gusta —aclaro nerviosa.

« ¿Ah no pendeja?, ¿y por qué no lo detienes cuando te besa? » Me dice mi conciencia reproduciendo los malditos recuerdos del imbécil.

— Oh por Dios, ¡si te gusta! —exclama Erika.

— ¡No lo hace! —grito sonrojada.

Ella se pone de pie sobre el sofá y comienza a hacer un baile ridículo.

— Mi amiga está enamorada, mi amiga está enamorada —canturrea.

— Ya basta —pido.

— Vamos —toma mis manos y me obliga a subir sobre el sofá—. Nunca te has sonrojado cuando insinúo que te gusta alguien, esto amerita un baile de la victoria —contonea su trasero.

— Yo no me sonrojo —reclamo.

— Eso díselo a tus mejillas —comienza a saltar de nuevo—. Celebremos.

— ¡Erika!

(...)

Por fin mi querida amiga se ha dormido y estoy recostada en la cama a su lado, mientras mis pensamientos se centran en la misma idea, y aún no me lo creo.

« ¿En que momento pasó esto? »

Viéndolo ahora, no recuerdo en que punto dejamos de molestarnos tanto, en que momento comenzamos a jugar al "no me importas".

Porque sí, nos odiamos, pero estuvimos ahí cuando más nos necesitábamos, nos protegimos e incluso, nos divertimos juntos, porque en un punto comenzamos a disfrutar de esas peleas estúpidas, porque tal vez no nos odiábamos tanto como creíamos.

« Es el hermano de mi ex. » Me recuerdo y suspiro cansada. « No voy a provocar una discordia entre dos hermanos. »

Tras tomar mi decisión cerré los ojos y me dispuse a dormir.

(...)

He pasado todas las malditas vacaciones evitando a Dylan, que persistente es este chico, me duele la cabeza de haber escuchado tanto el timbre de mi casa, incluso me fui a vivir con mi hermana por unos días.

Al volver a clases las cosas se me dificultaron, desde el primer segundo.

— ¡Bambi!

« Dios, soy yo de nuevo, ¿me escuchas? »

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora