Capítulo 67: Disculpas

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Pov Dylan

Alexa está molesta, lo sé, rasco mi nuca nervioso.

— ¿Cuando lo descubriste? —cuestiona. Al solo recibir silencio asiente con su cabeza y trata de pasar por mi lado.

Lo impido tomando su mano y deteniéndola.

— Desde nuestra primera cita.

— ¿Por qué? —Se a lo que se refiere.

Retrocedo hasta que volvemos a quedar frente a frente y suspiro, desviando mi mirada.

— Solo...creí que si lo sabías, volverías a ver en mí a aquel niño débil que fui, un simple amigo y, un estorbo.

— ¿Eres tonto? —pregunta sorprendiéndome—. Yo jamás vi eso en ti —lleva una de sus manos a mi mejilla y me acaricia con suavidad, ahueco mi rostro en su mano y beso su palma—. Siempre fuiste mi dulce gatito —sonrío ante esto y la observo a sus hermosos ojos color cielo—. Saberlo lo único que ocasiona es que te ame más.

Mis comisuras se elevan y tomo su mano, besando sus nudillos.

Me siento muy feliz — Me gustó como sonó eso de tus labios —admito y reparto besos por su brazo hasta besar su hombro desnudo.

— ¿Que cosa? —cuestiona.

— Que me amas —susurro a su oído y su piel se eriza.

— Yo...

La abrazo contra mi cuerpo y ahueco mi rostro en su cuello, aspirando su delicioso aroma.

— Fue lindo oírlo de ti.

— Imbécil —menciona bajito y me separo un poco viendo sus mejillas sonrojadas.

— Eres bonita —digo, su mirada refleja ternura y se pone en puntas hasta besar mis labios.

— Te amo, gatito —murmura sobre mis labios y mi corazón estalla en latidos, siento los colores subir a mi rostro y por un momento, fue como si todo cobrara un estado de pausa.

Sujeto su nuca para evitar que se separe de mis labios y logre verme así, continúo el beso, succionando sus labios, fundiéndonos en una caricia, sintiendo su respiración chocar con mi rostro.

Desearía poder mantenerme así toda la vida, besando sus labios y sintiéndola tan cerca, a mi bonita Bambi, a mi villana de libros.

Pov Alexa

Bajo del autobús en la mañana mientras respondo los mensajes de texto del grupo de whatsapp de mi salón donde me ruegan por autógrafos gratis de mi hermana. A esta altura ya todo el mundo (y al especificar "todo el mundo" no exagero) están conscientes de que soy su hermanita.

Entro a la universidad y escucho música a través de mis auriculares cuando me quitan uno de estos.

— Hola Bambi —La voz de mi pelinegro se cuela en mis oídos y me estremezco, lo escucho reír por lo bajo y separarse de mí.

— ¡Deja de hacer eso! —Me quejo.

— Nunca —canturrea feliz.

— Alexa —volteo ante la mención de mi nombre viendo a un rubio llegar a nosotros.

— Hola —saludo y lo observo mejor—. Oh, eres el chico de primer año que entró en el equipo de karate, ¿Masiel cierto?

Su rostro se torna rojo y escucho a Dylan chistar.

— Si —dice nervioso—. Solo... —hace una pausa—. Te admiro mucho —termina diciendo.

Sonrío hacia él.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora