Camino entre los pasillos de aquella nueva universidad, esta era el mes de intercambio y ahora me hallo en una escuela pública, buscando mi salón.
« ¿Por donde es? » Me cuestiono mirando hacia todos los lados.
Las clases ya han comenzado y no veo a nadie en los pasillos.
Doy un largo suspiro cuando una puerta a mi izquierda se abre y de esta sale una persona con la que choco a causa de que no me dio tiempo de esquivarlo.
— Disculpa —pido y observo al chico con el que me he dado de hostias.
— Debes ser la chica de intercambio ¿no? —cuestiona con voz ronca.
Es alto y su piel bronceada le hace ver mucho más sensual junto a las vetas azules entre su cabello oscuro.
« Este ser no necesita gimnasio, el gimnasio lo necesita a él. » Pienso echándole un rápido vistazo a su musculatura.
— Si, soy yo, pero creo que me he perdido —respondo simplemente.
— Te han asignado mi salón, te guío —ofrece y sonríe, mostrando un pequeño hoyuelo en su mejilla derecha.
— Gracias —agradezco siguiendo sus pasos.
— Así que, tienes las mejores notas de tu escuela —dice, ya que el intercambio es entre los mejores alumnos.
— Si —digo.
— ¿Te gusta esta universidad?
— Acabo de entrar —expreso.
— ¿Por qué me da la impresión de que no hablas mucho? —pregunta sarcástico.
— ¿Por qué me da la impresión de que haces muchas preguntas? —respondo y ríe.
— Me caes bien Novata —dice y frunzo mi ceño.
— ¿Novata? No me llames de esa forma.
— Eres la nueva, y no recuerdo que te hayas presentado.
Ruedo los ojos — Mi nombre es Alexa.
— Bonito nombre Novata, yo soy Kail —Se presenta y nos detenemos frente a una puerta—. Es esta —dice abriendo.
Luego de presentarme a la clase y que el profesor me asignara mi asiento en última fila, me senté y comencé a prestar atención.
Escucho al maestro hablar pero luego de un par de minutos me desconecto y hago un leve puchero.
« ¿Qué estará haciendo Dylan? »
Tomo mi teléfono y abro su chat para escribirle cuando un mensaje llega antes de que pueda darle a "enviar", sonrío al leerlo: "Bambiiiiiii, te extrañooooo".
Escribo: "Yo también, extraño sentir tu mirada acosadora en mi nuca".
Segundos después recibo mi respuesta: "Es difícil no admirar la belleza de mi novia".
Siento mis mejillas enrojecer y volteo el teléfono. No debería ponerme nerviosa, pero realmente lo hago cada vez que utiliza la palabra "novia" para calificarme.
Mi teléfono vibra y lo vuelvo a voltear: "De seguro ya te has sonrojado, presta atención a clases y ya no pienses en mí".
Vigilo que el profesor no esté viendo para escribir: "¿Como no voy a pensar en la criatura más sexy del planeta? Por cierto, voy a visitarte en la empresa, quiero verte en uno de esos trajes".
Al minuto me llega su respuesta: "¿Solo para verme?"
Una de mis comisuras se eleva mientras contesto: "Eso lo decidiré después, depende de si tienes corbata o no".
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Perfectamente imperfectos
Teen FictionUna chica con un pasado incierto causa la curiosidad de uno de los herederos más poderosos de la universidad privada a la que asiste. Un chico bajo la presión social de su padre tiene la ideología de que debe ser la imagen de la perfección. Un reenc...