CAPÍTULO CINCO.

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Mis manos estaban temblando totalmente cuando entré a la oficina del director, tuve que hacer todo lo posible para no delatar mi eminente terror.

¿Qué hacía él ahí? ¿Cómo era posible que me lo hubiera encontrado así sin más? ¿Cuál podía haber sido la probabilidad para que aquello sucediera? ¿Qué iba a hacer ahora?

Estaba jodida.

El maestro Vandeleur se había ido tras una corta despedida y, pese a que no me delató, su mirada fría y verde me aseguró de que yo estaba realmente en problemas y mierda... ¿Qué pasaría ahora?

—¿Me está escuchando, señorita Hess? —preguntó el director y asentí rápidamente, mientras me sentaba en la silla frente a su persona.

—Sí.

—Este es su nuevo horario —me entregó una carpeta color marrón— por suerte aún había algunos cupos en ciertas asignaturas y pese a que usted no está en una carrera como tal, la he podido organizar en las que más puntos académicos generan.

Abrí la carpeta, pero no vi realmente nada porque seguía entumecida por el anterior encuentro.

—Hay dos materias que usted deberá ver en el horario nocturno —me especificó— esto es porque claramente en horas más tempranas ya no hay cupos.

Mis ojos buscaron las materias y me quedé sin aire cuando leí "Filosofía" y "Artes plásticas"

No, esto no podía estarme pasando a mí, no podía, no podía.

El maestro Vandeleur era quien daba la asignatura de artes plásticas, él era el maestro del cual Maria del Mar me habló tanto, él, sin duda alguna, era el jodido prometido de la maestra Lory Castle.

Dios, trágame.

—Está bien —hablé en voz baja— pero siento que artes plásticas no me interesa, yo...

No pude terminar de hablar, por de repente el director me interrumpió.

—¿Ya leíste con quien vas a ver clases de artes plásticas? —preguntó serio—. Acabas de conocer al maestro Vandeleur y créeme cuando te digo que eres realmente afortunada por poder siquiera estar en un mismo auditorio con él.

Enarqué una ceja y no pude evitar preguntar.

—¿Tan importante es?

Él asintió con expresión seria.

—Dreey Vandeleur es uno de los artistas plásticos más relevantes del momento, en lo largo de su vida ha pintado más de cien cuadros, además, no solo es un talentoso hombre que es capaz de plasmar cualquier cosa en un cuadro, sino que también es director de dos de los museos de arte más grandes e influyentes de Alemania.

Mis ojos se abrieron ante sus palabras y me sentí más pesada que antes.

—Y eso no es todo, tiene su propia galera con obras antiguas y costosas que ha comprado en subastas internacionales y permite que cualquier clase de persona interesada en arte vaya a su mansión abierta a admirarlas y estudiarlas.

¿Yo había robado, insultado y besado a un artista reconocido?

Dios, ayuda.

—Así que piénseselo mejor cuando me dice que no le interesa ver clases con el maestro Vandeleur, cualquier persona amante del arte vendería lo que fuese por tener algunos minutos con él y su amplia experiencia.

No podía estar cerca de él, ya no teniendo en cuenta todo lo que sabía ahora.

—Me gustaría darle mi cupo a otra persona —lo intenté de nuevo— yo...

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora