CAPÍTULO SETENTA.

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Espero que el capítulo les guste mucho, si es así y están ansiosas por la próxima actualización, recuerden dejar sus votos y comentar mucho. 💛💚

Disfruten. <3

***
DREEY.

—Deja de mirar mal a todo mundo, Siennaly —se quejó Dalkon, cuando la peliblanca fue descortés con una mesera.

—Es verdad —respondí yo, bajamente.

—Tú también la ignoraste —murmuró Dalkon.

—Me intentó coquetear —tomé mi vaso y bebí—. ¿Tengo cara de que deseo que alguien me coquetee?

—Tienes cara de tener un palo en el culo —intervino Sienna y yo la ignoré, a tiempo que Dalkon escondía una sonrisa.

Aquello había sido una mala idea.

No debí haber aceptado esa salida al club que Dalkon había inaugurado hacía tiempo. Sienna me aseguró de que no debía preocuparme porque al club solo venía gente de clase y recurso como nosotros, pero todo seguía sintiéndose pesado y aburrido para mí.

Aparte, sentía la mirada de todo mundo encima de mí. No sabía si por la clase de artista que era o por lo sucedido con Anthony.

—¿Mañana viajas a Inglaterra? —preguntó Dalkon, por encima del sonido de la música.

—Sí.

Había pensado en llamar a Gabriel y negarme a ir a la reunión que acordamos, pero no podía negarme a mí mismo que quería verlo otra vez en persona para ver si lograba saber algo de Francheska. No importaba que tan mínimo fuese, solo quería saber algo y, después de ahí, estaba seguro de que podría sobrevivir otros tres años.

—Pensé que no ibas a volver por allá —dijo mi mejor amigo.

—Será un viaje corto, no quiero dejar a Anthony solo por mucho tiempo.

—Tiene a Dahara y a Grecia.

—Ay, sí —Sienna frunció el ceño—. No entiendo por qué esa niña continúa llamándolo tío, ya que le diga papá.

Fruncí el ceño.

—Es joven para ser papá —me quejé.

—Admítelo, no quieres ser abuelo.

Escuché a ambos comenzar a debatir sobre si yo sería un buen abuelo o no. Sienna dijo algo sobre que yo sería un abuelo atractivo, pero demasiado amargado y narcisista para ser tenido en cuenta.

Miré a mi alrededor a todas las personas que estaban sentadas en las lujosas mesas bebiendo los licores más caros del mundo y hablando y, pese a que realmente de alguna manera discreta y muy recóndita, apreciaba la compañía de Sienna y Dalkon. Yo... Me sentía solo y era agotador.

—¿Pensaste en lo que te dijo el director de programa social de aquí de Berlín? —preguntó Sienna.

La miré.

—¿Sobre qué?

—La oferta millonaria que te ofreció a cambio de que pintes un set de óleo para él.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora