ALEVOSÍA [+18]

CAPÍTULO DIECINUEVE.

¡Holas! ¡Espero que el capítulo les guste mucho y dejen todo su amor por acá! <3

N/A: Este cap es muy necesario porque me gustaría que poco a poco comiencen a conocer a Dreey y la historia que hay detrás de él.

Sin más, gracias por seguir aquí y espero mañana subirles un adelanto del próximo capítulo en mi tiktok: (LUZWTTPAD)

DREEY.

El silencio dentro de la camioneta era denso y frívolo, sin embargo, no hice nada para interrumpirlo, mi cabeza ya estaba llena de mucho ruido y sin duda alguna detesté aquello porque siempre había sido taciturno y tranquilo alrededor de la vida.

Al menos alrededor de otras personas.

No iba a desgastarme con otros, nadie me llamaba lo suficientemente la atención como para lograr que mis niveles de comprensión hacia otros estuvieran activos. No me dejaba alterar por nada, porque nada importaba, solo yo.

Siempre había sido así, aprendí aquello de mi padre. Un hombre cero honorable y estrechamente malvado.

Nada valía la pena, ni siquiera pensar en él y el cómo fue vivir bajo su techo casi toda mi infancia y adolescencia.

—Te ves molesto —dijo de repente Anthony, sacándome de mis pensamientos.

—No lo estoy —esa fue mi breve respuesta, pero él supo que era mentira porque soltó su muy característica y burlesca risita.

Estaba mal, lo que estaba haciendo en todo el sentido de la palabra estaba mal y necesitaba entenderlo antes de que cometiera más locuras y errores como los de aquel día.

¿Realmente había dejado tirada una clase mía para ir tras de Francheska? ¿Realmente era yo quien ahora la estaba buscando para besarle y tocarle? ¿No se suponía que era al revés? ¿Qué hacía yo buscándola? ¿Desde cuándo estaba tan sediento por su atención y su cercanía? ¿En qué clase de bastardo posesivo me estaba convirtiendo? ¿Dónde estaba mi racionalidad y...?

—¿Me estás escuchando? —preguntó Anthony y yo apreté el volante con fuerza.

—Sí.

—No parece —se quejó y sacó un cigarro de su chaqueta mojada.

—No fumes cerca de mí —advertí— detesto el olor a nicotina.

Ignoró mi orden y encendió el cigarro sin más. Guardé silencio por un momento y no pude evitar el preguntarme que haría con él y su rebeldía. Anthony estaba por cumplir los diecinueve años y seguía siendo tan bocazas e irresponsable como siempre, no cedía ante nada, al menos no ante mí, la única persona que alguna vez logró hacerlo obedecer fue su padre, mi hermano.

Sin embargo, después de la muerte de Alec, Anthony se descontroló aún más y pocas veces me escuchaba a menos que mi orden estuviera llena de advertencia.