CAPÍTULO CUARENTA Y DOS.

54.9K 5.9K 36.8K
                                    

Espero que les guste el nuevo capítulo y... La que insulte a Dreey hoy pierde y les va a tocar estar  soportando. 😘

Sin más, disfruten y recuerden seguirme en twitter (Luz_kaa_) para estar pendiente de los nuevo adelantos.

Estaba segura de que jamás había escuchado a Aleksander levantar la voz como lo estaba haciendo en ese momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba segura de que jamás había escuchado a Aleksander levantar la voz como lo estaba haciendo en ese momento.

Desde el baño —en donde aún seguía encerrada—. Podía sentir su furia levantarse con una frialdad que incluso me aterró, porque yo no estaba acostumbrada a verlo así. Sin importar que hubiese hecho antes, jamás perdió los estribos conmigo, jamás dejó atrás su calma y neutralidad, jamás fue realmente grosero, jamás...

Mis manos temblaron.

Yo había cruzado una línea que no debía ni siquiera mirar y ahora, ahora Aleksander me odiaba. Estaba segura de eso.

«—Ahórreselo, no me interesa escuchar nada que provenga de usted».

Esas palabras fueron totalmente como una bofetada para mí, pero no tanto como la fría indiferencia que brilló en sus ojos, cuando cerró la puerta en mi cara y no me dio tiempo a decir nada; aun así, ¿qué podía decirle yo?

—¡Quiero que te largues de aquí! —los gritos de Anthony no habían mermado desde la llegada de Aleksander y temí que alguno de los otros huéspedes del hostal llamase a la policía por aquello—. ¡No tienes derecho a invadir mi privacidad de esta manera!

Yo estaba siendo cobarde, realmente debía salir del baño e intentar calmar las aguas; sin embargo, podía aceptarme a mí misma que temía ganarme la fría ira de Aleksander.

—¡Es mi problema si me drogo! ¡Es mi maldita mierda! —gritó el pelinegro—. ¡Vive tu vida y déjame hacer lo que a mí me plazca!

Se escuchó como se azotaba la puerta principal de la habitación y eso fue suficiente para mí, con manos temblorosas, metí los mechones de cabello negro detrás de mis orejas, respiré un par de veces y sin más, salí del baño con pasos lentos.

El panorama en la habitación no era realmente alentador. Aquello fue lo primero que pensé, cuando vi a Anthony de pie en la mitad del lugar con las manos apretadas en puño, mientras que Aleksander estaba enfrente de la puerta que acababa de cerrar y su semblante no mostraba nada, aparte de una ira peligrosa.

—Baja el jodido tono de voz —espetó Aleksander, sin nunca dejar de ver a su sobrino—. Y no vas a salir de esta habitación, hasta que yo decida que lo hagas.

—Tú a mí no me das órdenes —escupió el otro y me moví incómoda en la salida del baño, sin saber qué hacer.

—¿Ah, no? —me tensé ante la voz del rubio—. Prueba desobedecer lo que acabo de decirte y ahí veremos si soy totalmente capaz de darte o no órdenes.

Nada en aquel lugar estaba bien, sabía y hasta cierto punto podía entender el total enojo de Aleksander, más si se tenía en cuenta como se veía aquella habitación, la cual estaba infestada con el olor de la marihuana y el alcohol.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora