CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES.

60.5K 5.1K 5.1K
                                    

Espero que el capítulo les guste, me cuentan por Instagram que tal les pareció 💛

Sin más, disfruten. 

Francheska

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Francheska.

Me escondí detrás de mi gran abrigo de lana, mientras mis botas creaban eco en el pavimento húmedo que envolvía las escaleras del lugar. Mi corazón estaba acelerado y no pude evitar decirme una y otra vez que aquella era una buena idea y que realmente nada podía salir mal.

Pero, era Anthony...

Ciertamente, muchas cosas podían salirse de control, pero era mejor no pensar en aquello y simplemente dejarme guiar por mi corazonada.

Aleksander era un hombre de carácter fuerte y sentimientos duros, sabía que de una u otra manera siempre se había preocupado por su sobrino, aun así, ahora era un poco diferente después de que se enteró de la verdad sobre su paternidad.

Mierda.

Me costaba aun procesar todo eso. No quería pensar en la mamá de Anthony y como la odiaba por la mentira que había creado alrededor del rubio. También detestaba a su hermano, me daba igual si antes fue una de las únicas personas que lo apoyó. Sinceramente, ninguno de ellos mereció jamás a Aleksander, solo lo juzgaron y pensaron que era una estúpida sombra de su padre.

Me tragué el disgusto que me generaba toda la situación y levanté mi cabeza hacia las grandes puertas de madera que me daban la bienvenida al centro de rehabilitación Akaris.

Normalmente el día lunes no era de visita como tal, pero yo había convencido a Aleksander para que hiciera una llamada y me permitieran entrar al menos unos quince minutos al lugar. Al inicio el rubio no pareció muy seguro ante la idea de que yo fuese a ver Anthony, sin embargo, lo convencí y terminó por pedir un permiso especial para mí.

Por eso mismo, en ese momento, un lunes a primera hora, me encontraba de pie frente al gigante lugar que era demasiado hermoso para ser real. En mi mente tenía la idea de que los internados para chicos problemáticos eran desaliñados y muy militares, pero, aquel no. Más bien parecía una mansión gigante que se extendía alrededor de terrenos verdes y vistas preciosas.

No esperaba menos de Aleksander, era obvio que pagaría una millonada por la seguridad de Anthony, sin importar si los dos la mayoría del tiempo se detestaban.

Hice todo el proceso para poder estar realmente dentro de las instalaciones del internado. Pasé mi identificación, me revisaron, tomaron mi firma y me dejaron en claro las reglas para estar ahí. Asentí a todo y agradecí cuando me dejaron entrar el pequeño regalo que le llevaba al idiota.

Una mujer pequeña, de aspecto amable, me guio dentro del vestíbulo del gran lugar y me indicó que esperara en un hermoso jardín que probablemente en primavera abundaba en rosas.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora