CAPÍTULO CUARENTA.

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Este capítulo es una montaña de emociones, avisadas están. 🥹

Sin más, disfruten y sorpréndanse... :)

PD: Al final del cap les dejé una pequeña nota, léanla. <3

DREEY

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DREEY.

Miré el reloj en mi muñeca y comprobé por quinta vez que estaba a punto de ser las seis de la tarde y ya estaba exhausto, tanto, que solo deseaba que la junta directiva de la universidad tomara una decisión, se callara y por fin me dejasen en paz.

Miré al director Darson, el cual, cuatro días después de la pelea de Francheska y Dahara, seguía igual de molesto y colérico. Lo vi exponer ante los señores sentados en el lugar la importancia de implementar el respeto entre el estudiantado y, seguido a eso, castigar a quienes osaban a ignorar las reglas.

Ignoré todo eso, mi teléfono vibró con un mensaje de texto de Elizabeth y también desestimé aquello. Mis pensamientos se estaban moviendo hacia todas partes y no pude evitar irritarme conmigo mismo por no estar concentrado en lo que se estaba diciendo ahí.

—Es obsoleto este tipo de comportamientos —seguía diciendo el director—. La señorita Francheska Hess no solo agredió, sino que también pasó por encima de todos nosotros y no lo voy a permitir.

Escuchar el nombre de ella, después de que no la había visto desde hacía cuatro días, hizo que me tensara, pero la imagen neutral y silenciosa seguía estampada en mi rostro. Jamás permitiría que nadie supiera lo mucho que comenzaba a afectarme el querer saber de ella y no poder hacerlo.

—Estoy de acuerdo con lo que dijo el director —murmuró un hombre de edad avanzada—. No podemos permitir ese comportamiento aquí en la universidad. El reglamento claramente especifica que la agresión es uno de los parámetros para la expulsión definitiva.

Darson asintió.

—Ella es peligrosa para sus compañeros.

Eso definitivamente fue suficiente para mí, no iba a quedarme ahí perdiendo mi valioso tiempo, mientras escuchaba como esos hombres hablaban de ella como si fuese alguna clase de criminal.

¿Peligrosa para sus compañeros?

Qué cuestión más embarazosa, Francheska era un peligro por muchas cuestiones, quizás todas derivadas a mí y lo que hacía conmigo y, aun así, jamás accedería, permitiría o le daría paso a que alguien hablase de tal forma de ella ante mí.

—Ustedes hablan como si la señorita Hess fuese alguna clase de maleante salida de prisión —mi voz fría y contundente cortó en dos el resto de voces—. Solo fue una pelea de jóvenes en donde ambas cometieron sus propios errores, eso es todo. ¿Por qué alargarlo tanto?

Todos los ojos se posaron sobre mí y les sostuve la mirada con gelidez.

—No está bien lo que sucedió —me dijo uno de los de la junta directiva.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora