ALEVOSÍA [+18]

CAPÍTULO QUINCE.

Este capítulo está dedicado a una de mis chicas del grupo de whatsApp meliisagiraldo7 💛

Espero que este cap les guste tanto como a mí y dejen todo su amor <3

Advertencia: Este capítulo contiene algunas escenas +18.

PD: en mi instagram (Luz_kaa) les dejaré adelanto del proximo cap. <3

Sin más. ¡Disfruten!

Aleksander no habló conmigo a la mañana siguiente.

Ni siquiera se mostró molesto o levemente irritado.

Él tan solo me ignoró, lo hizo como si yo no fuese nada más que una insignificante molestia que había interrumpido en su perfecto mundo.

Debería arrepentirme por haber invadido su privacidad, pero existían dos cuestiones que me lo impendían. Primera, no había hecho nada apropósito. Segunda, jamás podría arrepentirme de ver tan magníficos cuadros.

Jamás.

Aleksander Dreey Vandeleur sin duda alguna era el hombre más talentoso que conocía.

Él no hacía arte, él era arte.

En el paso de la madrugada solo pude pensar en dos cosas: Su lengua dándome placer y yo capturada en su arte.

¿Por qué los había hecho? ¿Qué sentido tenía?

Sin duda alguna era consciente de que yo lo provocaba, sabía que jamás olvidaría como se había sentido estar con él de manera sexual. Su lengua y sus dedos, incluso sus labios sobre los míos tomaron totalmente gran parte de mi ser y lo redujeron en cenizas, sin embargo, la cuestión que cerró totalmente el trato fue haber visto aquellas obras tan magnificas y perfectas.

¿Así era yo de hermosa?

Lo dudaba, realmente no creía que mis ojos fuesen así de magníficos o que mis cabellos y mis pecas fueran tan llamativas, aun así, solo con haber visto lo que él hizo, sin duda alguna logró hacerme sentir como la mujer más hermosa del mundo.

Hacía mucho no me sentía así...

Pero la satisfacción no duró mucho, no cuando sin duda alguna Aleksander se había molestado conmigo por haber visto sus obras.

—¿Estuviste revisando mi casa? —había cuestionado él frívolamente horas atrás cuando le hablé de las pinturas—. El atrevimiento sin duda alguna es un defecto que la hace menos atractiva.

—No fue apropósito —me había defendido— estaba buscando un baño y sin querer llegué a aquel lugar.

Sus ojos me habían mirado sin atisbo de emoción y supe que había arruinado el momento.