CAPÍTULO CINCUENTA.

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Espero que el capítulo les guste, recuerden dejar sus votos y comentarios, se los agradecería.

PD: En el grupo de facebook subí un PDF en donde hay dos extras ineditos que nunca han leído por acá, si desean leerlos, pueden escribirmi por mi instagram y les paso el link (luz_kaa)

Sin más, disfruten <3.

No supe que estaba tan cansada y destrozada, hasta que dormí en los brazos de Aleksander y sentí que, por esa noche, aquella madrugada, todo volvió a su lugar

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No supe que estaba tan cansada y destrozada, hasta que dormí en los brazos de Aleksander y sentí que, por esa noche, aquella madrugada, todo volvió a su lugar.

Estaba rota.

Extrañaba a mi mamá y me odiaba a mí misma por no haber podido hacer nada el día de su aniversario. Por no poder afrontar que mis actos la habían llevado a la muerte.

Estaba jodida porque odiaba a mi padre y quería joderlo a él y a su esposa, pero una parte recia de mí, esperaba una llamada suya. Una atención.

Estaba cansada y muy mal. Tanto de la cabeza como del corazón y pese a que no me cambiaría por nadie en ese momento y estaba feliz de estar ahí con Aleksander, saber que me había perdonado y entendido mis erradas acciones sin juzgarme me dio paz, pero no la suficiente para evitar que me despertara alrededor de las cuatro de la mañana jadeando desesperada por aire y llorando sin poderme medir.

Mi pecho ardía y no pude controlarme, la ansiedad me golpeó de repente y no supe que iba a hacer con mi vida, o sea, yo... Había dejado toda mi vida atrás por mi padre y él ahora iba a tener otro hijo.

Él...

Iba a remplazarme sin darme una oportunidad y pese a que ya había tratado de hacer las paces con esa realidad, la ansiedad fue tanta que mis sollozos aumentaron y tuve que sentarme desesperada en busca de aire. Traté de tapar mis labios y controlar mis temblores para no despertar a Aleksander, pero fue imposible controlar el sofoco y pese a que él había estado profundamente dormido, fue capaz de percibir mi desespero y despertó enseguida.

—¿Francheska? —me llamó en medio de la oscuridad.

No respondí, no podía, llevé las piernas a mi pecho y las abracé con fuerza tratando de salir de ese encierro que sentía, pero no era posible, no cuando mi mente me bombardeaba tantas preguntas: ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cuándo iba a aceptar que jamás vería de nuevo a mi madre? ¿Qué haría cuando naciera el nuevo bebé? ¿Qué haría cuando Aleksander se casara? ¿Cómo volvería con mis abuelos...?

La habitación se iluminó con una suave luz amarilla y, de manera inmediata, el rubio se encontró inclinado frente a mí y en medio de las sábanas.

Incluso Snow se había despertado y miraba la escena fijamente.

—Francheska —me llamó de nuevo y no pude mirarlo, no podía hacer nada aparte de llorar desesperada—. Oh, nena.

Lo sentí sentarse a mi lado con su espalda contra el respaldo de la cama y con una facilidad sorpréndete, me atrajo hacia su regazo y me sostuvo contra su duro y cálido pecho.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora