CAPÍTULO SESENTA Y NUEVE.

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Espero que el capítulo les guste mucho, como siempre, gracias por estar aquí 🥺💛

Recuerden votar y comentar full si quieren pronto nuevo capítulo.

Tengo Instagram para que me sigan y no se pierdan los adelantos: Luz_kaa

***
FRANCHESKA.

—Estuviste perfecta hoy —me dijo Mark, cuando salimos de la zona de partos—. Si no hubieras roto la membrana fetal, hubiese sido muy posible que perdiéramos a los cachorros también.

Suspiré abatida y asentí.

—Quería salvar a Dixie —mis ojos dieron con los suyos, los cuales eran azules—. Y sé que dirás que es normal perder a veces, pero yo quería salvar a Dixie —repetí.

Mark, mi jefe, mi tutor, el hombre que admiraba infinitamente en estos últimos tres años por ser tan experto e inteligente, me regaló una pequeña sonrisa, mientras se quitaba los guantes ensangrentados.

—Por eso me gusta que estés aquí, Francheska —dijo—. Eres profesional y, aun así, humana. Tratas a cada uno de nuestros pequeños con el amor de una persona y el carácter de alguien que ya sabe mucho —puso una mano en mi hombro—. Sé que es triste, pero no le fallarás a Dixie, estás aquí para ver crecer sus cachorros y ser parte de la vida libre que les daremos.

Suspiré ante sus palabras y le sonreí, tenía razón, esto era parte del trabajo y, aunque dolía, debía seguir adelante, ahora tenía tres cachorros para cuidar.

Dixie había tenido complicaciones dos noches atrás. Los ultrasonidos que le hicimos Carl y yo, otro de los veterinarios especialistas, arrojaron problemas con los cachorros, aparte de eso, su circulación no estaba siendo la mejor y había comenzado a deshidratarse.

Tratamos de hacer todo por ella, pero ya estaba muy maltratada por culpa de los cazadores ilegales. Al menos... Al menos pudimos salvar a sus bebés.

Normalmente, la muerte era algo que me generaba mucho dolor, —a todo mundo, obvio—. Pero después de la muerte de mi madre y perder también a mi querido amigo Merglon, había vivido procesos difíciles y exhaustivos, sin embargo; tres años después, podía decir que pese a que ver partir a alguien o a alguno de mis pequeños pacientes dolía, yo había aprendido a hacer el proceso adecuado para soltar y dejar ir.

Para aprender que la muerte era algo natural que dolía, pero en algún momento se superaba.

—¿Hoy vas hasta tarde? —me preguntó Mark, cuando salimos del edificio y por fin pude tomar una bocanada de aire fresco.

—No, iré a revisar las suturas de Dony —le expliqué—. Después tengo que acompañar a Carl a la reserva de reptiles.

Me sonrió.

—¿No te cansas de hacer tantas cosas?

—¿Quieres pagarme por hacer nada? —enarqué una ceja—. Y, antes de que me lo digas, la respuesta es no, no quiero que me pagues simplemente por quedarme quieta en un lugar.

—Jamás desperdiciaría tu talento y saberes de tal manera.

Ambos nos reímos y suspiramos. El día había sido pesado, caluroso y pesado de nuevo. Pero no me quejaba, al menos tenía algo por lo que vivir.

—¿Mañana vas a la universidad?

—Sí, todo el día.

—Tengo que bajar a la ciudad a recoger unos fondos en la mañana. ¿Te gustaría que te lleve?

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora