CAPÍTULO SESENTA Y SEIS

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Espero que el capítulo les guste mucho.

Disfruten o no.

***
DREEY.

Estaba harto de ver ese vídeo.

Pero no podía parar de hacerlo, lo repetí una y otra vez tratando de encontrar una excusa a lo que se decía ahí; pero, no había nada.

Solo la confesión de varios crímenes.

Tomé mi vaso de whisky y le di otro sorbo, mientras las imágenes y el sonido se reproducían frente a mí.

Éramos Anthony y yo en la casa de Alec.

El panorama se veía casi normal, hasta que se notaba al joven de dieciséis años con sangre en las manos, mientras que detrás de él se veía el cuerpo sin vida de mi hermano mayor.

—Tuve que hacerlo —Dijo Anthony, en algún estado de trance—. Quería hacerlo.

Por un momento, me quedé estático mirando la sangre en el piso y en las manos de él. Me acerqué al cuerpo de Alec para tocar su pulso y cuando comprobé que estaba muerto, guardé silencio por un momento.

—Corté sus venas —continuó hablando Anthony—. Busqué en un libro la forma más sencilla de matar a alguien y...

—Basta —mi voz lo había silenciado—. Basta.

Tomé la cuchilla de su mano y la limpié con mi camisa, mientras trataba de ordenar mi cabeza.

—Ve a bañarte —le dije a él—. Y tráeme tu ropa, me desharé de ella.

En ese momento, estaba en modo piloto, ni siquiera me estaba permitiendo sentir la muerte de mi hermano porque, primero tenía que tratar con su hijo, el cual, resultó ser un asesino.

—Iba a preguntar porque estás tan tranquilo —se rió Anthony suavemente—. Pero es verdad que eres experto en esto. Encubriste todo cuando mataste al abuelo o cuando papá mató a la abuela. ¿Ahora me encubrirás a mí?

—Haz lo que te digo —espeté.

No lo hizo, se quedó ahí de pie mientras yo limpiaba la habitación y trataba de hacer que todo pareciera un suicidio. Tomé la mano inerte de Alec e hice que sus huellas quedaran en el cuchillo que usó Anthony.

—Estaba sufriendo, tenía que hacerlo —me dijo—. Solo quería ayudarlo, él me lo pidió.

—No ayudas a las personas matándolas, Anthony —gruñí, mientras iba a la habitación de aseo, tomaba otra toalla y comenzaba a borrar las huellas de los zapatos míos y de Anthony.

El silencio se hizo y yo traté de hacer parecer que todo había sido provocado por mi hermano. Incluso revisé varias veces que no hubiera cabello de Anthony cerca.

Fui por bolsas de basura negra y me acerqué de nuevo a él.

—Tu ropa.

No obedeció y maldiciendo, lo obligué a quitarse la camisa y después los pantalones. Sus zapatos también fueron a la bolsa, al igual que mi camisa manchada de sangre.

—Ve a bañarte —repetí—. Me desharé de esto. No salgas.

En la grabación se veía como me movía por toda la casa borrando las huellas sangrientas de Anthony, incluso lavé el baño y después de cambiar mi ropa, saqué las bolsas negras repletas de las pruebas. La siguiente grabación era de Anthony y yo en la sala de la casa.

—¿Ya te aprendiste lo que debes decir? —le había preguntado yo.

—Sí.

—Dímelo.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora