CAPÍTULO TREINTA.

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Espero que el capítulo les guste, si es así, recuerden votar y comentar. ❤️‍🩹

PD: Pueden seguir a Aleksander en sus Instagram (AleksaderVadaleur) en sus historias se estará subiendo un adelanto del próximo capítulo. <3

Sin más, gracias por estar aquí y disfruten. <3

No era real

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No era real.

Aquello simplemente no estaba sucediendo.

No de esa manera...

Un bebé.

Mi padre no tendría otro hijo, no podía, no cuando jamás había estado interesado en la paternidad, no cuando nunca le interesé yo...

¿Cómo era que deseaba ser padre ahora?

No tenía sentido, nada de aquello lo hacía.

Hui de la universidad, todo en mí colapsó después de escuchar las palabras de Lory y, pese a que quería mostrarme firme, no pude, nada en mí logró aquello porque de repente estaba sumergida en una clase de terror que parecía querer devorarme y...

—Vete, por favor, —le había pedido a Maria del Mar, cuando llegué a casa—. Quiero estar sola, por favor, solo vete, no quiero... No quiero explotar contra ti y para eso necesito estar sola.

Al principio la morena parecía querer negarse a dejarme después de que nos marchamos de la universidad, pero terminó cediendo y eso lo agradecí en medio de mi tempestad, porque me conocía.

Yo sabía la clase de persona que era cuando estaba furiosa y no quería herir a mi mejor amiga, no a ella.

Me conocía, no podía mentirme a mí misma, sabía que estaba enferma más allá de la cura y era por eso que era tan detestable y tan fácil de dejar atrás.

Era por eso que siempre sería remplazada.

—Es mentiras —me repetí, mientras a la lejanía escuchaba mi teléfono sonar, pero no respondí—. Es mentiras, él te lo hubiera dicho, él lo hubiera hecho.

No lo hizo.

Él me dejó afuera de nuevo...

Ya estaba oscureciendo, muchas personas solían decir que cuando algo dolía, los días y las horas pasaban más lentas, pero no era real para mí, al menos no después de haber bebido casi dos botellas de un asqueroso vino.

—Un bebé —me puse de pie y me tambaleé, mientras me reía conmigo misma—. Qué ridiculez, qué ridiculez.

Miré por la ventana de la cocina y la evidente lluvia que envolvía la ciudad ya era algo totalmente normal, de hecho, faltaba poco para que iniciara la real época fría de la ciudad.

Un invierno tan denso y oscuro como el que pasaba mi corazón por ese momento.

—No vas a llorar por esto —tomé mi copa y bebí otro poco—. Solo es un malentendido, está bien.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora