CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS.

61.6K 4.8K 6.7K
                                    

¡Por fin capítulo nuevo! Está más largo de lo normal, entonces espero que lo disfruten.

Recuerden apoyarme dejando sus votos y comentarios, nos leemos pronto.💜

Sin más, disfruten. <3

FRANCHESKA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

FRANCHESKA.

Tenía catorce años de edad cuando conocí a Tristán. Él recién había cumplido sus veintidós años y podía decir que era el chico más encantador del mundo.

Realmente lo era.

Su padre había contratado a mi madre para limpiar su casa tres veces a la semana y yo a veces iba con ella después del instituto para ayudarla en sus quehaceres. Al principio hice todo aquello de manera desinteresada, aun así, todo escaló cuando lo conocí a él.

Su cabello y sus ojos eran claros, como la miel. Tenía una sonrisa de hoyuelos que realmente era contagiosa, aún más cuando se burlaba de su padre y sus estrictas reglas. Él siempre tenía algo que decir sobre la vida, la existencia y las personas.

Amaba escucharlo.

Mi madre me decía que dejara de verlo como un «chico» y lo llamara por lo que era «Un hombre ya adulto y seguro», pero, entonces, Tristán nunca me hizo sentir nuestras diferencias de edad, no cuando era tan amable, gracioso y conciliador conmigo. No cuando él parecía entenderme como nadie más lo hacía ahora ni nunca.

—Vi esto y pensé en ti. No es la gran cosa, pero... ¿Te gusta?

El primer regalo que me hizo fue una cadena con un dije de corazón. Me lo regaló semanas después de conocernos y pese a que jamás me gustó traer nada colgado alrededor de mi cuello. Le agradecí y lo guardé en un precioso rincón de mi tocador. Agradecí con emoción cada uno de sus detalles y regalos, cada uno más caro y genial que el anterior, sin embargo, no todo fue material, había veces, cuando de repente volvía a casa mientras yo seguía limpiando con mi madre y me decía cosas como:

—Pensé que mi día podía ir mejor, pero tenerte aquí cierra totalmente el trato.

Yo me había sonrojado ante sus palabras y su mirada.

—¿Qué mejor que llegar a casa y encontrar a una hermosa chica esperándote? —preguntó en voz baja, siempre teniendo cuidado de que mi madre no lo escuchara.

—En realidad estoy limpiando, pero... Me hace feliz que estés aquí.

—Lo sé. Lo sé.

Era encantador.

Aún más cuando pedía comida vegetariana para mí y mi madre. Incluso más cuando me llamaba en las noches a mi móvil y me decía cosas como: —«Estoy seguro de que nunca antes conocí a nadie porque la vida me estaba guardando para ti»

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora