ALEVOSÍA [+18]

CAPÍTULO VEINTITRÉS.

Nuevo capítulo. Espero que realmente le guste, si es así, recuerden votar y comentar. Se los agradecería mucho 🥰.

PD: Quiero aprovechar este momento para agradecerle a  todas esas personitas que me ayudan promocionando Alevosía en tiktok, ig y twitter. Gracias por visibilizar la historia, gracias por ser tan lindas conmigo y apoyarme, siempre veo todo. Besitos y abrazos.❤️‍🩹✨

PD2: Si les gusta estar informadas de todo, pueden seguir a mi admin de alevosía en twitter: @ Alevosiabot

Sin mas, disfruten.

Todo a mi alrededor era cálido.

Tan cálido que no deseaba salir jamás de aquel lugar, no quería sentir de nuevo lo frío y desolado que podía ser el mundo a mi alrededor.

El mundo para mí.

Mi mundo en general.

El clima era frío, pero en ese momento no me percaté de ello, no cuando abrí mis ojos lentamente bajo el sonido de la lluvia, pero no existía helades, solo satisfacción y no pude evitar sonreír amenamente cuando levanté mi mirada y me topé con el rostro pacífico de él.

Aleksander estaba dormido, su sueño era profundo porque parecía que no estaba escuchando la fuerte lluvia de aquel sábado en la mañana y tampoco se perturbó cuando me senté suavemente en su cama, alejando su mano suavemente de mi cintura.

No quería irme, no iba a irme, no hasta que él despertara y pudiera despedirme, por tal, usé ese tiempo para simplemente observarlo en silencio bajo aquella helada mañana y pensar con nostalgia como desearía que él realmente fuese mío.

Mío para adorar.

Pero la vida ya me había enseñado que no podía tener demasiado y no me iba a venir abajo por aquello una vez más. Ya había llorado lo suficiente.

No mentí cuando el día anterior discutí con él en la puerta de su casa. No mentí cuando le dije que deseaba tenerlo por un tiempo y que poco me importaba si se iba a casar.

Ignoraría eso, lo haría porque necesitaba algo a que aferrarme en ese momento y... ¿Qué mejor que Aleksander?

Estaba mal, lo sabía, ya había pasado por algo similar, pero no podía detenerme, no iba a hacerlo hasta que todo acabara y... Él todavía no me había dicho que se iba, pero yo ya tenía el presentimiento de que así sería tarde o temprano y lo aceptaría.

Desde ahora lo estaba aceptando.

Lo estaba intentando.

Alejé todos esos pensamientos bohemios de mi mente y mis ojos color miel o "amarillos" como los llamaba él, continuaron analizando su rostro y acepté el hecho de que realmente era muy atractivo. Demasiado.

Aleksander no tenía ni una sola imperfección en su rostro. No una peca, no un lunar, no absolutamente nada. Todo era piel tersa y blanca que sabía que si la tocaba no sería tan suave como la mía, pero si lo suficientemente atrayente y masculina como para desear mimarla.