CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE.

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Espero que el capítulo les guste. Recuerden votar y comentar mucho si quieren actualización pronto.

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Sin más, disfruten. <3

—Esto es totalmente inaceptable —estaba diciendo el director Darson, mientras nos miraba a Dahara y a mí—

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—Esto es totalmente inaceptable —estaba diciendo el director Darson, mientras nos miraba a Dahara y a mí—. ¿Dónde creen que se encuentran y por qué actúan de esa manera tan vergonzosa?

Ninguna de las dos dijo nada. De hecho, aparte de la voz furiosa del director, solo se escuchaba el llanto desconsolado de la pelirroja.

—Es aberrante que dos estudiantes de Arthur J.H. se comporten como unas bestias y...

Me desconecté totalmente de todo lo que estaba diciendo él. No podía enfocarme en nada más allá que en el dolor atroz que invadía mis costillas y debilitaba mi cuerpo.

Estaba tan agotada.

Si tuviera las fuerzas suficientes para hacerlo, levantaría la mano para poder tocar mi cabello y descubrir el lugar exacto en donde esa demente me había arrancado hebras oscuras, aun así, no hice mucho. Solo continué viendo hacia adelante y me concentré en poder respirar muy por encima del dolor.

—... Somos una institución reconocida globalmente, de aquí han salido los mejores cirujanos de Londres y ¿Van a venir dos maleducadas como ustedes a arruinar aquello? ¿Lo harán?

El llanto de Dahara aumentó su volumen y solo quise que se callara. Dios, yo quería que todo mundo hiciera silencio y me dejara en paz.

Mis ojos se levantaron hacia la mujer rubia que estaba en la puerta de la oficina de dirección y noté que me estaba mirando fijamente. Si no estuviera tan exhausta, podría permitirme a mí misma el aborrecerla con más fuerza de lo normal.

—Y-yo no hice nada —estaba diciendo Dahara, en medio de su llanto—. Ella comenzó, siempre lo hace.

Los ojos oscuros del decano dieron con los míos, pero yo no dije nada.

—Solo quería hacer mi trabajo, yo solo quería seguir con mi proyecto y... —Su voz tembló y lloró aún más—. Ella lo arruinó a propósito.

—¿Algo que decir, Francheska? —el enojo brilló en los ojos del director.

Mis ojos se encontraron con los de Dahara y sentí satisfacción al ver su mejilla totalmente arañada, de hecho, podía sentir bajo mis uñas aun la piel que yo había desgarrado cuando ella se tiró encima de mí y siguió halando de mi cabello.

—No es verdad —mi voz era plana, baja—. Yo no hice tal cosa.

—¡Mentirosa! —gritó ella— ¡Mira lo que me hiciste! —señaló su mejilla arañada y ensangrentada.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora