CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO.

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Nuevo capítulo, espero que les guste full. <3

Lean el capítulo, saquen sus partes favoritas, las suben a historias de IG y me etiquetan a mí para repostearlas (Luz_kaa) 😍

RETO: Si veo mucho amor en comentarios y votos, como en el cap anterior, subo nuevo capítulo el miercoles. ¿Va? 💛💚

Sin más, disfruten.

DREEY

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DREEY.

«—Yo lo quiero Aleksander. Realmente lo hago y no puedo detenerlo, no quiero hacerlo».

Todo mi cuerpo se había quedado totalmente inmóvil al escuchar las palabras de ella, la confesión de ella.

Mientras estaba ahí, todavía de pie, observándola en total silencio, establecí el hecho de que no sabía realmente que quería ella, pero, quizás, esa parte necia y obsesiva mía estaba dispuesta a darle cualquier cosa, si ella sabía cómo pedirla.

La vi aguantar la respiración por un momento después de su confesión, mientras sus ojos miraban por encima de mí y tragaba saliva con suavidad.

¿Ella me quería?

Yo... No sabía qué hacer con esa confesión, yo, no podía hacer nada, no realmente. Las cosas eran difíciles y... Simplemente no.

—Francheska —la llamé con rotundidad, queriendo que ella me mirara y, cuando lo hizo, hable con voz baja, pero firme: — No tiene que hacer esto, realmente ya todo está zanjado entre los dos y no hay necesidad de crear más dilemas.

Es gibt keinen Grund, meine Welt, meinen Kopf und mein Wesen erneut zu ruinieren.

—Lo que yo siento por usted no es un problema, no para mí —me interrumpió y sus ojos claros, los cuales estaban desprovistos de emoción, jamás dejaron de verme—. Vine aquí a disculparme por lo que hice, vine aquí a ser sincera sobre muchas cosas, pero no con la finalidad de hacerlo volver conmigo, le prometo que no es así.

No dije nada.

—Solo escúcheme un momento y, después de eso, le prometo que voy a irme y lo haré de verdad —su voz no titubeó.

Sus ojos amarillos buscaron los míos de nuevo.

—¿Puede por favor escucharme?

Al parecer esto era importante para ella, porque pese a que su rostro era tranquilo y no reflejaba su emocionalidad de siempre, supe que necesitaba hacer esto y...

No debía de ser de mi incumbencia lo que ella necesitara a o no, pero, la verdad era que no era tan mediocre como para mentirme a mí mismo en ese instante y decir que no deseaba escucharla al menos por unos minutos.

—Está bien —cedí de nuevo—. Acompáñame a la otra sala de estar, aquí hace frío.

No esperé una respuesta suya, caminé hacia el pasillo que daba paso a la sala principal de la casa, la cual estaba ambientada cálidamente gracias a la chimenea llameante. Los grandes ventanales del lugar, los cuales daban al boque, se encontraban húmedos debido al frío que embargaba la ciudad aquella noche. Sin decir mucho, me senté en una de las sillas bajo la mirada tranquila de ella y no pude evitar sentirme inquieto ante la cuestión de que se hubiese arriesgado a salir de su casa con tal clima.

ALEVOSÍA  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora