Capítulo 28
Arielle Vandenberg.
Silencios.
Siento un brazo sobre mi pecho, y una respiración lenta y calmada muy cerca de mi rostro, abro mis ojos lentamente, siento los párpados extremadamente pesados, noto que me encuentro en mi habitación y la luz del sol ya está haciendo de las suyas.
Ladeo mi rostro muy despacio, ya que aún siento los mareos. Mi corazón se detiene y mi garganta se seca al notar a Rhett acostado a mi lado.
Lleva su cabello suelto y parte de el cubre su rostro, lleva puesto parte del traje con el cual lo vi…
¿Qué hace en mi habitación?
Elevo mi mirada hacia la puerta la cual no tiene seguro puesto.
Mamá…
Dios…
Intento salir de la cama sin despertarlo ya que se nota que está descansando profundamente y para ser sincera me da pesar despertarlo. Se que muy pocas veces logra dormir realmente.
Murmura algo entre sus labios, y me suelto de su agarre. Cuando estoy por salir de la cama la puerta de mi habitación se abre muy despacio.
¡Mierda!
Siento mi corazón palpitar con fuerza y el aire no fluye.
Mi madre eleva sus manos para mostrarme un taza de té, y sonríe… desvío mi mirada a Rhett y llevo mi mano a mi pecho, ella no dice nada solo deja la taza en mi escritorio.
──Buenos días, Intenta no despertarlo. Pasó casi toda la noche al pendiente de ti, y creo que solo tiene unas horas durmiendo. ──susurra muy bajito.
──Mamá…
──Yo le pedí que se quedará. No hay problema. ¿Ok?
Asiento en silencio aún dudosa. Rodea la cama, y deja un beso en mi cabeza.
──Hoy es un nuevo día. Siempre existirán nuevos días, donde todo queda atrás. ──dice y no logro articular palabra.
Me quedo callada y la veo salir de mí habitación evitando hacer algún ruido, giro mi rostro hacia Rhett quien sigue en el sueño profundo.
Me recuesto lentamente en el cabezal de mi cama, y llevo mis rodillas a mi pecho para luego dedicarme a detallarlo.
No puedo dejar que la ansiedad me aleje de él, de quien me ha hecho tan bien. Muy dentro de mi siento que yo valgo la pena, que soy maravillosa y que todo aquello que Millie pudo decir es falso.
No puedo permitir que ella sea el impulso que me haga caer hacia el fondo.
No puedo.
Cierro mis ojos por un leve instante, y dejó caer mi cabeza en mis rodillas.
Yo puedo, comienzo con mis ejercicios de respiración, los hago con calma, y luego de un rato me levanto para buscar uno de mis diarios, Rhett abraza mi almohada y estoy segura que piensa que soy yo… así que aprovecho y me encamino hacia mí escritorio.
Me detengo a escasos centímetros, detallo una caja blanca con un lazo turquesa en ella y una pequeña nota.
“Eres maravillosa, nadie brilla como tú. Y sabes que es lo mejor de ello que me siento orgulloso de decir que eres mi novia, mis sentimientos hacia ti serán eternos, así como este regalo”
Tu novio, Rhett Owens.
Detallo su caligrafía con lágrimas en mis ojos. Esto es una fiel muestra de que él es perfecto para mi y que si soy alguien especial para él.
Llevo la nota a mi pecho, y dejando caer un par de lágrimas con mano temblorosa deshago el nudo y abro la caja.
Ahogo un gemido, y con nerviosismo saco la base donde es resguardada con vidrio una Dalia turquesa.
La dejo en mi escritorio… y es perfecta.
La base negra, tiene una letras doradas.
“You know I love you so”
La manecilla llama mi atención, le doy cuerda y suena la melodía de Yellow.
Cierro mis brazos en mi pecho y sollozo.
──Buenos días, novia. ──susurra con su voz ronca, giro mi rostro hacia mí cama y allí está él.
Viéndome de pies a cabeza.
Sale con cautela de mi cama, se ve increíble con el cabello suelto y cayendo sobre su rostro.
──¿puedo? ──inquiere señalando mi rostro.
Asiento en silencio. Su toque me hace sentir viva, seca con delicadeza mis lágrimas.
──Es una Dalia eterna. ──explica. ──. Va durar como nuestro amor.
Sin mediar palabra me pego a su pecho y sollozo con fuerza, sus manos acarician mi espalda.
──Todo estará bien. Estoy sorprendido de lo fuerte que eres.
Busca elevar mi rostro, y lo logra deja un pequeño beso en mis labios, y me sonríe con cariño.
──¿Puedo ir a tu baño?
Asiento, y deja otro beso en mi para marcharse hasta mi baño. Se aleja y me quedo detallando la Dalia que yace en mi escritorio.
Largo un fuerte suspiro, y paseo mis dedos por el cristal que la protege.
Es demasiado hermosa.
Tomo la nota y la guardo en una de mis gavetas, notando mis diarios que están a la vista. Desvío mi mirada hacia la puerta del baño.
¿Los habrá visto?
¿Los habrá leído?
Tomo los tres cuadernos en mis manos. Empecé cuando me dio el primer ataque de ansiedad, fue un recomendación de Vivien y la he mantenido desde ese momento, no he escribí todo pero si hay cosas en ellos que no le he contado a nadie.
Tomo el primer cuaderno, y guardo los otros dos, camino hacia lo cama y lo dejo en esta para irme al baño del pasillo, se lo que estoy haciendo, y se lo que implica que él abra ese cuaderno y lea su contenido pero creo que es tiempo.
Trago grueso y me detallo en el espejo.Mi mirada se ha apagado un poco, lavo mi rostro y cepillo mis dientes con un repuesto que tengo en este baño, salgo al asearme, puedo olfatear el café…
Bajo las escaleras dejando a Rhett en mi habitación, mi madre me sonríe detrás de la isla y me extiende la taza que lleva en sus manos.
──Tiene leche.
No digo nada.
Salgo al jardín y me siento en el césped.
Cierro mis ojos y le doy un sorbo a la taza, inhalo el aroma y disfruto de las pequeñas cosas que son tan significantes para mí. Entiendo que quizás existan personas que la estén pasando peor que yo, que por más que mi mente juegue en mi contra soy yo quien tiene el poder, yo puedo callarla.
Soy fuerte. Soy resiliente.
Yo puedo tener momentos de silencio y paz.
Escucha la puerta abrirse pero no me volteo, se que es él. Debería irse a trabajar pero la verdad es que no quiero que lo haga.
Siento como se sienta a mi lado, desvío levemente mi mirada hacia él, ya su cabello está recogido y lleva el diario en sus manos.
──Imagino que lo dejaste en la cama porque querías que lo viera. ──susurra. ──. ¿De verdad quieres eso?
Me giro por completo para verlo a los ojos.
──Lee la primera hoja.
Tensa su mandíbula.
──No tengo que hacerlo.
──Quiero que lo hagas. Lee la primera hoja… por favor.
──¿Aquí?
──Aquí.
Abre el cuaderno y pasa sus dedos por las flores que dibujé en la portada, detalla mi letra y resopla con fuerza mientras yo sorbo lo que queda de café en la taza, la hago a un lado y vuelvo mi mirada hacia el frente.
Contengo el aire hasta que su voz comienza a resonar.
──Marzo 18 del 2019, hoy fue mi primera sesión con la psicóloga Vivien Owens…
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Respira
Roman d'amourA veces olvidamos que la vida consiste en tomar un largo respiro y continuar con el camino. Si algo he aprendido es eso... ha apreciar hasta esa pequeña bocanada de aire fresco que inhalas y expande tus pulmones haciéndote sentir vivo y pleno. Vol...