capítulo 59

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Capítulo 59
Arielle Vandenberg
Una graduación.

Salgo de la ducha y comienzo a cepillar mi cabello frente al espejo.

Mi semblante ha cambiado, y me gusta lo que finalmente veo ante el espejo, ya no hay un simple sombra que debe vivir, hay luz llena de vida.

Me maquillo un poco buscando realzar lo que veo y me gusta de mi, ante mi físico me desagradaba, me sentía tan mal conmigo misma.

Buscaba una excusa para no hacer esto, arreglarme, vestirme… incluso pararme de la cama. Me invitaban a salir cuando al ansiedad empezó y me encerraba y eludía las salidas con la excusa de que tenía otras cosas que hacer y lo único que hacía era acostarme en mi cama a ver el techo lleno de pequeñas estrellas.
 
Hoy puedo salir, y aunque ciertas situaciones o lugares muy llenos me causan un poco de ansiedad, disfruto de mi vida poco a poco como lo debería hacer.

Y me gusta, me gusta lo que he alcanzado, Vivien siempre me lo ha dejado claro, pasos pequeños pero importantes. Y así es…

Salgo del baño para conseguirme con Rhett sentado en mi cama.

──Hola…

──¿Tienes tiempo aquí?

──No, no mucho. ──dice levantándose para venir hacia donde me encuentro.
Elevo mi mirada hacia él, sonríe en demasía.

──Estas bellísima. ──susurra.

──Gracias. ──musito nerviosa, Rhett siempre me pone nerviosa.

Su mirada es intensa, y su porte me hace ver pequeña pero siento gigante.

──¿Te gusto?

──¿Gustarme? Me tienes loco. ──susurra como si fuese un secreto. Río divertida ante su rostro.

Dejo caer mi frente sobre su pecho.

──¿Cómo te fue en el trabajo?

Sus manos se pasean por mi espalda y me abraza a su cuerpo.

──Agotador. Creí saber lo que significa estar a cargo de una empresa, y realmente no tenía ni idea. ──musita, cierro mis manos en su espalda.

──Tu puedes…

Elevo mi rostro, la comisura de sus labios forma una bella sonrisa.

──Gracias.

Deja un beso en mi frente.

──Tengo que bajar, le dije a tu madre que subiría a robarte un beso, y luego la ayudaría.

Río.


──Así que es hora de ayudar a mi suegra antes de que quiera matarme. Vístete que me estás tentando a otras cosas. ──dice y detallo que sigo en bata de baño.

Pellizca mi mejilla y sale de mi habitación. Me acerco a mi vestido, cierro la puerta y empiezo a vestirme.

Mi novio ya está aquí y la verdad es que quiero estar con él la mayor cantidad de tiempo posible, el tiempo vuela y pronto tendré que ir e instalarme en Utah. Sin él…

Deslizo la delicada piel por mí cuerpo, y voy al espejo para verme, me queda perfecto. Me coloco un par de zapatillas con tacón y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras para escuchar un alboroto.

Rhett esta intentando sacar la mesa del comedor al jardín.

Tiene la camisa arremangada, y va sin saco.

¡Dios!

Me recorre con la mirada oscura, y siento que me desnuda hasta el alma.

──Estas… ──se queda inmóvil. ──. Preciosa, bella…

Siento que el corazón va a salirse de mi pecho. Trago grueso y recupero la compostura.

──¿Qué haces?

Mi madre se gira a verme, y Rhett se queda con la mesa en medio de la puerta.

──Comeremos en el jardín. ──suelta mi mamá.

──¿Y eso?

──Esta haciendo un clima agradable afuera. Y el cielo está lleno de estrellas.

──Umm… ¿Ayudo en algo?

Niega mandando a Rhett a que termine de sacar la mesa, y este obedece como niño bueno.

Detallo toda la comida que ha hecho mi madre y creo que invito a media ciudad.

──Mamá es mucha comida. ¿No?
Desvía su mirada hacia la isla donde todo está perfectamente servido.

──Vendrán todos. ¿Tu crees que sea mucho?

──La verdad es que si. ──me robo una papá de la ensalada y mi madre chilla.

──¡Arielle! ¡No! ──golpea levemente mi mano. ──. siéntate en la sala y recibe a las personas, anda… chao chao.

──¡Ok!

Rhett vuelve a entrar a la casa, me lanza un beso y empieza a sacar las sillas. Pobre… viene cansado y mamá lo pone a trabajar.

──Mama, sabías que Rhett tuvo un día pesado en la empresa.

──Lo se. Yo hablo con él, sabías… ──suelta de la cocina. ──. Pero él insistió en ayudar.

Me dejo caer en el sofá y no digo nada. Mi novio sigue sacando cosas y mi madre por su parte acomoda la comida. El timbre suena, y me levanto a hacer la tarea que se me fue asignada.

Recibir a los invitados para la gran cena, una cena que hace mi madre para todos aquellos que estuvieron cuando mi accidente.

Abro la puerta y me consigo con Vivien, Alex y Cassie.

La pequeña chilla y se lanza a mis brazos.

──Dime que tu mamá hizo pastel… dímelo.

──¿Mamá hiciste pastel?

──Claro que si, Cass.

Y la pequeña corre hacia la cocina para abrazar a mi madre y llenarla de besos por cumplir sus caprichos con los dulces.

Vivien y Alex me saludan y los invito a pasar, mi cuñada sonríe llena de emoción al verme.

──Arielle volvió. ──susurra acariciando mi mejilla. ──. Me gusta lo que veo, es un lindo reflejo de como marchan las cosas dentro de ti. Tus ojos brillan…

──¿Eso es bueno?

──Lo es.

Pasa de largo para ir a saludar a mi madre junto a su esposo, estoy por cerrar la puerta cuando Millie llega.

──¡Oye me ibas a dejar afuera!
Río y niego abrazándola.

──¡Te aceptaron! ──grita y me hace brincar con ella. ──. Estoy tan feliz.

──Yo también… realmente lo estoy.

Suelto confesando algo que no sentía en largo tiempo, y así poco a poco la casa se va llenando con personas que significan tanto para mí.

No sabía que esto era algo que necesitaba, algo que me podía llenar tanto.

Estamos en el jardín donde todos conversan, Jenny también está junto a Hilda y su muy carismático esposo. Incluso mi profesora guía y madrina de graduación con algunos de mis compañeros.

Me abrazó Rhett mientras él toma algo junto a Alex, me recibe y deja un beso en mi cabeza para seguir en su conversación.

Amo esto.

Lo amo mucho, y se que cuando vuelva, lo tendré.

Mi mamá se para en medio del jardín con una copa de champagne en sus manos.

──Buenas noches, esta noche es una noche especial. Mi pequeña niña fue aceptada en dos buenas universidades, sus diarios serán publicados y lo más importante está viva… ──susurra con lágrimas en sus ojos. Yo siento un nudo en mi estómago al escucharla. ──. Las cosas buenas llegan, siempre lo hacen, entiendo que en algún momento creemos que no nos pasará nada bueno pero si lo hace, el simple hecho de respirar es una gran bendición. Hoy mi hijo lo hace, respira… y respira llena de amor y felicidad.

Rhett me acaricia el brazo.

──Un momento especial te perdiste pero como me dijiste, ganaste vida. ──se dirige a mi. ──. Hoy… todos estamos aquí para recrear ese momento que es especial en la vida. Tu graduación…

Abro mis ojos en demasía.

Mi profesora sonríe en la distancia y da un paso hacia delante llevando un diploma en sus manos.

──Vamos a graduarte, Arielle.

Vivien se acerca con una toga y un birrete, estoy temblando, y Rhett sonríe buscando calmar mi cuerpo. Entre ambos me colocan las cosas.

──¿Es en serio?

Todos sonríen y aplauden en medio de mi shock.

──Si, es muy en serio. ──dice Rhett. ──. No puedes irte a Utah sin una graduación. Así que… aquí tendrás una.

Todos se sientan menos mi profesora, me siento en las condenadas nubes, debo estar soñando.

En las sillas me observan todos aquellos que han marcado etapas en mi vida, buenas y no tan buenas pero que siempre han estado allí, y que aunque algunos huyeron volvieron al entender lo que sucedía en mi vida, cuando comprendieron que la empatía es necesaria para existir en un mundo donde hay tanto caos y que muchas veces nos sobrepasa creando tormentas en nuestras mentes desestabilizando nuestras vidas. Afectando nuestro entorno y bienestar.

──Arielle Dahlia Vandenberg. ──llama mi profesora y todos aplauden y se levantan.

La emoción que siento es indescriptible, no es lo que está por pasar, es ver las caras de quienes me aman lo que hace que este momento sea mágico.

Momentos… De eso trata la vida.

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