Capítulo 43
Rhett Owens
Promesas.
Tengo que hacer un gran esfuerzo para no lanzarme sobre ella, se ve tan hermosa que me tiene embobado.
Me tiemblan las manos debo tomar grandes bocanadas de aire para calmarme, ella me detalla… siento que con cada segundo que pasa mis esperanzas de que ella acepte se pierden.
Tensa sus labios en un gesto que jamás me ha pasado desapercibido está pensando…
──¿Cuál veremos? ──mi alma vuelve a mi cuerpo.
Debo controlarme para no gritar y abrazarla.
──Debemos empezar por la primera, y si podemos seguimos. ──digo emocionado.
Ella asiente, extiende su mano para tomar el tarro de galletas, sus dedos rozan ligeramente mi mano.
──¿En mi habitación?
──En donde tú quieras… si me dices que en el techo, allí será. ──suelto, ríe divertida.
Niega caminando hacia la cocina, saca una bandeja de uno de los gabinetes, con un par de tazones, en uno sirve un poco de galletas, en otro pastel hecho por su madre, y en el último macarrones con queso.
Saca dos latas de gaseosa y me extiende la bandeja.
──Si veremos películas, debemos hacerlo bien. Con mucha comida…
──Me parece perfecto. ──susurro.
Deja el tarro con una pequeña nota.
──Dejo esas para mamá, espero que no te importe.
──Claro que no. ──suelto, levanto la bandeja y sigo de cerca a Arielle no puedo evitar recorrerla con mi mirada.
Me atrae y demasiado, me gusta todo de ella… hasta el dulce aroma que expide su cuerpo.
Lleva su dedo a sus labios y trato de hacer silencio cuando llegamos al pasillo, abre la puerta e ingreso a su habitación, Cierra la puerta con seguro.
──Mamá no ha dormido bien. Quiero que descanse unas horas.
──Trataré de no hacer ruido. ──digo dejando la bandeja en la cama.
Puedo notar que estaba acostada con la televisión encendida en el canal viajes…
──¿Canadá? ──inquiero con un nudo en la garganta.
Frunce su ceño al escucharme, desvía su mirada hacia la pantalla que muestra lugares de turismo en Baltimore.
──No lo estaba viendo… solo necesitaba escuchar algo.
Suelto el aire, y la pesadez. Rodea su cama y se mete en ella, da pequeñas palmadas al otro lado de la cama, me quito mis zapatillas de deporte y entró para acostarme a su lado.
──¿En donde veremos Harry Potter?
──Pague una suscripción en una app.
Me extiende su control remoto, y hago todo para activar la aplicación que nos permitirá ver las películas, siento su mirada en mí y eso acelera mi corazón.
──Viniste esta mañana… ──susurra.
Trago grueso.
──Si. ──no me volteo a verla, si lo hago mis ganas de besarla van a ganarme.
Estamos muy cerca.
──¿Por qué?
──Porque me importas. ──la aplicación abre y busco las colecciones de las películas.
──Tu también me importas, Rhett. Es por eso… que quiero darte la mejor versión de mi, no menos.
Aprieto con fuerza el control, esta vez no puedo resistirme giro mi rostro y allí está ella observándome con esos hermosos orbes tan llenos de vida.
──Lo se. Lo entendí. Por eso te prometo dejarte libre… pero justo ahora no puedo hasta que comprendas que somos uno.
──Siempre mío…
──Siempre tuyo.
Muerde sus labios, y vuelve su vista hacia el televisor.
──Fui al psiquiatra hoy, y vino Vivien.
──Lo se.
Asiente con una pequeña sonrisa para volver su vista hacia mí.
──¿Empezamos?
──Empezamos. ──afirmo.
Se acomoda en su cama, me extiende una almohada y halo la bandeja hacia nosotros, Arielle toma una galleta y yo el tazón con macarrones con queso.
──Mmmm… ¿Las hiciste tú? ¿En serio? ──inquiero masticando la galleta.
──Si.
──Están divinas, creo que las de mi madre no van a sobrevivir sino se despierta pronto. ──suelta y me río.
La detallo mientras la película empieza, mastica y disfruta de las galletas.
Se acerca más a mi, toma la cuchara y me da macarrones.
──Come. Conociéndote, no has comido nada. ¿Verdad, Rhett?
No puedo mentirle. Disfruto de la comida que me da mientras vemos la película, cuando finaliza de darme, hago a un lado la bandeja y ella se acomoda en mi hombro.
Vemos la primera película en esa posición, ella sencillamente se queda a mi lado y disfruto de este momento, disfruto del silencio que nos abriga y es algo que voy a atesorar.
Pasamos a la siguiente de inmediato, pero la puerta es tocada. Arielle se levanta para evitar que yo lo haga, quita el seguro y Ela está en la puerta. Desvía su mirada hacia mí y me sonríe.
──Hola, Rhett. ¡Que bueno verte!
──Gracias, Ela. Lo mismo digo… ──susurro.
──Vamos por la segunda de Harry Potter . ──dice Arielle.
Su madre la detalla y sonríe en demasía al verla.
──¡Que bueno, cariño! Voy a Elli’s iba a decirte que me acompañaras… pero sigue con el maratón. Me alegra que estés más animada. ──suelta.
──Si quieres… ──Ela niega.
──Sigan con las películas. Les traeré algo si aún Rhett está aquí, espero que sí. Besos a los dos.
Se despide con un abrazo de Arielle, y de mi con una gran sonrisa, gesticula “Cuídala” y eso haré.
Arielle vuelve a la cama, comienzo la película nuevamente y su calor me invade, no le presto atención a lo que sucede en la pantalla, cierro mis ojos para disfrutar de este momento. Siento que su cabeza se gira y su nariz roza la mía.
Abro mis ojos y allí está ella tan cerca de mi que solo necesito ladear mi rostro para que sus labios choquen con los míos.
Ella toma la iniciativa, ladea su rostro cierro sus ojos y sus labios están en los míos. Se sube sobre mi cuerpo y mis manos inmediatamente van hacia su abdomen desnudo.
──Te extrañe. ──Murmura pegada a mis labios. ──. Te extrañe mucho.
Suelta la liga de mi cabello, y pasea mis manos por este… para luego guiar mis manos hacia su pequeña camiseta y sus pechos que van sin sujetador quedan libres ante mi.
La sujeto de la espalda y la pego a mi rostro, reparto besos en el medio de sus pechos para luego acunar uno de ellos y llevarlo a mi boca, Arielle gime y tiembla. La intimidad entre nosotros ha cobrado mucha fuerza… es entrega pura.
Paso al otro seno mientras ella mueve sus caderas, y me pega más a su cuerpo. Libero su pezón y elevó mi rostro en busca de sus labios.
──Ahora no podré ver más Harry Potter por tu culpa. ──susurro sujetando su rostro.
──Recuérdame que eres mío. ──pide.
La acuesto en la cama, me deshago de mi camiseta, y bajo su pequeño shorts junto con su braga.
La recorro con la mirada, y la vez que lo hicimos en el auto viene a mi mente.
No, nos cuidamos.
──Arielle. ──me tenso. ──. No usamos protección la última vez…
Ella niega con mirada tranquilizadora.
──Me tome la pastilla, no te preocupes por eso. ──hala la cintura de mi pantalón.
──¡Dios! Fui…
Me siento tan irresponsable. Arielle es muy joven, y tiene mucho camino…
──Shh… ──sisea. ──. Hazme el amor, Rhett.
Mi garganta se seca ante su petición. Busco mi billetera, y saco uno de los preservativos. Hago a un lado mi pantalón para colocarte el condón.
Separa sus piernas, y me hala del brazo.
──Promete que me buscaras cuando vuelvas, Arielle.
──Lo haré. Lo prometo.
Bajo hacia su cuerpo, y poco a poco voy entrando en ella, mi boca saliva más de lo normal ante la sensación, mi piel se eriza y cierro mis ojos para sentir más…
Mucho más.
──Promete que vas a esperarme. ──sisea.
──Lo haré. Lo prometo. ──gruño terminando de entrar en ella de golpe.
Sus manos se aferran a mi espalda.
──Te amo.
──Yo te amo, Arielle.

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Respira
RomansaA veces olvidamos que la vida consiste en tomar un largo respiro y continuar con el camino. Si algo he aprendido es eso... ha apreciar hasta esa pequeña bocanada de aire fresco que inhalas y expande tus pulmones haciéndote sentir vivo y pleno. Vol...