Capítulo 13
Arielle Vandenberg
Susto.
──¡Arielle! ──exclaman moviéndome de un lado a otro.
La voz de mi madre me hace abrir mis ojos de golpe, volteo mi rostro hacia un lado, y el espacio está vacío.
Tengo el corazón a mil volviendo la vista hacia mi madre que me observa con el ceño fruncido.
──Párate. Debes ir a clases… ya me voy a Elli’s. El desayuno está listo.
Asiento sin decir nada, ella camina hacia donde se encuentra mi laptop encendida.
──¿Estuviste estudiando?
──Si. ──respondo confundida.
Estoy segura que apague la laptop al acostarme.
Me acerco a la orilla de la cama y detallo las botas de Rhett y me inclino para meterlas debajo de la cama, y un leve quejido me hace abrir mis ojos en demasía. Mi madre se gira a verme.
Mierda.
──Bueno, me voy. Me llamas cualquier cosa y pasa por Elli’s cuando salgas. ──dice saliendo de mi habitación.
Recuerdo que le puse botón a la puerta.
Bajo de mi cama apresurada para volver a trancar la puerta con el seguro, y me quedo un par segundos recostada a esta intentando recuperar el aliento que se ha esfumado por el susto.
Escucho como se deslizan debajo de la cama, y Rhett sale con el cabello suelto y con sus botas en sus manos.
──No es fácil meterse debajo de tu cama. ──musita provocando una sonrisa en mis labios.
──Casi nos descubre. ──susurro.
──La escuché, y me escondí a tiempo. Me quedé dormido, lo siento. ──dice niega paseando mis manos por mí cabello nerviosa.
Debo verme como un desastre.
──Estas bella, Arielle. ──suelta acercándose a mí.
Pasea sus dedos por mi barbilla llenándome de calor. Escucho en la distancia como mi madre enciende su auto, y ya con ello me calmo un poco.
──¿Dormiste?
──Sorprendentemente, si. Toda la noche, hasta que el sol empezó a asomarse por tu ventana. ──dice, asiento ante su mirada. ──. Buenos días, Arielle.
──Buenos días, Rhett. ──susurro. ──. Voy a…
Detallo mi pijama y me apresuro a tomar una pequeña bata para cubrirme, el sonríe y se encamina hacia mí laptop.
Desliza su dedo por el touchpad y está cobra vida en un archivo de Word.
──Me desperté temprano, y termine tu ensayo de ciencias. Solo debes enviarlo…
Me sorprendo cuando lo escucho, me acerco a la laptop para notar que ciertamente termino mi ensayo, hasta le hizo la hoja de presentación.
──¿En serio? ¿Lo terminaste?
──Si. No quiero que salgas mal o que descuides tus estudios por mí, si puedo ayudarte lo haré, Arielle. Nada me cuesta. Ya pasé por todo eso… y para mí fue un paseo.
Recarga su cuerpo en la puerta, y me detalla.
──Me gusto dormir contigo.
Siento mis mejillas calentarse.
──A mí también me gustó. ──asiente satisfecho.
──Debes ir clases. Hagamos algo… yo iré por desayuno mientras tú te arreglas, vengo por ti y te llevo a clases. ¿Te parece?
──Esta bien…
Me sonríe y se acerca para pellizcar mis mejillas, se coloca sus botas y va hacia la ventana dejándome confundida.
──¿Qué haces?
──Me voy… ──niego acercándome a él.
──Por la ventana no, mamá no está… puedes irte por la puerta. Si te caes… yo viviré con ese condenado cargo de conciencia.
──Esta bien, me iré por la puerta. Vengo en un rato lo prometo. ──dice y viene hacia mí para dejar un beso en mis labios.
Sale de la habitación dejándome anclada al piso. Corro hacia mí baño emocionada porque esto nunca me había pasado, y para ser sincera no pensé que me pasaría, me he estado hundiendo sola en un abismo y Rhett con su llegada abrupta me ha sacado poco a poco.
Me ducho rápido, y por primera vez en un largo tiempo me dedico a escoger lo que me pondré.
Un pantalón de mezclilla, una camiseta rosa y unas bailarinas.
Arreglo mi bolso, y envío la actividad de ciencias. Paseo mis dedos por las Dalias antes de salir de mí habitación. Bajo las escaleras para esperar a Rhett en frente de la casa pero le detengo en seco cuando observo a mi madre parada en la puerta.
Mi corazón se detiene por un instante.
Recorre mi cuerpo con su mirada, y temo lo peor. La angustia empieza a tomarme.
──Vi su camioneta en la otra calle, lo vi salir de mi casa… quiero una explicación, Arielle.
──Vino a verme. ──suelto.
──¿Vino a verte? Paso la noche aquí, Arielle. ──musita acercándose a mí.
La presión en el pecho se acrecienta.
──¡No porque tengas 18 años harás en mi casa lo que te de la gana! ──exclama. ──. Lo quiero lejos de ti.
──No… ──susurro con lágrimas en mis ojos. ──. No voy a alejarme de él, mamá.
Escucho la camioneta aparcar, me tenso porque ella ladea su rostro hacia la ventana. La puerta es tocada y niega volviendo su vista hacia mí.
──¿Arielle? ──la voz de Rhett resuena.
Mis piernas tiemblan pero doy una larga inhalación, y le paso por un lado para abrir la puerta, ella intenta detenerme pero insisto hasta que lo logro.
Rhett me detalla y desplaza su mirada hacia mi madre que insiste llamándome.
──¿Nos vamos? ──inquiere el rubio.
Asiento tomando su mano.
──Te quiero lejos de mi hija. ──dictamina mi madre con voz fuerte.
Rhett eleva una de sus cejas e ingresa a la casa sin soltar mi mano.
──No voy a alejarme… y acostúmbrese a verme. ──gruñe dándole una mirada de advertencia. ──. Debería ser más empática con su hija… debería entenderla y sobre todo apoyarla, no es sólo vigilar que se tome los medicamentos, es ser un apoyo. Y si insiste en prohibirme verla… yo puedo hablar…
Ella tensa su rostro, se gira para darnos la espalda, no dice nada. Y se da por entendido que no va a cuestionar nada. Rhett sale conmigo de la casa, me sostiene con fuerza la mano intentando de llenarme de fuerza.
La brisa aligera mi cuerpo, cierro mis ojos y me detengo en toda la entrada, siento sus manos acunando su rostro.
──Respira… ──susurra muy cerca de mi, asiento uniendo su frente con la mía. ──. Solo respira… el aire es ligero, y todo está en paz… somos tu y yo. Más nadie.
Lleva mi mano a su pecho para que sienta su corazón.
──Siéntelo… solo respira, Arielle.
Abro mis ojos para verlo cerca de mi, me guía poco a poco hacia su camioneta sin quitar su mirada de la mía, me abre la puerta y allí espera que yo misma tome la decisión de subir, al cabo de un par segundo subo con un largo suspiro aflorando de mis labios.
Rhett baja la ventanilla, y rodea rápidamente la camioneta para subirse a esta y arrancar de una conmigo en pleno ataque de ansiedad.
Me aleja de mi casa y miles de cosas pasan por mí mente, mi corazón golpea con fuerza en mi pecho y la sensación de aturdimiento llega.
Poso mis manos en mis oídos y subo mis piernas hacia mi pecho para refugiarme en esta.
Me digo una y otra vez…
Solo respira, Arielle. No es tan difícil.
No se en que momento, ni en qué instante llegamos al parque. El abre mi puerta y me carga pegándome a su pecho para guiarme hasta el césped.
──Aquí estoy… aquí estoy. ¿Si?
Musita con calma.
Se sienta conmigo acuestas, y quedamos mirando al cielo.
El sol está siendo opacado por una inmensa nube, el clima está algo triste.
──Cierra los ojos, solo concéntrate en ti.
──No soy buena. ──suelto. ──. Soy un desastre…
──Eres un ángel, eres increíble y maravillosa. Repítelo en tu mente muchas veces, y dilo en voz alta conmigo… “Soy un ángel, soy increíble y maravillosa”
──Soy un ángel, soy increíble y maravillosa. Soy un ángel, soy increíble y maravillosa. Soy un ángel, soy increíble y maravillosa. ──repito siguiendo el movimiento de sus labios.
──Créetelo. Porque todo lo que digo es verdad. ──susurra. ──. Solo respira...
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Respira
RomansaA veces olvidamos que la vida consiste en tomar un largo respiro y continuar con el camino. Si algo he aprendido es eso... ha apreciar hasta esa pequeña bocanada de aire fresco que inhalas y expande tus pulmones haciéndote sentir vivo y pleno. Vol...