capitulo 64

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Capitulo 61
Arielle Vanderberg
Mis padres.

Luego del almuerzo que tuvimos, mi padre se ofreció a ayudarnos con las muebles. Entre discusiones y acuerdos terminamos de organizar todo.

Entre Rhett y él existe una pequeña guerra, y aunque no me gusta la entiendo. Mi novio está molesto por lo que hizo mi padre, y mi padre está incómodo porque Rhett está haciéndose cargo de mi, quitándole deberes lo cual evidentemente lástima su ego.

Mi papá quiere compensar su falta, su ausencia y lo veo… lo siento, pero mi vida continúa y debo seguir.

Estoy tendiendo la cama, y colocando en ella las almohadas,  un leve carraspeó me hace girar. Mi papá está en todo el marco con la Dalia eterna en sus manos.

──¿Lo recuerdas?

Insinúa señalando la flor.

──Si, siempre. Me regalabas Dalias desde pequeña.

Entra a la habitación y le deja en la mesa de noche junto a mi fotografía con Rhett en el concierto de Coldplay.

  ──Si, una Dalia para mi princesa.

──Si. ──murmuro.

Se siente en la cama, y detalla la fotografía y sonríe.

──Fuiste a un concierto.

Rodeo la cama, y fijo mi mirada en el momento más mágico de mi vida.

──Fuimos a ver a Coldplay. Rhett me pidió ser su novia allí, con Yellow siendo tocada.

Me inclino hacia la Dalia eterna y la hago sonar, y le muestro la escritura.

──Es parte de la canción.

──Es un buen chico.

──Lo es. Deben de parar la pequeña guerra que tienen. Los quiero a los dos en mi vida fluyendo a mi lado. No me hace bien verlos bien dos segundos y luego empiezan a decirse cosas diez minutos.

Asiente dándome la razón.

──Debes entender…

Lo interrumpo.

──Lo entiendo, créeme que lo hago pero tú dijiste que no podías hacerte cargo de mí universidad y él tomó el mando de la situación porque sabía y comprendía lo importante que era para mí venir. Y aunque nos duele el tener que separarnos, y sé que está callando muchas cosas, me apoya sin excusas, sin pretexto y no porque se lo pida, lo hace porque quiere. A mamá tampoco le gusta pero ella acepta aquello que me hace bien, que imparte un  lado positivo a todo lo que sea para mi crecimiento. Espero que hagas lo mismo.

No dice nada.

Me siento a su lado.

──¿Cómo están tus cosas? ¿Cómo está Bella?

Inquiero preguntando por mi hermanita.

──Bien, mucha trabajo pero todo está bien y Bella está enorme… dice tu nombre. La grabe.

Saca su teléfono y entra a la galería donde puedo notar que tiene fotografías mías recientes… elevo mi mirada para verlo, mientras él abre el video, recargo mi cabeza en su hombro relajando por completo mi cuerpo a su lado.

Corre el video y la pequeña Bella aparece balbuceando, mi padre le muestra una fotografía mía.

──Ari… 

──Si, cariño. Ari, tu hermana.

Le da un beso a la fotografía, y mi corazón se derrite al instante.

──Me encantaría que ambas compartan. Lo merecen, tanto tú, como ella.

──A mi me encantaría, papá.

Asiente, toma mi mano dejando a un lado el teléfono, sé que llegó el momento.

Es hora de despedirse. Sólo vino por unas horas para verme y comprobar que todo estuviera bien, algo que agradezco grandemente.

──¿Estarás bien?

──Lo estaré. Y de no estarlo, sé que puedo recurrir a ustedes. Sólo tengo que llamar.

──Solo tienes que llamar. Y estaremos tocando esa puerta. Puedes asegurarlo.

──Gracias por venir papá. Gracias por lo que estás haciendo para estar en mi vida.

Susurro siendo sincera.

Me hala a su cuerpo para abrazarme y aunque al principio me siento extraña cierro mis manos en su espalda para sentir ese calor familiar que muchas veces me hizo falta.

Inhalo su aramo y mi cuerpo se relaja, los recuerdos de mi infancia corren por mi mente, las sonrisas, los abrazos y esas Dalias que me regaló y me hacían suspirar.

Él me enseñó el tipo de hombre que merecía, y hoy lo tengo a mi lado.

Nos separamos con pesar, un par de lágrimas recorren sus mejillas.

──Mi princesa creció.

──Si papá, pero seguiré siendo tu princesa por siempre.

Seco sus lágrimas.

Nos levantamos para salir de la habitación, Rhett está instalando la TV de la sala, voltea a vernos y entiende lo que sucede. Deja a un lado las herramientas.

──¿Ya debe irse?

──Si, mañana tengo una reunión en la tarde pero vendré en cuanto pueda.

──Gracias por venir.

──Gracias a ti por todo lo que has hecho por Arielle. Estoy feliz de que estés a su lado. 

──Mas feliz estoy yo… ──susurro.

Mi novio sonríe.

Rhett extiende su mano a mi papá y este la acepta para luego abrazarlo rápidamente.

──Nos vemos pronto.

──Así será.

──Lo acompañaré.

Rhett asiente, y vuelve al televisor. Salgo del apartamento con mi papá, ninguna dice nada, sólo caminamos tomados de la mano como cuando me ayudaba a cruzar la calle.

Salimos del edificio, el auto que alquilo lo espera.

──Voy a pasarte dinero a tu cuenta. ¿Ok?

Pongo mis ojos en blanco, sólo asiento para que deje el tema.

──Si, papá. Esta bien.

Ríe ante mi tono cansado.

──¿Vas a llamarme?

──Si.

──La próxima vez vendré con Bella.

Sonrío.

──Seré feliz.

──Todo irá bien, eres maravillosa hija, recuerda que por muy grises que sean los días, el sol siempre brillará en lo más alto.

Sus palabras me llegan al alma.

──Así es. Te amo, papá.

──Yo más…

Lo abrazo con fuerza, y permanezco pegada en su pecho largo rato. Se aleja hacia su auto, y aunque mi corazón se estruja con su partida, siento una gran paz interna.

Entiendo que este acercamiento no evitará que mi ansiedad aparezca nuevamente pero todo en mi vida empezará a encajar con este pequeño paso que nos une nuevamente.

Lo observo alejándose en su auto, y antes los recuerdos de un momento así me llenaban de pánico, de mareos, náuseas y ahogos… hoy siento calma. No durará para siempre, lo sé. La ansiedad no es algo que desaparece, no es algo que se cura. Ella vivirá siempre conmigo, pero yo puedo controlar la situación.

Lo sé.

Vuelvo al edificio, para subir a mi piso.
Abro la puerta y ya el televisor fue instalado, la sala se ve hermosa con todos los muebles que escogimos, y todo tiene ese toque que me recuerda el apartamento de Rhett en Atlanta, tal como lo quería.

Busco a mi novio en mi habitación, la luz está apagada pero mi mirada va hacia las estrellas que brillan en el techo…

──Tu mamá quiere que recuerdes que las estrellas siempre te acompañarán, al igual que ella.

Susurra detrás de mi.

Un nudo se forma en mi garganta.

Mi mamá es la mejor.

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