capítulo 23

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Capítulo 23
Arielle Vandenberg
Clases.

Entro en la oficina de Vivien luego de varias semanas sin venir, sonríe al notarme.

──¡Arielle! Que bonita sorpresa. ──exclama. ──. Siéntate, por favor.

Hago lo que me dice y le sonrío desde mi asiento. Me detalla de pies a cabeza y agranda su sonrisa.

──¿Debo preguntar cómo estás?
Asiento oprimiendo la sonrisa que quiere salir de mis labios.

──¿Cómo estás, Arielle?

──¡Feliz! ──exclamo. ──. Estoy… ──suelto un largo suspiro y cierro mis ojos por un instante. ──. Estoy enamorada, y estoy feliz. Me siento bien, estable, libre, y con aire en mis pulmones. Estoy respirando después de tanto tiempo.

Ladea su rostro llena de emoción.

──Eso, eso es maravilloso, Arielle. Me llena de gran alegría verte de esta manera. ¿Quién es él?

Muerdo mi labio porque Vivien aún no puede saber, Rhett me dijo que hablaría con ella.

──Es un poco mayor que yo, sabe de mi ansiedad y me ha estado apoyando. Me dieron dos crisis y él estuvo allí conmigo, ayudo a que me calmara y desde entonces no tengo pensamientos, ni crisis.

Asiente escuchando con atención.

──Eso es muy bueno, es un gran avance. ¿Y el medicamento? ¿Lo sigues tomando?

Niego, frunce sus labios y me tenso al instante.

──Arielle… no puedes dejar el medicamento de la noche a la mañana. Puede que anímicamente no los creas necesarios pero tu organismo los necesita, ¿Has ido al psiquiatra? 

──Me toca consulta la semana que viene. ──susurro.

──Los medicamentos no pueden dejar de tomarse así, es progresivamente su suspensión, la dosis se baja hasta llegar un punto en el cual no son necesarios. Recuerda que cuando los empezaste a tomar tuviste una bajada fuerte, lo mismo puede pasar al suspenderlos de golpe. Hablaré con Angust al respecto, pero por favor promete que los volverás a tomar hoy.

──Lo haré. Lo prometo es… que  pensé que no son necesarios, no en este momento de mi vida. 

──Entiendo… ──susurra, hace a un lado su libreta y se acerca a mí para tomar mis manos. ──. El amor es bello, es puro y liberador. Me hace feliz ver qué haz conseguido a alguien que a pesar de saber tu condición está allí. Pero, recuerda algo… él no es tu salvación. Eres tú. ¿Ok? No quiero que te vuelvas dependiente de alguien para estar bien. ──musita. ──. Debes estar bien, sola… si te sientes bien contigo misma, estamos yendo en el camino correcto. Si lo necesitas a él para estar bien, es el camino errado.

Trago grueso al escucharla. Y entiendo a lo que se refiere.

──¿Crees que lo veo como mi estabilidad emocional?

Niega.

──No lo creo. ¿Te sientes mal en este momento? ¿Cómo has pasado el día?
Desvío mi mirada.

──Me siento bien, tranquila y no hay preguntas en mi cabeza, no hay dudas, ni miedos. Me siento normal… me siento bien.

──¿Y lo necesitas? ¿ físicamente?

──Quiero verlo pero no es que el mundo va a acabarse si no lo hago en estos momentos. ──confieso y ella asiente.

──Me gusta eso. Trata de estar bien para ti, no para él. Procura cuidar tu mente, tu estado y tu bienestar. Recuerda que si estás bien, la relación que hoy tienes con ese hombre, estará de maravillas. Entiendo que quizás sientas carga pero solo deja que las cosas fluyan, vive está etapa… y disfrútala. ¿Si?

──¡Si!

──¿El entiende eres de alta demanda?

──Si, sabe que lo necesito más de lo que él a mi.

──Perfecto.

Se levanta y vuelve a su sitio. Detallo mis uñas y muevo mis pies.

──Mi padre me llamo.

Vivien se gira a verme.

──Yo… creo que tenía más de un mes sin saber de él, y ni hablamos dos minutos porque su nueva hija estaba llorando.

──¿Qué sentiste, Arielle?

Relajo mi espalda en la silla.

──Me sentí sin sentido. Fue como si volviera a correr detrás de él. Me sentí ignorada por el hombre que más he querido en mi vida. A veces deseo que no me llame, no quiero escucharlo pero en el fondo, me hace falta. Lo extraño, y me duele no sentirme amada por él. ──suelto sin más.

──Arielle, tú eres maravillosa. No permitas que terceras personas apaguen tu luz. No eres tú la que pierde, es resto del mundo. No atraigas hacia ti energía que no aporta. Los límites son importantes… si él no desea ser parte de tu vida, él se lo pierde. No tú. Debemos soltar aquello que nos hiere y lástima, incluso si se trata de nuestro padres, lo único que importa en este momento es que Arielle está bien, no le contestes si vuelve a llamar. No necesitas sentirte excluida de su vida. No te hace falta… mírate.

Sonrío al escucharla.

──Te tengo una tarea. ──dice animada. ──. Vas a pararte frente al espejo y vas a decirte todas las mañanas lo maravillosa que eres. ¿Ok?

──Ok.

──Recuerda también los ejercicios de relajación, y respiración. Por favor. ¿Cómo vas con el diario?

──De maravilla, ya llevo tres cuadernos. ──asiente satisfecha. ──. He escrito mucho últimamente.

──¡Eso es bueno! Por cierto, los profesores están muy feliz con tu avance en clases. Te has puesto al día. Me ha encantado verte, Arielle.

──A mi también, Vivien. Gracias…

──De nada. Ya sabes dónde encontrarme. Estoy a la hora que sea. Y recuerda Arielle, quién no sume no hace falta.

Asiento y me levanto para abrazarla rápidamente. Ella corresponde feliz y salgo de su oficina con el mismo ánimo que entre pensé que me afectaría hablar de mi padre pero no lo hizo, camino por los pasillos directo a mi casillero para esperar la siguiente hora de clase.

Saco mi teléfono, y empiezo a buscar algunas cosas para el cumpleaños de Rhett que acerca y quiero darle algo especial. Me detengo en mi casillero y recargo mi espalda en este mientras sigo navegando en internet.

Siento unos brazos cerca que se posan cerca de mi rostro. Elevo mi mirada para notar a Ben con su mirada en mí detallándome.

Está muy cerca de mi.

──Hola, Arielle.

──Ben, ¿Qué haces aquí?
Guardo mi teléfono, y me giro para buscar mis cuadernos.

──¿Quién era ese hombre de hace días?

Tenso mi mandíbula, se refiere a Rhett.

──Mi novio. ¿Por qué? ──respondo con sequedad.

Frunce sus labios parándose a mi lado.

──Es mayor.

──Aja. ──musito, saco mis cuadernos y los guardo en mi bolso, Ben pasea sus dedos por las dalias turquesas haciéndome sentir incómoda.

──Arielle, lamento lo de hace días. No fue mi intención incomodarte el días que nos vimos en la cancha.

──Ok.

Respondo, y cuando estoy por irme me sujeta del brazo impidiendo que me alejé.

Kevin Main, se acerca a saludarlo su compañero de equipo.

──¡Arielle! Guau… que belleza. ──me aferro a mi bolso desviando mi mirada a este. ──. ¡Que cambio!

Ben lo golpea en el hombro y lo aleja.

──Vete. Idiota. ──Vuelve su mirada hacia mí. ──.  No me gustó verte con él, Arielle. No se porque… me dieron celos, para serte sincero.

Respiro con fuerza y detallo a en la distancia a Millie quien frunce su ceño en la distancia.

──No deberías. No somos nada. Él es mi novio, ahora sí me disculpa. Voy a clases.

Me aferro a mi bolso y le paso por un lado. Escucho las risas de sus compañeros y los murmullos en la distancia. Me da igual…

Saco mi teléfono y tecleo un mensaje para Rhett, hoy es su tercer día en el trabajo.


Mi ladrón de Dalias
Feliz tercer día de trabajo, novio. Te quiero mucho.


Su respuesta como siempre no tarda en llegar.


Mi apellido extraño. 
Mi hermosa novia, gracias. Yo también te quiero mucho. Hoy almorzamos juntos, cuento las horas para verte…


Sonrío emocionada.

Ingreso al salón y tomó mi asiento, sigo revisando en internet lo de los regalos de Rhett, hago la compra con mi tarjeta. Mi madre me paga por ayudarla en Elli’s y tengo algo reunido en ella.

Espero que le guste mucho.

──Buenos días chicos. ¡Comencemos! Guarden sus teléfonos.

Guardo el mío, y puedo notar en el distancia la mirada de Millie, no me sonríe ni nada. Solo me detalla.

Entiendo que desde que estoy con Rhett he empezado a cuidarme y sobre todo a reponerme físicamente y eso ha llamado la atención de muchos. Le sonríe levemente esperando que responda pero no lo hace, solo vuelve su vista al frente.

Respiro con fuerza y le restó atención. Es como dice Vivien quien no sume no hace falta.

Intento mantenerme concentrada en clase pero los recuerdos de sus manos sobre mi cuerpo vienen y erizan mi piel, muerdo mi labio y sonrío.


Elevo mi mirada hacia el reloj.

──Horas pasen rápido…


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