Capítulo 58
Arielle Vandenberg
Paz
El viaje en auto fue muy divertido, reímos cantamos a todo pulmón deja fluir mi vida en medio de paisajes y aire puro.
Fue mágico. Todo…
Llegar a casa se siente bien, pero debo admitir que un gran parte de mi quería quedarse con él en esa pequeña casa.
Le muestro a mi madre la carta de la universidad de Utah y el correo, también la de universidad Clark de Atlanta.
Sonríe y chilla llena de emoción, se abalanza a mis brazos y solloza llena de emoción.
──Esto es maravilloso, cariño. Un éxito más. Lamento tanto que te hayas perdido tu graduación.
Hundo mis hombros.
──Me perdí mi graduación pero gane vida. ──susurro hacia ella. ──. El acto no importa.
Asiente y pasea sus manos por mí cabello.
──Esta bien. Me gusta el bronceado que tienes, y estoy enamorada de ti mirada llena de ilusión. ──susurra haciendo que sonría. ──. Te amo, hija.
──Yo también te amo, mami. ──musito dejando un pequeño beso en su mejilla. ──. Voy a mí habitación…
──Ve. Te llamo cuando lleguen todos.
──Ok.
Pellizca mi mejilla y salgo corriendo para subir las escaleras. Cómo hemos llegado de viaje hoy en la mañana, mi madre decidió planear una cena para todos en el jardín. Lo cual me parece magnífico.
Quiero ver a Cassie, Vivian y Millie.
Me abalanzo a mi cama haciendo que un par de almohadas caigan al suelo, cierro mis ojos y por primera vez no escucho nada…
Solo silencio, estoy en calma y siento que ese nudo que siempre permanecía en mi estómago se ha soltado.
Inhalo con fuerza y abro mis ojos para ver el techo blanco de mi habitación cubierto de las pequeñas estrellas.
En un par de semanas despertaré en un apartamento que no las tendrá…
Necesito estrellas, necesito mis Dalias y todo lo que me recuerde que tengo un hogar. Me levanto con pesadez de la cama pero con mucha ilusión y me siento en mi escritorio para revisar mi correo otra vez.
Ver que fui aceptada es algo que me hace creer en los sueños. No puedo negar que siento un poco de temor ante lo inesperado pero estoy dispuesta a enfrentarlo.
Marco el número de Rhett mientras me pongo a buscar información sobre Utah.
──¿Ya me extrañas? ──inquiere con tono divertido. ──. Porque yo a ti si.
Río con fuerza.
──Si. Ya te extraño. ¿Qué haces?
──Estoy firmando un pila de papeles que guardo especialmente para mí Hilda. Y si vieras como me mira… si me descuido me mata.
Escucho sus murmullos de regaños de fondo.
──Dile que tú eres mío, y que te deje quieto. ──susurro.
──Ya dijo que sólo me salvo por ti. ¿y tu qué haces?
──Viendo cosas de Utah. ──respondo.
──Mmm. Quédate conmigo hoy, y te prometo que buscamos opciones de apartamentos. ──dice y me sonrojo.
──Te dije que puedo vivir en los dormitorios sin problema.
──Y yo te dije que no… quiero poder quedarme contigo cuando vaya. Así sea algo pequeño. ¿Ok?
Pongo mis ojos en blanco.
──Ok…
──No has respondido. ¿Te quedas conmigo hoy?
Muerdo mis labios.
──Si, me quedaré contigo.
Chilla y río.
──Termino aquí y me voy para allá. Te amo.
──Yo más. Trabaja…
Tranco la llamada y río viendo el teléfono, no tardará nada en escribirme y así es…
Cada minuto a tu lado, son años de felicidad para mí.
Me derrito con su forma de ser, con lo atento, amoroso y pasional.
Un chat sin leer llama mi atención, me quedo mirando el nombre de este, sopeso no leer, incluso me contemplo la idea de borrar el chat sin siquiera abrirlo pero quizás me arrepienta. Entro a este y comienzo a leer…
Mi querida princesa. Estas letras quizás nunca las leas porque has decido borrar mi mensaje pero espero correr con la suerte de que no sea así.
Fui a verte mientras estabas en la UCI, el dolor que sintió mi corazón al verte en esa cama es indescriptible, me arrepiento de todo y viviré con este dolor todo lo que me queda de vida, fuiste y siempre serás mi verdadero amor. Perdona mis errores, perdona mi desconociendo, perdona mi falta de empatía, el desconocido nos hace insensibles e inhumanos porque eso fui… vinimos a este mundo para ayudarnos, para creer y para amarnos los unos a los otros. Cómo padre mi labor era protegerte, cuidarte y amarte, no lo hice. Falle.
Perdóname, no entendía que el causante de tu ansiedad era yo. No comprendía el daño que te había hecho, ahora lo hago.
Vi el círculo que te rodea, vi a tu madre dispuesta a cambiar de lugar por ti, vi a tu novio derrumbarse en el piso desesperado por volver a ver tus bellos ojos… él, él me dio una gran lección de vida. Espero y deseo que todo aquello que sueñas se haga realidad y que todo eso lo vivas a su lado.
Cuando creas que sea el momento para hablar, aquí estaré. Te escribiré todos los días, y espero que los leas y si decides responder haré todo lo que esté en mis manos para recuperar el tiempo perdido.
Te amo, mi princesa.
Por siempre, papá.
Una lágrima cae en la pantalla de mi teléfono. Sigo bajando y todos los días me ha escrito, desde los buenos días, hasta un buenas noches.
Tenía silenciado su chat y no había notado sus mensajes… su estado cambia y se pone en línea, normalmente cuando eso sucedía mi ansiedad me invadía.
Mi teclado aparece y comienzo a escribir pero me detengo, me levanto de la silla y camino por la habitación manteniendo la calma, y presiono un botón para luego llevar mi teléfono al oído.
Un tono, solo uno…
──¿Arielle?
──Papá. ──susurro.
──Hola… ──su tono de voz denota emoción. ──. ¿Cómo estas? ¿Ya llegaste?
Frunzo mi labio. Mamá le ha estado pasando información.
──Si, hace unas horas… estoy bien, un poco cansada.
──Claro, por el viaje en carretera. ¿Las pastillas? ¿Cómo van los dolores de cabeza?
Me siento en la orilla de mi cama.
──No he tenido estos días. ──susurro. ──. ¿En serio viniste a verme?
Detallo mis dedos y mis uñas, están intactas… no me he lastimado la cutícula en largo tiempo.
──Si. Estuve una semana pero volví por el trabajo. No podía seguir con el permiso. ──explica. ──. Yo… le pedí a tu madre y a Rhett que no te dijeran nada. No hasta que estuvieras del todo bien.
──Ya veo. ──musito, dejo mi mano a un lado. ──. Gracias.
Miro hacia mí Dalia eterna.
──No. No hay nada que agradecer. Yo… cariño. Perdóname ¿Si? He sido el peor padre del mundo.
Escucho el llanto de una bebé, y contengo el aire me preparo mentalmente para lo que pasará.
Va a dejarme y sin explicación, cuando estoy por alejar el teléfono con decepción sigue hablando.
──No quiero perderme más momentos. No más… quiero estar a tu lado, quiero verte brillar y la verdad es que quiero poder abrazarte. ──susurra.
No se qué decir, no se cómo actuar. Durante tanto tiempo quise solo poder tener una conversación tranquila con él y ahora que se puede, yo no sé qué decir.
──Entiendo tu silencio y lo comprendo. Pensé que está llamada no pasaría en largo tiempo.
──No había visto los mensajes, yo… tenía silenciado tu chat de mensajes.
──Comprendo. Lamento mucho el daño que te hice. Iré la semana que viene, si te parece… ¿Estaría bien?
Muerdo mi labio.
──Yo te aviso.
──Ok. Eso, eso es suficiente para mí. Te extraño, princesa. Y me alegra tanto saber que estás bien.
──Gracias, papá. Nos vemos pronto.
Decido darle fin a la llamada.
──Espero ese día con ansias. Besos.
──Igual.
Me quedo viendo el teléfono en mis manos, me giro al sentir alguien detrás de mí, mi madre me detalla con curiosidad. Estudia mi reacción.
──Vino…
Asiente.
──Estuvo toda una semana. ──trago grueso. ──. Cuando despertaste lo llame y te vio por vídeo llamada, no habló porque no quería alterarte. Todo ese tiempo estuvo hablando con Vivien, y creo que logró comprender lo que sucedía.
Vuelvo mi mirada al aparato.
──¿Hablo con Rhett?
──Si, aunque al principio Rhett estaba algo receloso al respecto. Pero, si. Hablaron.
──Ya veo.
Siseo dejando a un lado mi teléfono.
──No puedo decirte si su arrepentimiento es real o no. Pero lo que yo vi en esa clínica fue un padre desesperado que entendió que hizo mal al castigarte a ti. Y que le dolía la posibilidad de perderte, hija. Deja que el tiempo fluya… y que tu mente y corazón sanen como es debido.
──Gracias, mamá. Por todo… de verdad es que eres… única. ──sonrie levemente.
──Te compre algo hace días. ──susurra, viene hacia mí y saca un hermoso vestido negro de tiros.
Me levanto y paseo mis manos por este.
──Es hermoso mamá.
──Si, lo es. Pero seré más bello en ti. Póntelo para cenar. Puedo asegurarte que vas a infartar a Rhett.
Rio con ella.
La veo salir, y me recuesto en mi cama con el vestido en mis manos.
Paz…
Por primera vez hay paz.
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Respira
RomansaA veces olvidamos que la vida consiste en tomar un largo respiro y continuar con el camino. Si algo he aprendido es eso... ha apreciar hasta esa pequeña bocanada de aire fresco que inhalas y expande tus pulmones haciéndote sentir vivo y pleno. Vol...