capitulo 20

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Capítulo 20
Rhett Owens
Deseo.


Su teléfono junto a los zapatos de ambos terminan en el piso. La subo a mis piernas, y la beso. La beso desesperado porque deseo borrar todo lo de su mente padece. Deseo ser su escape de la ansiedad.

Bajo la lluvia entendí que solo necesitaba sentirse acompañada, las palabras están demás cuando ella solo quiere sentir que no está sola. Cuando los miedos la agobian y los pensamientos toman partido.

Ella solo necesita sentir que alguien está allí, que nada de lo que pasa es su cuerpo puedo controlarla. Que ese miedo y pánico inminente no tienen más fuerzas que ella.

Sus manos se pasean por mi espalda desnuda hasta subir a mi cabello, las mías por su parte se anclan en sus caderas para pegarla más a mi, uniendo nuestras pelvis.

¡Mierda!

Mis labios pasan de sus labios a su cuello, Arielle murmura mi nombre en un leve jadeo, sigo dejando rastros con mis labios hasta llegar a su pequeño top.

Entiendo que ella solo quiere sentir, solo quiere drenar… y yo quiero ser esa fuente de alivio para su alma.

Puedo sentir el fuerte y acelerado golpeteo de su corazón en su pecho. La tomo del rostro y la obligo a mirarme.

──Me gustas demasiado. ──murmuro extasiado.

──Tu también me gustas demasiado. ──susurra. ──. Lo siento.

Niego.

──Ven acá. ──gruño para besarla nuevamente.

Toma el mando sorprendiéndome, se adueña de mi boca, y sus caricias dejan estragos en mi piel. Caricias inexpertas que me desarman… que me vuelven un desastre, que me excitan demasiado.
Jadeo pegado a sus labios, mis manos van hacia sus nalgas dejándome llevar por la intensidad de sus besos.

──Arielle. ──murmuro pegado a sus labios. ──. Necesitamos parar…

──No pares. No lo hagas.

Sus manos van a la orilla de su top y con su mirada puesta en mi se deshace de este haciéndolo a un lado, se intimida un poco ante mi intensa mirada que detalla su torso desnudo y sus hermoso pechos expuestos ante mi.

La pego a mi cuerpo, siento el calor de su piel con la mía fusionándose a la perfección, el roce de sus senos eriza todo a su paso. Me enciende más…

Paseo mis manos por su espalda, y recorro con mis labios su cuello hasta bajar a su pecho.

Elevo mi mirada antes de proceder a hacer lo que deseo, ella asiente con respiración agitada, y tomo uno de sus pechos en mis manos para acariciarlo levemente con mi pulgar.

Arielle cierra sus ojos disfrutando de lo que sucede, y mi boca se hace agua ante lo que tengo frente a mí. La imagen de ella disfrutando, es exquisita.

Me acerco a su pecho, a ese mismo que rozo con mi pulgar para llevarlo a mi boca, Arielle reprime un delicioso gemido cuando siente mi aliento y mi lengua en su pezón, jugueteo con este… de manera delicada, quiero hacerle sentir que es especial, porque lo es.

Paso al otro y su cuerpo se estremece entre mis brazos.

Sus manos se hunden en mi cabello largo. Me hace hacia atrás con fuerza y con respiración agitada, gruño ante lo que hace.

Su atrevimiento me descontrola.

Se queda prendada de mi mirada, su cabello húmedo se pega a su piel, dejo caer la toalla y el calor del fuego con su luz nos cobija.

──Eres mi salvación. ──susurra.

──Y tu la mía. ──respondo volviendo a sus labios, la abrazo con fuerza, y la recuesto con cuidado en el suelo.

Me subo sobre su cuerpo metiéndome entre sus piernas, nuestros cuerpos rozan de manera exquisita.

Uno mi frente con la de ella…

Intento calmar lo que sucede en mi cuerpo pero es más que evidente que ambos estamos excitados y dejándonos llevar por lo que sentimos pero no quiero agobiar a Arielle, y menos aprovecharme de cómo se siente en este momento pero sus manos inexpertas acarician mi cuerpo y no ayudan para controlarme… me cadera comienza a moverse buscando el roce de nuestros sexos.

Arielle jadea hundiendo sus uñas en mi espalda.

──Oh Arielle. ──gruño bajando mi rostro hacia su pecho. 

Junto sus senos para pasear mi lengua por ellos y ella hunde sus manos en mi cabello.

Siento una vibración cerca de ambos, Arielle se tensa y lo siento volviendo a su rostro. Tensa su mandíbula y ladea su rostro para notar que es la pantalla de su teléfono la que se ilumina.

──No quiero contestar. ──susurra, respiro con dificultad, cierro mis ojos por un instante. ──. No dejes de besarme.  ──pide agitada.

Acuno su rostro.

──Jamás pero… no tengo protección aquí, Arielle. Y no quiero que sea así, en un piso… te mereces el cielo y las estrellas. ──musito volviendo a mis cabales.

La vibración vuelve, ambos la ignoramos. Sabemos quién es… y si Arielle contesta arruinará el momento.

──Yo solo quiero olvidarme del mundo en tus brazos. ──dice volviéndome mierda.

Tengo el corazón a mil, y más con ella dispuesta a entregarse a mi.

──¿Estás segura? ¿Muy segura?
Asiente muy segura.

──Mierda… ──gruño.

La recorro con mi mirada, me extiendo para tomar su teléfono y lo apago. Ella no dice nada, no objeta y solo me observa. Alejo el aparato y antes de quitar el botón de su pantalón vuelvo a preguntar.

Ella asiente.

Quito el botón de su pantalón, sus manos recorren mi torso justo donde están los tatuajes que ocultan mi ropa.

Bajo el jean negro descubriendo sus piernas, una pequeña braga queda al descubierto. Me inclino hacia ella para besarla, y voy bajando por su cuello recorriendo cada centímetro de su piel poco a poco hasta llegar a su abdomen.

Su cuerpo tiembla ante mis ligeros besos.

──Quiero todo contigo, Arielle. Y no son palabras vacías…

Elevo mi mirada hacia ella, jadea con fuerza.  Mi corazón se desboca.

Poso mis dedos ligeramente en el borde de su braga, poco a poco comienzo a bajarla, dejando pequeñas caricias en su delicada y pálida piel blanca.

Queda completamente desnuda antes mis ojos, una fuerte ola de calor recorre mi espalda haciéndome sentir vivo y deseoso ante lo que tengo frente a mi.

Cada centímetro de su ser está lleno de belleza y pureza pura.

Sus mejillas se enrojecen más, intenta cubrirse pero niego agitado, y lleno de placer.

──Estoy seguro de que lo que voy a decir quizás te suene trillado pero, eres la mujer más bella que he visto en mi vida.

Musito fascinado.

Mis manos recorren sus muslos, la empujó hacia mi. Siento la delicadeza de su piel bajo el toque de mis dedos, me acerco a su centro y su cuerpo se tensa al instante.

Es primera vez que es explorada, y tocada… y debe ser memorable, si voy a ser el primero en su vida… seré ese que cuando me recuerde su piel se erice y su corazón se acelere, quiero ser ese que la deje sin aliento y sobre todo que la haga sentir única.

Seré todo, porque eso es lo que ella merece y le daré todo sin necesidad de que lo pida. Porque así debe ser el amor.

Llego a su sexo y ella muerde sus labios con fuerza, acaricio ligeramente el contorno de este, una pequeña tela de fluidos los cubre, y eso me dice que le gusta lo que hago, que lo está disfrutando.

Estiro su pierna y la subo en mi hombro, reparto pequeños besos en la cara interna de esta mientras paseo mis dedos por su vagina húmeda.

Sus manos se afianza al suelo.

──¡Rhett! ──murmura.

──Voy a besarte toda… ──declaro llegando a ese punto de placer donde sus fluidos hacen resbalar mis dedos.
Suelto algo de mi aliento caliente en la zona.

──Oh dios…

Mi lengua roza sus labios mayores, los separo un poco con mis dedos, para adentrarme en su sexo y chupar y saborear sus fluidos.

Sus gemidos y movimientos me indican que le gusta, que lo está disfrutando, tanto como yo.

Su cuerpo, su entrega y el deseo que siente me tienen delirando.

Me separo un poco de ella para detallarla en pleno éxtasis.

  Arielle se yergue y se acerca a mí rostro, recorre con su mirada y con su ligero toque mis brazos y va dibujando con ella la silueta de uno de mis tatuajes.

──Te deseo. ──susurra agitada. ──. Te deseo, ya.

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