capítulo 34

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Capítulo 33
Arielle Vandenberg
Inseguridad.


No son muchos los amigos que tiene Rhett en la ciudad, y yo tampoco es que soy la más amigable de todos. Pero, entre ambos hemos invitado a algunas personas.

Acomodo los bocadillos que hemos comprado en la tarde y esperamos paciente la llegada de los invitados.

Rhett aparece en el pasillo con un pantalón de rayas rosa, una camiseta negra y una chaqueta que hace juego con esta.

Mierda.

Su cabello va suelto, y me sonríe.

──Estas hermosa.

¿Yo?

Bajo mi mirada hacia a mi vestido blanco.

──Gracias, pero hablemos de ti ladrón de Dalias. Te ves muy sexy.

Sonríe mostrándome toda su perfecta dentadura.

──¿Sexy? Me gusta como suena de tus labios. Sexy para ti.

Viene hacia mí y me carga con fuerza. Hemos pasado todo el día juntos, arreglando el apartamento y haciendo el amor en cada rincón posible. Me costará demasiado irme está noche.

Acaricio su mejilla.

──¿Estás pensando lo mismo que yo?
Inquiere llamando mi atención.

──¿Qué sería eso?

──Que despedirnos esta noche, costará.
Asiento ante lo que dice.

──¿Y si hablo con tu mamá? ──rio al escucharlo.

──No juguemos con nuestra suerte.

El timbre suena, y Rhette gruñe dejando un pequeño besos en mis labios, mis manos comienza a sudar ligeramente, Vivien vendrá y será oficialmente la primera vez que nos verá juntos y debo poner de mi parte para que la ansiedad no sea la protagonista de esta noche. Es un gran peso, pero sé que puedo.

Yo puedo.

Escucho la dulce voz de Cassie y mi corazón de agita, cierro mis ojos por un instante y tomo una larga bocanada de aire para calmarme.

Siento sus apresurados pasos y el choque de su cuerpo con el mío.

──¡Arielle! ──chilla emocionada.

──Cass… ¿Cómo estás?

──Feliz de verte. ¿Mi tío cómo se ha portado?

──De maravilla. ──Ella sonríe al escucharme.

──Mas le vale. Estás bellísima. Préstame tu vestido…

Toca la tela de mi vestido.

──Cuando quieras. ──aplaude emocionada, elevo mi mirada para notar a tres pares de ojos posados en nosotros.

Rhett sonríe. Vivien está sería con su mirada en mí, es incómodo.

──Hola, Vivien.

──Hola, Arielle. ¿Cómo estás? ──viene hacia mí para saludarme como siempre lo hace, con un gran abrazo. ──. Me alegra verte bien.

Asiento.

──No voy a presentarte a mi hija, ya que por lo que veo la conoces y yo no sabía nada. Te presento a mi esposo. Alex.

Extiendo mi mano hacia él.

──Mucho gusto, Arielle. Es un gran placer conocerte. Eres muy linda.

──Gracias.

──Vivien y Alex, trajeron vino y algunos aperitivos. ──dice Rhett cortando la tensión.

──Y también unos regalos. ──chilla Cassie quitando de las manos de su madre unas bolsas de regalos. ──. Para mi tío favorito en el mundo, y para Arielle.

Me sorprendo al escucharla. Toma la bolsa verde con dibujos de animales y se la extiende a Rhett que acaba de dejar las cosas en la encimera.

──Mamá dice que te hacen falta. Yo no creo pero aja…

Rhett saca unos auriculares grandes de marca, y sonríe viéndolos.

──Gracias. ──dice el rubio hacia todos.

Cassie lo abraza emocionada, según lo que tengo entendido Rhett no pasaba su cumpleaños con ellos ya que estudiaba fuera y esto para Cassie es nuevo y la hace feliz.

──De nada. No sabíamos si tenías unos pero como eres adicto al ejercicio. ──dice Vivien.

Rhett saca una barra de chocolate rellena con pistacho para mí y me la extiende.

──Esto es para ti.

Cassie sonríe.

──Es divina. Papá y yo somos adictos.

Río al escucharla, y la abrazo con fuerza agradeciendo por el detalle.  Rhett se ofrece a darles un pequeño tour por el apartamento yo me quedo en la sala, abro los puertas del balcón para que la brisa entre y el aire calme mis pulmones.

Me siento observada por Vivien y eso me incomoda un poco, y lo que menos deseo en este momento es tener un ataque de ansiedad.

Escucho los pasos volver a la sala, Vivien se sienta en el sofá y Alex va a la cocina con Rhett para servir algunos tragos, Cassie me hala por el brazo para sentarme junto a su madre.

──Arielle es muy linda, ¿Verdad, mamá?

──Si, si lo es. Siempre lo he pensado. ──dice con una sonrisa en sus labios. ──. ¿Cómo te has sentido, Arielle?

Detallo su mirada, no pregunta mi psicóloga pregunta Vivien la hermana de Rhett.

──Bien, mucho mejor… Aunque un poco incómoda por la situación. ──digo, Vivien sonríe levemente.

──No tienes por qué. La verdad es que todo esto me tomo por sorpresa y no es que no esté de acuerdo, es que no quiero que ninguno salga lastimado, como tú psicóloga me preocupa tu salud mental, y como su hermana quiero que él esté bien. ──recita con calma mientras Alex y Rhett conversan en la cocina.

──Lo entiendo.

──No te enfrasques en lo que el resto del mundo pueda sentir o pensar, eso es un grave error. Tu vive esta etapa… y listo. Mientras seas feliz y él también para mí es más que suficiente pero recuerda que siempre puedes acudir a mi, yo no dejaré de ser tu psicóloga y mucho menos tu amiga. ¿Ok?

Asiento al escucharla.

──Gracias, Vivien.

──No hay de qué. Debía decirlo…

Siento el calor de las manos de Rhett en mis hombros, se sienta a mi lado y me pega a su cuerpo. Me entrega una gaseosa mientras el sorbe su copa de vino. 

Deja un beso en mi mejilla, y eso me calma un poco.

──¿Todo bien? ──susurra muy cerca de mi oído.

──Si. Todo bien.

──¿Cómo va todo en la empresa? ──inquiere Vivien.

Rhett se relaja en el sofá y me hala a su cuerpo.

──Bien, adaptándome. Ya sabes… hay muchas cosas fuera de lugar. Proyectos atrasados pero ya nos estamos poniendo al día.

──¿Hilda cómo se porta? Porque estaba loca por verte y ayudarte a tomar tu lugar.

Rhett sonríe, y entrelaza su mano con la mía calmando mi cuerpo y alejando todo.

──Bien, me tiene consentido y me ha ayudado en todo el proceso. Y Alex no se queda atrás.

Alex sonríe.

──Hay mucho que hacer pero  Rhett sabe lo que hace.

Me giro hacia el rubio.

──¿Siempre quisiste trabajar allí?

Ladea su rostro hacia mí.

──Si. Vi a… nuestro padre llegar con inmensas maquetas a la casa muchas veces y evidentemente eso avivó mi curiosidad, preguntaba mucho y el respondía haciendo que más preguntas se formularán en mi cabeza. ──responde con calma. ──. No siempre estaba de ánimos de responder pero cuando lo estaba lo saturaba con mis preguntas.

El timbre suena interrumpiendo lo que decía. Se excusa y se levanta dejándome con ganas de saber más. Vivien me sonríe en la distancia y escuchamos voces alegres cuando la puerta se cierra.

Un moreno alto aparece pero quién llama mi atención es la castaña que viene guindada del brazo de Rhett. Es bellísima parece sacada de una revista. Un vacío incómodo se instala en mi estómago.

Una sensación de desagrado.

──Joseph. ──exclama Alex levantándose a recibirlo.

Rhett se zafa del agarre de la castaña al posar sus orbes en mi, debe notarse mi disgusto. Respiro profundo e intento calmar mi cuerpo.

Alex y el moreno se saludan animadamente.

──Les presento a todos a Stefany el primer amor de Rhett.

Vivien gira mi rostro hacia mí, cierro mis manos en puño.

──¡Joseph! ¡Por Dios! Solo fue algo de adolescentes, nada del otro mundo. ──chilla ella divertida.

Me levanto y un mareo me toma por sorpresa, Cassie sujeta mi mano.

──Muy fuera de lugar tu comentario. Joseph y Stefany les presento a mi novia. Arielle Vandenberg. ──dice Rhett parándose a mi lado. Ambos cambian su semblante alegre a uno serio.

El moreno intenta disculparse por el comentario, y yo le resto importancia ofreciéndoles algo de tomar.

Me alejo de todos y voy directo a la cocina, quisiera que hubiese una pared en este instante para poder ocultarme detrás de ella. Noto mis manos temblorosas y las dejo en la encimera buscando calmarme para poder servir los tragos.

──¿Amor?

La voz de Rhett me trae a la realidad.

──Lo siento, no se porque Joseph hizo ese comentario tan fuera de lugar. No le des vueltas ¿si? No sabia que vendría con ella.

No digo nada, tengo un nudo en la garganta.

──¿Arielle? Mírame, por favor.

──Ahora no.

Tomo la botella de vino con mis manos temblorosas. Rhett se acerca y eso me pone más inestable. La botella cae al suelo haciéndose añicos.

──Mierda…

Todos se levantan y vienen hacia acá.
Rhett se acerca a mí y acuna mi rostro.

──¿Arielle?

──¡Voy por un trapeador! ──chilla Alex.

Vivien nos aleja de la botella y yo no digo nada. Hasta que me percato que las miradas están en mi.

──Voy a la habitación, ya vengo.

Me alejo del toque de Rhett y me encamino directo a su habitación, cierro la puerta con seguro y me dejó caer al suelo.

──No ahora, Arielle. No ahora… no hoy.


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