Capitulo 54
Rhett Owens
Un diagnóstico.
──Las contusiones cerebrales son lesiones traumáticas del cerebro habitualmente causadas por un impacto violento en la cabeza. El cerebro resulta afectado en el sitio del impacto y en el lado opuesto, al golpear el interior del cráneo. Las contusiones pueden hacerse más grandes en las horas y días posteriores a la lesión, lo que ocasiona que la función cerebral se deteriore.
Bajo mi mirada hacia sus labios, intentando procesar la información que da, mi cerebro se ha bloqueado, se niega a entender algunas de sus palabras.
──Si las lesiones son grandes, o si la inflamación o la hemorragia de una lesión pequeña son graves, las personas tienen síntomas de traumatismo craneal grave. Por ejemplo, a menudo están inconscientes por un tiempo corto como unos pocos minutos o menos o por un tiempo más prolongado. Cuando despiertan, a menudo las personas se encuentran soñolientas, confusas, inquietas o agitadas. También experimentan vómitos, convulsiones o trastornos del equilibrio o de la coordinación. La capacidad de pensar, controlar las emociones, moverse, sentir, hablar, ver, oír, oler y recordar resulta afectada. Con esto quiero decir que; Arielle tiene una contusión grave, la cual no vimos. Las horas pasaron y su estado neurológico empezó a deteriorarse. Como pudieron ver la tenemos bajo cuidados intensivos, y con respirador esto ayuda a que su cerebro reciba el oxígeno necesario, queremos bajar la inflamación que se ha producido, y controlar el sangrado. El cual está causando presión en su cerebro, de ser necesario tendríamos que llevarla a cirugía para drenar el hematoma.
Ela solloza frente a mí.
──Yo… no debí dejar que ella condujera. Yo… ella es mi niña.
──En estos momentos no es cuestión de buscar culpable, señora. Arielle los necesita, ya sea leyéndole o hablándole. Esta comprobado científicamente que los pacientes que reciben apoyo de sus familiares en estado de coma inducido tienen un alto nivel de probabilidades de mejoría. Todo es cuestión de esperar… y darle el tiempo necesario para su sanación. Estaré disponible para cualquier pregunta que tengan.
Informa, Ela asiente en silencio para luego agradecerle por tomarse el tiempo para explicar que es lo que sucede con Arielle, mientras yo me hundo en una nube negra llena de confusión.
Mi mente solo se pregunta; ¿Y si la inflamación no baja? ¿Y si la contusión no sana? ¿Qué pasará?
No puedo hacer esas preguntas frente a Ella que se aferra a la esperanza, no puedo derrumbarla más de lo que ya está.
No puedo ser así de egoísta, y es en este momento cuando entiendo porque Arielle quería dejarme… porque ella no quería ser así de egoísta conmigo. Ella quería darme una mejor versión de ella, una que según sus palabras yo merezco.
Es totalmente normal que el ser humano se niegue a perder algo o a alguien, No voy a aceptar un escenario sin ella, no puedo, allí seré el más grande de los egoístas, y mis razones son más poderosas que la vida misma.
La vida no va a hacerme eso. He perdido mucho, no voy a aceptar esta perdida.
Salgo detrás del doctor, lo halo del brazo haciendo que de vuelta y me enfrente.
──Arielle tiene que vivir. ──señalo hacia la UCI. ──. Ella tiene que volver a respirar por ella misma. Usted tiene que salvarla.
El hombre se sorprende ante mis palabras.
──Usted tiene… ──rompo en un fuerte llanto. ──. Yo necesito volver a escuchar su voz.
El hombre deja caer sus hombros.
──Estamos haciendo todo aquello que está a nuestro alcance para que su cerebro mejore. Tenemos mucho a nuestro favor, su juventud, sus ganas de vivir… así que no pierda las esperanzas, por este lado estamos haciendo todo. ¿ok?
Seco mis lágrimas con brusquedad.
──Ok.
──Salga a respirar… en un par de horas podrá volver a verla. Llenese de fuerza, y trasmítale eso.
No digo nada, trago fuerte y lo veo marcharse.
Vivien se acerca a mí con una inmensa taza de café, me sonríe levemente buscando un indicio de calma en mi.
Solo pienso en lo último que me dijo, sus palabras resuenan en mi mente.
──Necesito hacer algo.
──¿Qué?
Tomo el café y vuelvo hacia donde se encuentra Ela. Toma café con rostro cansado, Jenny está a su lado.
──Ela, necesito los diarios. Todos… ──eleva su mirada hacia mí.
No dice nada, mira a Jenny y está saca las llaves de su auto de su abrigo.
──Están en mi auto.
──Gracias. Vuelvo en un rato.
──Rhett, tráele Dalias… ──susurra Ela. ──. Roba Dalias.
Asiento.
Vivien viene detrás de mí, se que ella no va a dejarme sola. Teme que haga una locura o que me decaída y el objetivo que se ha impuesto, es evitarlo.
Presiono el botón de mando del auto de Jenny y gracias a esto doy con el, corro hacia el auto y saco todos los diarios con ayuda de mi hermana.
──¿Qué haremos?
──Enviarlos a editoriales. ──suelto. ──. Haré lo que ella quería, y sé que quiere.
──Ok, hagámoslo.
Vivien me ayuda a buscar sobres, e ubicar editoriales. De camino de regreso al hospital le pido que pare en el jardín botánico.
Me bajo apresurado, pago mi entrada y los recuerdos de la primera vez que la vi llegan.
La veo caminando a mi lado… aferrada a su bolso turquesa y con su cabello cubriendo su hermoso rostro.
Respiro profundo evitando un fuerte mareo. Voy directo al área que tienen dedicado a las Dalias, me detengo en seco al ver lo hermosas que se ven.
Son tan hermosas como Arielle.
Los impresionantes colores que poseen y lo llenas de vida que se encuentran. Solo hay dos Dalias turquesas, y me voy directo a estas.
Acaricio sus pétalos, miro hacia los lados porque al verme robando una flor pueden acusarme de vandalismo y no deseo pasar la noche lejos de ella. Me arrodillo como hice la vez pasada, y saco la Dalia de raíz para esconderla dentro de mi saco negro.
Corro por todo el jardín buscando la salida, y entró al auto donde mi hermana espera por mí.
── El famoso Ladrón de Dalias.
──Vamos.
Mi hermana arranca, y nos ponemos en marcha hacia el hospital, bajamos todo lo que llevo para irnos directo a la cafetería, busco un pequeño jarrón en una tiendo de obsequios que se encuentra aquí, y pongo la Dalia en agua, no sin antes comprarle también un peluche a Arielle. Ubicamos una mesa y entre los dos empezamos a armar los sobres con los diarios colocando las direcciones a las cuales serán enviados.
La hora de visita está a escasos minutos, Vivien se ofrece a llevar los diarios a una oficina de envíos, y yo subo al piso de cuidados intensivos.
Jenny está sola, Ela a entrado…
──No le hemos avisado a su papá. ──dice fijando su mirada en la Dalia que llevo conmigo.
──Yo no voy a llamarlo. ──suelto.
──¿Crees que te dejen entrar con la Dalia?
──Espero que si.
Las minutos se hacen eternos, camino de un lado a otro con mi mirada en la flor y el peluche.
La puerta se abre y Ela sale secando sus lágrimas, un leve reflejo de esperanza se visualiza en su mirada.
──Que hermosa…
Dice al ver la Dalia.
──Si ven un policía, no digan que estoy aquí. ──ambas ríen levemente.
Toco la puerta de la UCI y la enfermera detalla la flor.
──Por favor…
──Debemos mantener el área estéril.
──Juro que la lave hasta con alcohol.
Pone sus ojos en blanco.
──Se que no lo hiciste, escóndela debajo de la cama. ¿ok?
Asiento entrando, me ayuda con la bata que debo usar y sigo mi camino hasta donde Arielle permanece bajo extremos cuidados.
Han cepillado su cabello…
Contengo el aliento al verla, y me siento en la silla.
──He vuelto a ser el ladrón de Dalias… ──susurro.
Dejo el jarrón en el suelo, colocando bajo la cama la flor.
──Por ti haría lo que fuera. Quiero que siempre lo recuerdes.
Sujeto su mano, y acaricio levemente su dedos detallando que sus uñas están largas, y que ya no hay indicios de que las muerde o arranca su cutícula.
──Envié los diarios… así que necesito que te levantes de aquí para que los veas publicados, amor. Porque sé que los van a publicar. También nos debemos el viaje a la playa… y conocer tu universidad. ¡Mierda! Las cartas… no las hemos abierto. ──digo. ──. Solo abre tus ojos… y sigamos viviendo la vida juntos.
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Respira
RomanceA veces olvidamos que la vida consiste en tomar un largo respiro y continuar con el camino. Si algo he aprendido es eso... ha apreciar hasta esa pequeña bocanada de aire fresco que inhalas y expande tus pulmones haciéndote sentir vivo y pleno. Vol...