Capítulo 08

6 1 0
                                    

· LA PURGA ·

Se puede confiar en los malos Digimon. No cambian nunca.


Durante un día del año, en una determinada franja horaria, se llevaba acabo el denominado Día del Baile en la Ciudad de los Comienzos, proclamado con anterioridad por Jijimon. Pero os preguntaréis, ¿en qué consiste este evento? Os lo contaré.

Al son de la música todos los habitantes deben bailar de forma ininterrumpida el máximo tiempo posible. Aquellos que dejen de hacerlo, por la circunstancia que sea, serán eliminados... El último en quedar en pie se llevará un jugoso premio: una centena de digichampiñones trimestralmente durante un año. ¡Un año! —¿Quién no querría tener la despensa de su casa llena?

Ahora que os he puesto en antecedentes puedo narrar el último acontecimiento: Muchomon, quien llevaba semanas preparándose para este maratón de baile, fue víctima de juego sucio para ser eliminado. Según el reglamento del evento ningún Digimon podrá interrumpir o detener a los rivales; siendo esto una medida descalificatoria para quien ose incumplirla... Por desgracia alguien actuó sin impunidad y valiéndose de una zancadilla provocó la estrepitosa caída del pingüino, para así eliminarle de la competición.

—No pude ver quien era con exactitud, sólo logré verle de soslayo... —El rostro de Muchomon reveló una sensación extraña—. Sé que sonará extraño, pero no me pareció un Digimon... Su aura era oscura.

¿Aura oscura? Eso podría explicar que, fruto de la confusión, el pingüino fuera incapaz de reconocer a su agresor. Sin embargo éste no fue un caso aislado: muchos otros cayeron al suelo por todas partes, uno a uno como si de una purga se tratara, hasta que sólo quedaron en pie unos terribles Digimon: los Gazimon.

Tras sus repetidos fracasos al intentar ser mantenidos por el gobierno, los antes Pagumon se habían convertido en una banda criminal organizada cuyo objetivo, en esta ocasión, era hacerse con el premio a cualquier coste.

—¡No toleraré una conducta tan irrespetuosa! —bramó el anciano alcalde—. No seré yo quien incentive el juego sucio de ninguna clase, ¡quedáis todos eliminados!

Ante su rápida actuación, los Gazimon gimotearon y arremetieron contra los participantes para intentar amedrentarles y así conseguir, desesperadamente, que estos se pusieran a su favor... Sin demasiado éxito.

—Lo siento, pero no. —Muchomon dio un paso al frente, empoderado, y se encaró con los malhechores—. Ya era hora de que os plantaran cara.

Sorprendidos e inquietos, acostumbrados precisamente a realizar sus fechorías sin que nadie les enfrentase, los Gazimon huyeron de forma cobarde de la ciudad. Acto seguido Jijimon proclamó victorioso al pingüino por su valentía, otorgándole el premio con el beneplácito del resto de habitantes. Ahora, ¿por qué os he contado esto? Muy sencillo. Porque una de las cámaras de seguridad de la fábrica de Deramon logró captar a los causantes de sus estragos: y sí, una vez más, fueron precisamente los Gazimon.

Por segunda vez la Maquilladora Impostora había sido incriminada injustamente... ¿Cuál sería la razón? Más que nunca estoy dispuesto a averiguarlo. 

Equipo de Investigación DigimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora