Capítulo 15

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·JAW III ·

Un juicio es la guerra y perder es la muerte.


El día del juicio final —perdón por el chiste— había llegado. Los alegatos decidirían el futuro de BlackGatomon tras varias exhaustas semanas.

En el lado derecho de la sala se hallaba IceDevimon. Su sonrisa de suficiencia me sentaba como una bofetada en el estómago. Al otro lado estaba yo, tembloroso, sentado junto a la acusada felina... Ambos teníamos un sentimiento de inseguridad que no nos dejaba respirar. 

A nuestras espaldas se encontraban todos los habitantes de la ciudad, curiosos e interesados en el veredicto: Kuzuhamon, Titamon, Gaiaumon, las Alraumon, los Numemon, Knightmon, los PawnChessmon, Bastemon, Deramon, Jijimon e incluso los Gazimon.

Los sondeos daban unos resultados bastante ajustados en la opinión popular, aunque evidentemente no era a ellos a quienes debíamos de convencer, sino al jurado. Alraumon, Nanimon, Vegiemon, Muchomon, LovelyAngemon y Astamon llevaban aislados desde el principio del proceso —¡Me robaron a mi secretaria!— para evitar que se viesen afectados por factores externos. Sobre todo con el demonio como letrado, tras todos los casos de corrupción en los que había salido salpicado.

Los nervios se podían sentir a flor de piel. Todos los digimon estaban muy ansiosos.

—A continuación deberéis exponer los alegatos finales. Para ello tendréis que dirigiros al jurado, y cuidad las formas u os tendré que detener. —Golpeó el estrado con la maza—. ¿Entendido?

Los dos asentimos.

En primer lugar, Devimon. 

—Ladrona, mentirosa y ahora asesina. —El demonio señaló a BlackGatomon—. La Maquilladora Impostora se hacia llamar... Un buen seudónimo para una mente diabólica sedienta de sangre. ¡Así es realmente la acusada! ¡Una bestia sedienta de sangre! —Pausó—. Quizás las pruebas no sean concluyentes, pero tampoco se ha podido demostrar que sea inocente. ¿Acaso pondréis en libertad a una posible asesina? Si la declaráis inocente... ¿Podréis dormir por las noches con tranquilidad? Yo digo no.

Muchomon y LovelyAngemon pusieron mueca de disgusto al sentir un escalofrió recorrerles la espalda. El discurso había calado en ellos.

—Bearmon, ha llegado tu turno.

Miré a BlackGatomon fingiendo una convincente seguridad. Si al final era declarada culpable quería que disfrutase de unos últimos momentos de paz. Acto seguido me levanté, titubeé, pero finalmente busqué con la mirada al jurado.

—Asesina. Los digimon nos destruimos, está en nuestra naturaliza, sin embargo el acto cometido fue premeditado. —Levanté una zarpa—. Hemos olvidado cómo comenzó todo esto: con la desaparición de Aegiomon. ¿Qué fue de él? Seguimos sin saberlo, pues esta serie de sucesos opacó totalmente la investigación. Conveniente, ¿no?

Un gruñido de molestia surgió entre el público.

—La Alcaldesa Mikemon fue asesinada para encubrir el rastro. ¿Por qué tanto interés? Las pruebas casi convincentes denotan un gran interés por conseguir una condena... Si todos pensamos que BlackGatomon lo hizo, eventualmente le achacaríamos la desaparición del fauno y caso cerrado. —Entonces guardé silencio para mirar a IceDevimon—. Pero eso no es lo más significativo... Él. ¿Qué hace él aquí representando a a fiscalía? Júzguenlo vosotros mismos.

Mi suposición caló hondo, incluso en el oscuro Astamon. La lógica aplastante de mi discurso podría haber inclinado la balanza a mi favor...

—Haremos un receso hasta que el jurado tome una decisión. ¡He dicho!

**********

La espera no llevó más de dos horas que se hicieron eternas. Los miembros del jurado alcanzaron un acuerdo unánime después de un intenso debate, reiniciándose el juicio. La expectación era máxima en la sala... 

—Si el resultado es negativo apelaremos. Yo creo en tu palabra, BlackGatomon.

—Muchas gracias, Bearmon. —Sollozó.

Todos se pusieron en pie cuando Knightmon acompañó hasta su posición a los miembros del jurado. También parecían nerviosos debido a la responsabilidad de su decisión.

—Por favor, que se levante la portavoz y comunique el veredicto —ordenó AncientWisemon.

Vegiemon botó hacia el atril y se sentó sobre una butaca para llegar al micrófono. Portaba consigo un papel que abrió cuidadosamente.

—En el caso de el pueblo contra BlackGatomon por los cargos de asesinato, encontramos a la acusada inocente de todos los cargos —leyó la planta carnívora.

Una oleada de abucheos y aplausos se produjo, eclipsando la desorbitada reacción de IceDevimon —¡Le habíamos ganado!—. Estaba que echaba humo a pesar de su frialdad.

La felina rompió a llorar y me abrazó con tanta fuerza que casi temí hincase sus uñas sobre mi cuerpo, pero no lo hizo. Sólo estaba liberando los sentimientos de agonía que había almacenado desde que fuese detenida.

—Lo conseguimos.

Ella me miró y siguió llorando. Nunca se la había visto tan feliz, ni siquiera cuando arrasó con Villa Miau las dos veces. Su inocencia acababa de ser declarada.

Entre los aplausos y vítores una figura se alzó y se marchó bruscamente. Hubiera pensado que se trataría de Titamon, pero para mi sorpresa fue Gaiaumon. ¿Por qué?

—¡Soy libre! —maulló la felina.

Equipo de Investigación DigimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora