Equipo de Investigación Digimon

Capítulo 14

·JAW II ·

La verdad es relativa; escoge la que te convenga.

Desde el inicio del proceso IceDevimon había estado jugando con la verdad, utilizando aquellas partes que le convenían y obviando las que dejaban en evidencia la solidez de las pruebas contra BlackGatomon. Eso favoreció el apoyo entre los jurados.

Cuando Knightmon fue llamado a testificar el juicio dio un pequeño revés: la mayoría de pruebas eran circunstanciales, no probatorias y a lo sumo ineficaces para condenar a la acusada. Esa fue mi oportunidad para tomar la delantera —¡y menos mal!

Interrogué a Kuzuhamon, Deramon y Jijimon, incluso al amargado de Titamon, usando la misma táctica que el demonio para con la verdad; sin embargo no fue hasta que trajeron a los Gazimon —costó muuuuucho trabajo dar con ellos— que conseguí anotar un buen tanto.

—¿Insinuáis que alguien contrató vuestros servicios para incriminar a mi clienta? —Les desafié con la mirada.

—Sí —contestaron todos al unísono.

Los Gazimon temblaban cual bebés asustados, posiblemente por las repercusiones de su confesión. Su lenguaje físico les otorgaba mayor veracidad.

—IceDevimon, ¿quiere interrogarlos usted?

AncientWisemon, de un carácter taimado durante todo el proceso, parecía agotado. Había rumores sobre que algunos poderosos digimon le estaban presionando para que pusiera trabas a mi trabajo —después de todo hay para quien la auténtica verdad no interesa, más sino es la que ellos quieran transmitir—. Obviamente el juez, con una gran carrera a sus espaldas, no se dejaba intimidar.

—Sí. Quisiera hacer una última pregunta... —Sonrió con cara maliciosa—. BlackGatomon había acumulado una suma de dinero cuantiosa tras sus robos continuados. ¿Acaso fue ella quien contrató vuestros servicios? —Señaló a la gata inquisitivamente. 

—¡Protesto! —grité.

—Sí a lugar. El jurado no deberá tener en cuenta esto último de cara a las deliberaciones. —Se giró hacia el fiscal—. Nada de juego sucio en mi sala, letrado.

Pero el daño ya estaba hecho. Ahora los jurados Alraumon, Nanimon, Vegiemon, Muchomon, LovelyAngemon y Astamon se habían cuestionado por un momento dicha posibilidad.

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La segunda sesión acabó en tablas. Ambos habíamos exprimido al máximo cada oportunidad para defender nuestras visiones y pronto, dentro de una semana, tendríamos que realizar nuestro alegato final.

—¿Por qué la defiendes?

Al salir de la sala la voz furiosa de Titamon detrás de mí me alarmó. El titán no entendía lo que estaba haciendo, al igual que sus dos leales amigos.

—Es la única sospechosa. ¿Quién más podría estar detrás? —cuestionó Gaiaumon.

—Aún así las pruebas no acaban de sostenerse. —La empresaria tocó el hombro de Titamon para relajarle—. Quizás no estemos de acuerdo, pero no podemos hacer nada.

El titán pegó un puño al suelo haciendo una brecha en los azulejos que hizo temblar todo el edificio. Después se limitó a emitir un extenso gruñido que precedió su marcha mientras Gaiaumon le susurraba algo al oído.

Necesito la jubilación anticipada.