82- Salvando a Potter

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Unas cuantas noches después, estaban listos para ir por Harry a Privet Drive. Irían en escoba, según lo acordado y Circe no podía estar menos nerviosa, volar no se le daba, le entraban un mont+on de náuseas, perdía el control de la escoba y las alturas eran una de las cosas que más terror le generaban.

Luego de que Moody se asegurara de que no había moros en la costa, todos montaron en las escobas. Circe empezó a entrar en pánico una vez que dejó de sentir el piso.

-¡Anda, si puedes!- la animó Tonks.

Igual era demasiado tarde como para echarse atrás, no había salida. Se sujetó con fuerza y con el corazón latiéndole a mil por hora, siguió a los demás.

Cruzaron lo que parecía ser Londres entero, el cielo nocturno lucía maravilloso. Esa misma noche, los mortífagos tenían una ceremonia de iniciación o algo así, por lo que los oos no estarían sobre ellos. Al menos contaban con poder regresar a Harry sano y salvo.

-¡Recuerden que si uno muere, lo demás deben seguir adelante!- bramó Moody- ¡Todos a la derecha!

Circe giró, le aterraba hacer eso porque podía perder el control de la escoba y comenzar a girar en espiral, pero nada ocurrió. Luego de un recorrido que pareció eterno, comenzaron el descenso. Esa parte tampoco le gustaba, sentía que iba a caer en picada y no quería morir de esa manera.

Su ansiedad se calmó una vez que sintió el suelo bajo sus plantas, contaban con que los Dursley no estuvieran gracias a una creativa artimaña que Tonks había planteado.

-¡Alohomora!- gruñó Moody a la puerta, las luces estaban apagadas y la casa entera parecía en calma.

Se abrieron paso dentro de la casa, era igual que como la recordaba: horripilante.

-Lo mejor será que tú subas por él- le ordenó Moody- así puede que se asuste menos.

Circe asintió y comenzó a subir las escaleras. Varita en mano, por supuesto. Vió una puerta cerrada y supuso que ahí estaría Potter.

-Alohomora- dijo sin detenerse a pensar y abrió la puerta.

Harry estaba de pie, estático como esperando ser atacado, se veía pálido y tomaba la varita con la mano derecha.

-Hola, tonto- saludó Circe y sonrió antes de lanzarse a abrazarlo.

-Hola- Harry regresó el abrazo-¿Q-Qué haces aquí?

-Venimos por ti, toma tus cosas.

-¿Quiénes?

-Ahora verás, baja conmigo- lo tomó del brazo y lo condujo escaleras abajo.

Un montón de magos los esperaba plantados con total naturalidad en el vestíbulo, como si hubieran concertado aquella visita hacía mucho tiempo.

—Yo... Tienen mucha suerte de que los Dursley hayan salido... —farfulló Harry cuando bajaron.

—¿Suerte? ¡Ja! —dijo Tonks—. He sido yo quien los ha quitado de en medio. Les he enviado una carta por correo muggle diciéndoles que habían sido preseleccionados para el Concurso de Jardines Suburbanos Mejor Cuidados de Inglaterra. Ahora van hacia la ceremonia de entrega de premios... O eso creen ellos.

-¡Ella es un genio!- le dijo Circe a su hermano.

—Bueno, nos vamos, ¿no? —preguntó Harry—. ¿Ya?

—Sí, enseguida —dijo Lupin—. Sólo estamos esperando a que nos den luz verde.

—¿Adónde vamos? ¿A La Madriguera? —inquirió Harry esperanzado.

Harry Potter y la Princesa de Slytherin 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora