123- Intentos

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Febrero dejó paso a marzo y el tiempo no cambió mucho, aunque además de llover hacía más viento. Todos los estudiantes manifestaron indignación cuando en los tablones de anuncios de las casas apareció un letrero que informaba sobre la cancelación de la siguiente excursión a Hogsmeade.

-Como odio estas cancelaciones- Pansy resopló- ¡No hacemos nada más que estar encerrados aquí!

—A mí no me sorprende que la hayan suspendido, la verdad —dijo Astoria—. Después de lo que le pasó a Katie...

Katie todavía no había vuelto de San Mungo. Y además, El Profeta había informado de otras desapariciones, entre ellas varios parientes de alumnos de Hogwarts.

-Y justo en sábado- Daphne suspiró- Tendremos que aburrirnos aquí.

-No obligatoriamente- Circe sonrió maliciosamente- ¿Alguien quiere hacerle la vida imposible a Romina Vane?

Las chicas soltaron una exclamación de aprobación y asintieron.

-Supongo que tendremos que conformarnos con eso- Pansy sonrió.

-Algo tiene que entretenernos hoy.

-Excelente- Circe levantó un par de pergaminos que llevaba en la mano- Debo llevarle unas planeaciones a Slughorn, mientras vayan pensando en algo. Tengo caléndula, un diurético se oía bien.

Salió de la Sala Común y siguió el corredor hasta las escaleras, era un alivio que Slughorn prefiriera habitar en la parte superior del castillo. Llegó hasta el despacho y para su sorpresa, Harry con Ron llegaron también.

-Hola- saludó reteniendo un bostezo.

-¿Sabes que hacer si alguien ingiere amortentia?- Harry preguntó inmediatamente.

-Beber un antídoto- resolvió ella rápidamente- Una Poción de Odio o algo similar.

-¿Tienes?

-¿Tomaron Amortentia?- Preguntó sin más.

-Ron lo hizo, él... está obsesionado con Romilda Vane.

-¿Romilda? ¿Dónde?- Ron comenzó a mirar hacia todos lados- Oh, Romilda Vane

Circe arqueó una ceja y rió entre dientes.

-Slughorn seguro que tiene- Llamó a la puerta con sutileza.

El profesor abrió, parecía adormilado y confundido de encontrar frente a él a los tres jóvenes. Sin embargo, sonrió con amabilidad.

—¡Hola! —murmuró—. Es muy temprano para visitas. Los sábados suelo levantarme tarde.

-Lo sentimos, profesor- Circe sacudió los pergaminos- Solo venía a entregarle esto, pero me he encontrado a Weasley a Harry justo aquí fuera, parece que hay algo de lo que quieren hablarle. Es urgente.

—Siento mucho molestarlo, profesor —dijo Harry en voz baja; Ron se puso de puntillas para atisbar en el despacho—, pero mi amigo ha ingerido un filtro de amor por error. ¿No podría prepararle un antídoto? Yo lo llevaría a que la señora Pomfrey lo viese, pero los productos de Sortilegios Weasley están prohibidos, como usted sabe, y no quisiera poner a nadie en un compromiso...

—Me extraña que no le hayan preparado un remedio ustedes mismos, siendo tan expertso elaboradores de pociones —comentó Slughorn.

—Verá, es que... —dijo Harry, mientras Ron le hincaba el codo en las costillas para que entraran en el despacho— es que nunca he preparado un antídoto para un filtro de amor, señor, y quizá cuando lo tuviera listo mi amigo ya habría hecho algo grave...

Harry Potter y la Princesa de Slytherin 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora