108- La sorpresa de la cueva

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Tal como había acordado, Circe voló hacia la cueva en escoba, según Dumbledore era imposible aparecerse dentro de ella, así que lo mejor era ir por un medio de transporte "más seguro". Llegó a la entrada, estaba en una playa. No pudo evitar vomitar, por suerte Snape le había dado un par de bolsas para eso.

Sabía que debía volver pronto, seguro que Snape estaría comiéndose las uñas hasta que ella volviera y odiaba ese sentimiento. Redujo la escoba para que quedara en su bolsillo y se estremeció del frío que hacía, llevaba el jersey que le había hecho Molly Weasley y de su cuello colgaba una botella de su mezcla de lágrimas.

Entró con algo de miedo, en realidad no sabía mucho de lo que podía suceder ahí, solo le constaba no sería bonito.

-Lumos- dijo y su varita alumbró el lugar. Era tétrico y el olor a magia oscura era fuerte. Estaba completamente sola, viendo la luz que emanaba de su varita. Si ese sitio era de Voldemort podía tener muchas trampas, pero evidentemente iban a subestimarla.

Siguió caminando, tratando de no volver a vomitar, todo lo que vomitaba era violeta y dolía. Poppy decía que eso duraría un mes más.

Una entrada más pequeña apareció frente a sus ojos: una puerta. Dumbledore dijo que se requería un sacrificio de sangre para abrirla.

"Que alivio"

Sacó una navaja de su bolsillo y sin pensarlo dos veces, se hizo un corte en la palma de la mano. Como si no lo hubiera hecho ya cientos de veces. La puerta se abrió al instante y Circe dejó caer un par de gotas de las lágrimas sobre su mano, que cerró al instante.

Un espectáculo inquietante apareció frente a sus ojos: estaba de pie en el borde de un lago negro grande, tan grande que no podía ver a gran distancia, en una caverna tan alta que el techo, también se perdió de vista. Una luz verde brillaba a lo lejos, en lo que parecía ser el centro del lago. La oscuridad era más densa que la oscuridad normal y la luz de su varita no alumbraba lo suficiente.

Dumbledore había estado ahí antes, se había dedicado a investigar algunas cosas respecto a esa cueva y otras cosas de las que no dijo nada al respecto y tampoco fue cuestionado. Ahora que lo pensaba, el hombre parecía perturbado.

Viéndose en aquella terrible oscuridad, lo único que se le ocurrió fue comenzar a tararear.

Fate has been cruel and order unkind

How can I have sent you away?

The blame was my own, the punishment, yours

The harmony's silent today

Entró al lago con cuidado, el agua en la orilla solo le llegaba a los tobillos, estaría bien. Alumbró a la lejanía, se veía una isla a lo lejos y una luz parpadeante.

But into the stillness I'll bring you a song

And I will your company keep

'Till your tired eyes and my lullabies

Have carried you softly to sleep.

Sintió entonces una mano sobre su tobillo que la sujetaba con fuerza, sin duda estaba en el sitio correcto y lo que estaba buscando, ya había aparecido. Suspiró para contener un grito y dio otro paso al frente.

Carry the peace and the coolness of night

And carry my sorrow in kind

El agua llegó a sus rodillas y podía sentir como un montón de manos se aferraban a ella, tirándola más y más hacia adelante. No debía mostrarles miedo ni desesperación, aunque en ese instante hubiera deseado saber nadar. De cualquier forma llevaba unas branquialgas en el bolsillo.

Harry Potter y la Princesa de Slytherin 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora