105- El rayo violeta

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Se despertó con un dolor desgarrador en la enfermería, sentía como si sus órganos trataran de salirse por su espalda y la cabeza iba a explotarle del ardor. Tenía náuseas pero terror de moverse, llevó sus manos a su estómago y recordó de golpe todo lo que había sucedido en el Ministerio.

Aún no estaba segura de que era lo que había recibido, el precioso rayo violeta le había dado en la espalda generandole un dolor como si la hubiera partido a la mitad y luego lo había soportado por demasiado tiempo.

Giró la cabeza para ver a su alrededor, Harry estaba medio despertando a su lado, mientras que los demás seguían profundamente dormidos en las camas de enfrente. Estiró su mano hacia su hermano.

- Harry- dijo con dificultad, el ardor interno empeoraba.

- Hola - él estiró el brazo hacia ella y entrelazaron sus manos.

- Lo siento- murmuró y apretó su mano - ví a Sirius, lo ví caer.

- Tenía la esperanza de que saliera.

- Lo sé, lo siento. De verdad - soltó un quejido de dolor.

- Lo sé también- Harry medio sonrió- ayer me pediste disculpas unas cien veces, Remus dijo que no recordarías casi nada por el dolor, ¿Aún te duele?

- Seré honesta, me está matando.

- Era violeta, un rayo. Pomfrey me dijo que tal vez vomitarías.

- ¿Entonces puedo hacerlo? Haberlo dicho antes.

Circe trató de estirarse para alcanzar el cubo de debajo de la cama, pero el dolor la detuvo.

- Yo lo hago- Harry se puso de pie y le pasó el cubo.

- Gra...- Circe no terminó la oración, comenzó a sacar por la boca un denso líquido violeta que parecía no detenerse.

El ruido pareció despertar a Ron y Hermione, pues en ese momento se incorporaron sobre sus camas.

- ¿Qué es eso?- preguntó Ron alarmado.

- No lo sé - Harry la miró con preocupación.

- Asqueroso- dijo Circe devolviendo el cubo, aún le dolía todo.

- Chicos - la voz de Poppy llegando hizo que todos giraran - durmieron como piedras, déjenme ver qué tal están pero a como los veo, podré dejar ir a más de uno.

Mientras la medimaga hacía lo propio con el trío de oro, Circe se concentró en pensar en los síntomas que estaba desarrollando, formando en su mente las páginas de "Aplicaciones de las Artes Oscuras", estaba segura de haber leído algo sobre vomito violeta como efecto secundario de una maldición.

Tenía que ser eso, las Artes Oscuras siempre dejaban secuelas físicas negativas y eran en su mayoría irreversibles. No había visto a su atacante, sin embargo, parecía haberla reconocido de algún modo.

Repasó en orden alfabético las maldiciones que había estado estudiando y puso especial atención en las que generaban lesiones internas. Entonces lo tuvo: la maldición del rompecorazones.

De acuerdo al libro, el hechizo era dicho como "conderam corda" y ocasionaba un rayo violeta que provocaba que la víctima perdiera su capacidad de enamorarse. Su efecto era permanente y no había nada que lo revirtiera hasta ahora. Generaba desgarres en el hígado, vómitos y era una de las más dolorosas y complejas que recapitulaba el libro.

Bien, podía ser peor. En realidad había como un millón de ventajas que podría sacarle, si sobrevivía a los dos días que duraban los malditos efectos secundarios. Parecía ser beneficiosa hasta cierto punto y ese pensamiento la hizo sonreír por un instante, romper una conexión hormonal de ese calibre podía tener efectos laterales no considerados en el libro que podría experimentar personalmente. Era su propio nuevo objeto de estudio.

Harry Potter y la Princesa de Slytherin 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora