A la noche siguiente, Circe estaba sentada sobre el piso de la estancia jugando con Prince a perseguir un hilo de estambre. Llevaba su baúl reducido en un bolsillo de la sudadera, ahora le aterraba que alguien fuera a meter las narices en sus cosas y saliera lastimado. No quería más problemas y aún así, parecía que la perseguían.
Por medio de la estrella, Snape había avisado que se pasaría por la casa esa noche para hablar con Harry de algo importante. Circe tenía curiosidad al respecto, parecía ser un tema serio y según esto, órdenes de Dumbledore. Ese viejo y sus ideas.
La campanilla de la puerta sonó y ella pegó un salto directo a la entrada de la casa. Snape estaba ahí, como una planta a la que jamás le había pegado el sol y con la misma cara de pocos amigos de siempre.
-¡Hola!- Circe corrió a abrazarlo.
-Ah, profesor- Molly apareció por el pasillo- Iré por Harry.
-Gracias- contestó él y rodó los ojos en dirección a Circe- Hola, ¿Qué tal las vacaciones?
-El infierno podría ser un lugar más agradable- dijo sarcásticamente y ambos rieron en voz baja.
-Molly dijo que ya estabas aquí- Sirius asomó la cabeza por la puerta del comedor- Harry ya viene. Hablaran en el comedor.
La expresión de desagrado de los tres no podía ser más evidente, pero igual siguieron a Sirius, que se sentó en uno de los extremos de la mesa.
-¿Me voy, no?- Circe sugirió al verlos a ambos asesinándose con la mirada desde lados opuestos de la mesa.
-Quédate- dijeron los dos al unísomo y las expresiones se intensificaron.
Circe no dijo nada más, solo se sentó en la silla junto a Snape y esperó a que Harry apareciera en la habitación, no tardó mucho. Su hermano estaba medio palidecido y al ver a los demás ahí con gestos de odio no pareció calmarlo.
-¿Me necesitaban?- preguntó el chico nervioso.
—Siéntate, Potter.
—Mira —dijo Sirius en voz alta mientras se mecía sobre las patas traseras de la silla y hablaba mirando al techo—, preferiría que aquí no dieras órdenes, Snape. Ésta es mi casa, ¿sabes?
Un desagradable rubor tiñó el pálido rostro de Snape. Harry se sentó en una silla al lado de Sirius. La tensión se podía cortar con un cuchillo.
—En realidad teníamos que vernos desde hacía días, Potter —explicó Snape, y torció los labios para formar su característica sonrisa despectiva—, pero Black...
—Soy su padrino —aclaró Sirius subiendo aún más el tono de voz.
—Eso es algo que cada uno de nosotros sabe, ahórrate las obviedades. He venido por orden de Dumbledore —prosiguió Snape, cuya voz cada vez se volvía más mordaz—, pero quédate, Black, quédate. Ya sé que te gusta sentirte... implicado.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Sirius dejando que la silla volviera a caer sobre las cuatro patas con un fuerte golpe.
—Sencillamente, que estoy seguro de que debes de sentirte... frustrado por no poder hacer nada útil para la Orden —contestó Snape poniendo un delicado énfasis en la palabra «útil». Ahora le tocaba a Sirius ruborizarse —. El director me envía, Potter, para decirte que quiere que este trimestre estudies Oclumancia.
-¿Qué?- Circe se giró a mirar a todos con incredulidad.
—Que estudie ¿qué? —dijo Harry desconcertado.
—Oclumancia, Potter. La defensa mágica de la mente contra penetraciones externas. Es una rama oscura de la magia, pero muy provechosa.
-¿Esta es la solución de Dumbledore?- Circe se cruzó de brazos tratando de comprender.
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Harry Potter y la Princesa de Slytherin 2
FanfictionLos hermanos Potter están de regreso, listos para sumergirse en la parte más oscura de su aventura. El pasado ha sido difícil pero el futuro no se ve muy prometedor para ninguno de los dos. Con Circe dividida entre lo que debe hacer y lo que su cora...