Harry Potter y la Princesa de Slytherin 2

117- La misión del collar

A mediados de octubre tuvo lugar la primera excursión del curso a Hogsmeade. Circe había puesto en duda que esas excursiones continuaran realizándose, dado que las medidas de seguridad se habían endurecido mucho, pero le alegró saber que no se habían suspendido; siempre sentaba bien salir del castillo unas horas. Claro que esta vez, tenía uma misión de lo más complicada.

El día de la excursión se despertó temprano por la mañana, que amaneció tormentosa, y mató el tiempo hasta la hora del desayuno jugando Gobstones con Astoria.

Luego del desayuno, bajó directamente al despacho de Snape para darle una descripción de lo que tenían pensado hacer ese mismo día con el collar.

-Profesor Snape- dijo a la entrada y la puerta se abrió de inmediato. Harry estaba ahí también.- ¿Hola?

-Hola- el chico sonrió- ¿También necesitas hablar con Snape?

-¿Cómo entraste?- ella señaló a la puerta.

-Solo abrí la puerta- contestó Harry.

Circe salió, cerró y volvió a abrir con una facilidad impresionante.

-¡Imposible!- exclamó al entrar-Esta puerta está protegida, responde solo a ciertas firmas mágicas y... ¡Y a mí no me deja entrar sin contraseña!

-¿Contraseña? ¿Estás diciendo que no debería haberme dejado pasar?

-¿Snape registró tu firma mágica en la puerta?

-No, pero cuando venimos a verlo jamás pide contraseñas ni nada de eso.

-Eso ya lo sé, pero es porque él nos deja pasar, de otro modo esta porquería debería de...-Circe abrió la puerta de nuevo y encontró a Snape del otro lado.

-¿Qué porquería?

-Tu puerta- Circe explicó- ¡Ha dejado pasar a Harry así sin más! Las protecciones están fallando, trata de aparecerte y verás que te deja.

-Circe, por amor a tu igual, nadie puede aparecerse en Hogwarts- Snape cerró la puerta tras él.

-Inténtalo.

Su padrino suspiró y de repente ¡Crac!, se apareció del otro lado de la habitación.

-Carajo- gruñó- Se han debilitado, ¿Quién más sabe sobre esto? Y Harry por favor deja de vernos así.

-¡Lo siento!- se excusó él- Pero es que no pensé que fuera algo raro y yo jamás había oído a Circe dar ninguna contraseña.

-¡Porque Profesor Snape es mi contraseña!- Circe soltó sin más- Me pareció lo más lógico, tenía tres años y necesitaba tener la firma registrada en la puerta, así que dije esa contraseña justo para que todos pensaran que no la había y no se les ocurriera que esa era una.

-Sabia decisión- Harry suspiró-¿Ahora podemos hablar? ¿Por qué se caerían las protecciones?

-Oh no lo sé, pero si Voldy lo descubre estamos jodidos- Circe resopló- Necesitamos restaurarlas.

-No podemos- explicó Snape- Dependen del director.

Y con eso, ella comprendió que la lenta agonía de Dumbledore era loque estaba haciendo que las protecciones fallaran. No podían hacer nada hasta que un nuevo director fuera nombrado luego de la muerte de Albus. Tremenda mierda, quizá por eso habían pedido a los aurores vigilar.

-Bueno, me voy a Hogsmeade- Circe decidió que tenía que salir de ahi antes que Harry para que él no se enterara del plan- Tendremos cuidado y haremos que falle, profesor Snape.

-Usa la estrella si algo grave sucede. Midan las repercusiones y...

-Te vemos aquí- Circe le sonrió- Los dejo hablar, hasta luego.