Harry Potter y la Princesa de Slytherin 2

142- Oxford

Eileen Black recorría el campus lo más rápido que podía. Era una lástima que no pudiera aparecerse directo en su habitación o los muggles se sorprenderían demasiado. Había jurado no romper el Estatuto del Secreto y lo estaba llevando bastante bien.

El Ministro Shacklebolt parecía estar a nada de ahorcarla cuando ella le dijo que quería ir a estudiar Bioquímica a Oxford, pero no pudo negarse, así que tras muchos papeleos y trámites había obtenido el permiso al completo, junto con la carta de aceptación de Queen's College. Las universidades muggles eran muy extrañas.

Había terminado Hogwarts en año anterior con una E en todos sus ÉXTASIS y persuadir a Snape había sido menos complicado de lo que se imaginaba. Quizá la terapia al fin estaba surtiendo algún efecto.

Por supuesto que no la había dejado usar su nombre, según el Ministro, aún tenían enemigos y estar rodeada de muggles no iba a ayudarle mucho. El programa había sido de un año, uno muy interesante en el que se había tomado un descanso de la magia. Un poco.

Faltaba solo una semana para que el sueño terminara y a pesar de los esfuerzos que habían hecho todos para que se quedara por más tiempo, ella se había negado. No estaría fuera por más tiempo, extrañaba a su familia, a sus amigos, le costaba mucho transportarse para las juntas de la Orden de Merlín y tenía muchos otros planes, además Teddy parecía estar creciendo demasiado rápido. Simplemente no se quedaría más tiempo.

Regulus y Snape habían decidido tomarse un año sabático mientras tanto, haciendo esfuerzos para que liberaran a Lucius más rápido y ayudando con Rory. Sabían que ninguno de sus padres estaría al 100% en cuanto Lucius fue soltado un par de meses antes de lo esperado. No estaba siendo fácil, pero seguro que ayudar no les molestaba.

Harry había entrado medio año a la Academia de Aurores y luego había huído despavorido de ahí, simplemente no era su lugar y ahora estaba siendo el asistente del nuevo profesor de DCAO de Hogwarts: Simon Grimsditch. Draco trataba de no actuar celoso.

Draco había estado haciendo algunas inversiones, tratando de arreglar el desastre del dinero familiar y parecía interesado en abrir una fundación o algo por el estilo. Circe simplemente no entendía lo que hacía el rubio.

Ella quería poner su propia tienda de pociones, en la esquina perfecta que marcaba el inicio del Callejón Knockturn. Hacía ya un año que se había patentado la Infusión de Lágrimas y justo ahora volvía de formar el documento del Alterador Genético de Licantropía.

Neville y Astoria ya se habían casado. Justo una semana después de que ella saliera de Hogwarts y seguían lidiando con una solución para la Maldición de sangre. Otro de los motivos por los que Circe necesitaba regresar. Él también había huído de la Academia de Aurores y entrado a trabajar a un jardín botánico. Astoria estudiaba para sanadora.

En cuanto a Pansy, se había casado con Blaise y ahora tenían su propia revista de chismes: La oreja de Merlín. Los gemelos habían abierto una sucursal en Hogsmeade. Ginny estaba de gira jugando de cazadora para un equipo de quidditch profesional y Luna estaba estudiando magizoología.

Queen's se parecía un poco a Hogwarts, lo que hacía a Circe sentirse como en casa. Extrañaba el Colegio, había sido su hogar por demasiado tiempo y desatarse de él iba a ser complicado. Quizá podría ofrecerle a Minnie ayudarle con algunas tutorías voluntarias.

-¡Eileen!-llamó una voz que reconocía.

-Eliza, hola- saludó y corrió para besar a la chica.

-¿A dónde estuviste? Ya sabes que los maestros enloquecen sin ti.

Elizabeth, o Eliza como Circe prefería llamarle era una chica con la que había estado saliendo por unos cuatro meses. Por supuesto nada formal, en realidad no estaban en una relación, solo se divertían y listo. Circe le había informado que no quería nada en serio, que no podía enamorarse y parecí haber quedado claro para las dos. A Circe le aterraba que no lo comprendiera.