𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴

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Leo regreso a los vestidores secando el sudor de su frente con la toalla que traía en el cuello, cuando entró solo quedaba damián quien lo esperaba.

-¡Ey, Dibu! ¿Vos que haces aquí? ¿Y los demás?-Pregunto Lionel mientras entraba a los vestidores.

-Salieron recién un momento, me quedé para esperarte. ¿Estas bien?

-¡Claro! ¿Porque no lo estaría?-dejo la toalla en el casillero y comenzó a desvestir su torso.

-Di María dijo que te vio un poco decaído, me preocupe por vos.

-Eso... Solo fue por el partido.-Termino de cambiarse de ropa y tomó sus cosas para poder salir.-¿Nos vamos?

-Claro.

Los chicos salieron de los vestidores y se dirigieron hacia el transporte que los llevaría devuelta al hotel.

El partido de México vs Polonia había iniciado, se la vieron difícil los mexicanos ante los polacos que lograban quitar el balón, pero al final solo hubo remates y Guillermo deteniendo un posible gol de Polonia, el partido finalizó 0-0 sin más que dar en la cancha regresaron a los vestidores.

Los mexicanos hablaban felices, quizás no habían ganado, pero no habían perdido así que podían estar tranquilos de que en el próximo partido ganarían o quedarían empatados.

Los jugadores terminaron de bañarse y vestirse tomando lugar a salida del estadio para ir a su respectivo hotel, Guillermo terminaba de vestirse cuando le llego una llamada a su celular, lo tomo y volteo a ver al resto de los vestidores en donde solo quedaba Hirving.

-¿Ya terminaste?-Le pregunto Hirving al ver que lo miraba.

-Voy a tardar un rato más ¿Porque no sales con los demás y te alcanzo en un rato?

-Esta bien.-Hirving tomó su mochila y salió del lugar dejando a Guillermo solo en los vestidores.

Memo tomó el celular rápidamente y contestó mientras se recargaba en el casillero.

-Hola, guapo.

-Hablas con el índicado.

-Me entere de su empate,
y siento que es algo
que debemos celebrar.
¿Nos vemos en mi
habitación a las 11:00?

-Claro, me tienes ahí a las 11:00 en punto.

Y colgaron la llamada, eran por ahí de las 10:00 cuando Guillermo salió del estadio acompañado de sus compañeros hacia su hotel, una vez que llegó, se alistó con un pantalón de mezclilla y una camisa sencilla, se aplico un poco de loción y termino con peinarse sus chinos justo antes de salir de su habitación en busca de la de Leo.

Una vez que llegó Leo le abrió la puerta inmediatamente, con una sonrisa en su rostro, el más alto se sorprendió a ver aquel escenario de la habitación de Leo, repleto de rosas rosas, rojas y blancas junto una pequeña mesa en el centro de la habitación, en el centro de esta, unas gardenias, alcatraces de color blanco y unas velas, junto a los platos de plata que se encontraban, aunque para ser sinceros lo que más le sorprendió a Guillermo fue lo que traía Lio puesto, tan solo una batalla de baño el cual descubría su pecho y abdomen.

-Vaya que llegas puntual.-Dejo pasar a Memo dentro de la habitación-Lamento el que me encuentres así, recién iba a bañarme-rió nervioso y tomó una toalla para dirigirse al baño pero una mano lo detuvo tomándolo por la cintura.

-Déjalo así, solo cámbiate.

Leo hizo caso y se fue a cambiar, cuando salió vestía un pantalón mezclilla y una playera, invito a Memo a sentarse en la mesa para después escuchar como tocaban la puerta de la habitación, Memo se exaltó un poco pero Leo solo respondió un "adelante" seguro y confiado.
La puerta se abrió y entraron a la habitación un par de jóvenes meseros los cuales cargaban unas charolas con los platos de comida, dejaron los platos y salieron de la habitación.

-Al parecer alguien se quizo lucir.-Comentó Guillermo en un tono burlón provocando que las mejillas de Lionel tomarán un tono rosado.

-Solo quería hacer algo especial.-Tomó los cubiertos y comenzo a cortar el cordero para poder comerlo.

-¿Como lo lograste?

-¿Que cosa?

-Cuando tocaron la puerta, estabas tan seguro de que eran los meseros y no dudaste sobre si era alguien más.

-Sobre eso-dio una pequeña pausa para tomar de la copa.-Le dije a mis compañeros que iba a ir a algún bar, Así que nadie vendrá a buscarme a mi habitación, no almenos hasta la mañana.

-Pensaste en todo.-Estiro su mano tomando la mandíbula de Lio levantando asi el rostro del contrario-¿Será eso lo que me gusta de ti?-con su dedo pulgar acaricio el labio inferior contrario.

Leo se había sonrojado ante lo dicho por el mayor, reía nervioso queriendo contestar algo, pero al final no pudo contestar nada y solo siguieron comiendo, una vez que terminaron el plato principal los meseros trajeron el postre, un soufle de elote decorado con unos frutos por encima, los dos disfrutaron aquella velada y su comida, al final solo hablaron y bebieron vino tinto durante un buen rato.