❜ ⌗ ..46..✧ *:・

163 29 4
                                    

Leo se despertó al día siguiente y, se sentía fatal, como si hubiera estado tomando durante toda la noche sin haberse medido, y lo único que había hecho era haberse dormido tarde, aunque también exagero en la hora que despertó, pero quería llegar temprano a España para ver lo del contrato con el equipo. Se metió a bañar para espantar el sueño, al igual que le hacía falta por haberse dormido sudado después del ejercicio de anoche.
Se vistió y compro el boleto de avión, tenía un poco de tiempo extra para buscar algo que desayunar, salió de la casa en busca de un buen lugar para comer, aunque si lo pensaba bien, no iba a encontrar algún lugar abierto a tal hora. Manejo un rato para llegar al aeropuerto y tal como pensó, no encontraría nada así que solo llego a sentarse en la sala de espera, para su suerte no paso mucho tiempo cuando llegó el momento de abordar el avión y apenas eran las 6:20 AM, así que llegaría temprano a España.

Después de una hora de vuelo, llegó a su destino donde tomó un taxi para llegar al lugar donde lo habían citado, a decir verdad, le agradaba estar de vuelta en Barcelona, el lugar donde creció profesionalmente, tenía tantos recuerdos en ese lugar,...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de una hora de vuelo, llegó a su destino donde tomó un taxi para llegar al lugar donde lo habían citado, a decir verdad, le agradaba estar de vuelta en Barcelona, el lugar donde creció profesionalmente, tenía tantos recuerdos en ese lugar, recuerdos que le hacían sentirse feliz.
Llegó al lugar donde había sido citado en un horario de 7:40 de la mañana y un señor le atendió, Leo supuso que sería el director técnico y no se equivocó, entraron a una de las oficinas dentro del lugar donde el señor se presentó con una sonrisa en sus labios y le entrego el documento en manos.

—Fácilmente pude haberle dicho por llamada los términos, pero pensé que sería mejor que los leyera por su cuenta, además de que hay una condición extra que no damos a los jugadores, pero según lo sucedido con el PSG, su equipo pasado hemos decidido poner esa condición.

Al escuchar eso se preguntaba que tipo de condición era, en el tiempo que estuvo con el equipo nunca tuvo algún inconveniente, no hasta ese momento que desapareció sin dar explicacion y no se equivoco, cuando terminó de leer el tiempo de contrato, sueldo y los beneficios, aparecía la condición extra: "al firmar el contrato, el jugador estaría aceptando que no podrá faltar más de dos días sin antes justificarlo ante su entrenador, y solo si este se lo permite" era una condición dura pero recordaba que Guillermo no quería verlo y con eso dudaba mucho en tener que hacer algunos viajes para verlo los cuales fueron que provocaron sus faltas, aunque no se arrepentía. Firmo contrato sin pensarlo tanto, quería regresar a España y pasar sus últimos años como futbolista ahí mismo.

—Entonces eso sería todo por hoy, sus entrenamientos iniciarían mañana en la mañana y su primer partido sería hasta la siguiente jornada.—cerro el folder y lo guardo en un cajón.

—Me parece bien, gracias.—salio de la oficina contento por su nuevo contrato, pero con un horario demasiado amplio y sin mucho que hacer.

Pidió un Uber que lo llevará a una tienda de autoservicio, compro algunas cosas para la despensa y una que otra prenda de ropa y con eso se fue para la que anteriormente había sido su casa en España. Al momento que llegó se percató que no tenía la llave de la casa y ahora estaba fuera de esta.

—Mierda..—chisto al ver que en su mochila no llevaba la llave de su mansión.

No tenía una llave de repuesto y aunque sabía perfectamente que no había ninguna llave debajo del tapete a tras de la maceta la busco por esos lugares, no tenía más opciones, solo llamar a alguien que seguro tenía la llave de repuesto y vivía a menos de una hora del lugar, no quería tener que recurrir a ello pero era eso o dormir fuera esa noche. Saco su celular del bolsillo y marco al contacto que tenía guardado como "Padre" no tardaron en contestar, era como si estuvieran esperando la llamada con ansias.

—Hola papá.—hablo nervioso Leo al escuchar como habían contestado la llamada.

—¿Leo, eres vos? ¡Que alegría que marqués, pensé que ya te habías olvidado de tu viejo!

—Jaja, lo siento, he estado ocupado en las cosas del fútbol ¿Está mamá por ahí?

—No, apenas le dije que eras vos se fue a encerrar a su cuarto, ya sabes cómo es.

—Si...  Oyes, ¿será que podras salir de la casa por unas horas?

—Claro ¿Porqué lo preguntas?

—Esque... Estoy en Barcelona en la casa anterior, pero se me olvidó la llave en París ¿Creés poder traerme la que tienes de repuesto?

—Por supuesto, por vos lo que sea hijo, apenas la encuentre voy para allá..

—Gracias papá.

Se escuchó el tono final de la llamada, a los pocos minutos le llegó un mensaje de su padre que le avisaba en que llegaría pronto, y eso le hizo acordarse de aquella platica que tuvo con Hirving sobre las personas especiales en su vida, la verdad es que se sentía mal por haberse olvidado de su padre durante mucho tiempo.
Estaba sentado a la puerta de la casa junto a su mochila y las bolsas de la despensa, empezaba a oscurecer al igual que hacía frío, abrió la mochila buscando su chamarra, esperaba que almenos hubiera empacado eso porque nisiquiera había revisado a detalle lo que había metido, cuando sacó todo se percató que entre algunas playeras y camisas que había guardado había una playera manga larga parecida a un suéter, de Guillermo, la reconoció no solo porque se la había visto puesta, si no porque era más larga y ancha que su ropa. La dejo a un lado de la escalera dónde estaba sentado y comenzó a revisar otra vez su mochila, solo encontró unas camisas y playeras manga cortas juntó sus pantalones, no quería ponerse la playera que tenía a un lado de el, pero era eso o esperar una hora hasta que le dieran la llave para poder entrar. Sin más tomo la playera y se la puso, era algo afelpada por dentro y como siempre le quedaba poco arriba de la rodilla, tenía que admitirlo, amaba la ropa grande que le daba el guardameta y el olor que tenía de este.

 Sin más tomo la playera y se la puso, era algo afelpada por dentro y como siempre le quedaba poco arriba de la rodilla, tenía que admitirlo, amaba la ropa grande que le daba el guardameta y el olor que tenía de este

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora