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Leo porfin llegó a su casa después de un rato de estar esperando un carro que lo llevará hasta ella de dónde estaba, el lugar era lindo, pero tenía demasiados recuerdos que hacía odiar el lugar en su totalidad. Cuando llegó miro a la cocina, se sentía cansado pero con hambre y por primera vez, no tenía comida instantánea en su alacena, solo le quedaba preparar algo de comer, se quedó mirando hacia dentro durante bastante tiempo tratando de decidir si preparar algo o irse a dormir y comer hasta más tarde.

«"No deberías saltarte comidas, es malo para tu salud"»

La frase que una vez le dijo Guillermo le pasó por la mente, y quizás debería hacerle caso, por él.
Se adentro a la cocina y se quedó viendo las cosas que tenía, pero no podía pensar en algo que cocinar así que solo preparo algo sencillo, un sándwich. Termino de comer y subió al piso de arriba para darse una ducha y acostarse a dormir, no se sentía con muchas ganas de hacer alguna actividad ese día, y para ser sincero, prefería estar en cama sin hacer nada, incluso sin hacer entrenamientos, pero después de todo era lo único que le mantenía con un propósito por más triste que sonara.

 Termino de comer y subió al piso de arriba para darse una ducha y acostarse a dormir, no se sentía con muchas ganas de hacer alguna actividad ese día, y para ser sincero, prefería estar en cama sin hacer nada, incluso sin hacer entrenamientos, pe...

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Algunos días pasaron y Guillermo ya estaba recuperándose por completo, seguía al pie dela letra su dieta alimenticia, al igual que tomaba todos los medicamentos y ya porfin había salido del reposo absoluto aunque Hirving no lo dejaba hacer demasiados esfuerzos.
Habían decidido que apenas el médico dijera que Guillermo estaba completamente bien irían juntos a la fiscalía a denunciar a Saúl y hacer los procedimientos, después de todo tenían las pruebas necesarias, su testimonio, el de Hirving y con suerte podrían hacer que Leo hablara sobre lo sucedido, solo contaban con eso, después de todo era muy poco probable que las grabaciones de las cámaras de seguridad de su casa siguieran existiendo.

Durante la mañana Hirving y Guillermo estaban haciendo las cosas de costumbre, Hirving iba por Guillermo a la habitación, le quitaba el tubo que pasaba el suero a su cuerpo e iban a la cocina para preparar algo. Algunas veces Hirving dejaba que el mayor preparara la comida pero ese día no era una de esas veces. Tomo algunos huevos de la despensa y comenzó a romperlos dejando caer lo del interior en un traste dónde le ponía algunas especias junto con cebollín picado vertiendo la mezcla en la sartén a fuego medio. Saco del refrigerador una pieza de jamón y una de queso dejándolos caer encima de la mezcla que ya se estaba cociendo y puso la tapa para dejarlo cocinar por unos pocos minutos. Retiró la sartén del fuego y con una pala doblo a la mitad, sirvió en el plato y decoró con más cebollín y pimientos verdes.

—El mío sin jamón.—hablo Guillermo por detrás, sentado por la barra viendo a su amigo concentrado en su actividad.

Hirving repitió la misma acción de hace un momento solo que sin poner el jamón, tal como lo había pedido el mayor. Una vez termino dejo los platos sobre la barra y se sentó para comenzar a comer, justo en ese momento su teléfono comenzó a sonar, era la alarma que indicaba el medicamento que le tocaba a Guillermo. Nisiquiera había probado un poco de su desayuno cuando ya tenia que levantarse, pero a ser sinceros, no le molestaba ya que era por el bien de Guillermo. 

—Ahorita regreso, no te muevas.—se levanto y camino a la habitación del mayor.

—Como si pudiera ir muy lejos.—dijo entre risas viendo como el otro entraba a su habitación.

Hirving entro a la habitación y comenzó a buscar las vitaminas del mayor. Justo cuando abrió uno de los cajones para buscar el frasco escucho un ruido fuerte desde la cocina, era el ruido de un vidrio roto lo cual le extraño, pero lo que mas le alerto fue el ruido siguiente, un golpe contra el suelo. Salio corriendo de la habitación encontrando al final del pasillo la escena de Guillermo tirado en el suelo con sangre derramada debajo de su cabeza. Rápidamente tomo el teléfono para marcar al 112* y pedir una ambulancia dando su dirección de hotel, estaba un poco asombrado por la situación, después de todo lo que había sucedido, ahora esto, no entendía muy bien que sucedía, hasta hace unos minutos Guillermo estaba alegre hablando y haciendo bromas, solo fue a buscar el medicamento ¿Que fue lo que había pasó?

 Rápidamente tomo el teléfono para marcar al 112* y pedir una ambulancia dando su dirección de hotel, estaba un poco asombrado por la situación, después de todo lo que había sucedido, ahora esto, no entendía muy bien que sucedía, hasta hace unos m...

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Un último capítulo para estas publicaciones diarias, el martes regresamos a publicaciones normales y el lunes empiezo actualizaciones diarias del otro fic, vayan a leerlo porfis 🙏

𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora