𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴

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Entro a la casa dejando sus cosas sobre el piso a un lado del sofá, al principio no le dió importancia al ver que no había rastro de su pareja no hasta que prendió su teléfono y vio que había un mensaje de este.

"Hoy era el vuelo, ya no dije nada pero regreso la siguiente semana”

Era un alivio saber que estaría una semana fuera, ya estaba harto de tener que fingir que consumía las bebidas que le daba tras haberlo visto aplicando el medicamento en los vasos, o incluso tener que soportarlo con sus actitudes.
Apenas vio el mensaje le marco a Hirving, había tenido pequeñas reuniones fuera de dónde entrenaba sobre lo que haría al respecto con el tema de su pareja.

Apenas comenzaba a recordar con claridad las cosas pero entre ellas su divorcio, la relación con Lionel y el secuestro. Estaba decidido a hacer algo al respecto con eso. Odiaba ver a Saúl cada mañana al despertar, el saber que estaba a un lado del tipo que más daño le había hecho, la sola idea de saber que Saúl le trataba como si nada hubiera sucedido le irritaba.

Había acordado verse con Lozano en un restaurante pequeño para hablar. Los días anteriores habían hablado sobre lo que estaba recordando el mayor y de alguna manera Hirving trataba de ayudarle con esto.

Guillermo llegó a dónde habían acordado, ahí estaba Hirving esperándole en una mesa en el fondo del lugar mientras comía algo que acababa de pedir. Se acercó y sentó en la silla frente al menor quien alzó la vista y al verlo sonrió alegre al ver a su amigo de frente.

—¿Entonces? ¿Cuál es el plan?—pregunto Lozano viendo a Guillermo quien tomaba la carta para pedir algo de comer.

—Como te había dicho antes, quiero aprovechar que no esté así no tendrá manera de vigilar mis movimientos, hablaré con la policía y daré mi testimonio, igual quiero que tú y Leo hablen, será más sencillo si los tres declaramos.

—Bien, cuenta conmigo para hablar y en decirle a Leo, pero ¿Después de eso?—guillermo alzó la vista ante la pregunta.

—Solo… iré a la corte y regresaré a jugar con mi equipo, después seré feliz y lo demás, que el destino decida por mi.

—¿No vas a hablar nada acerca de Leo?

—Hirving... De verdad, no quiero hablar sobre eso.—volvio a agachar su cabeza mientras Hirving le veía confundido.

—Esta bien, lo lamento.

Guillermo pidió algo de comer ya que no había podido desayunar durante la mañana, Hirving le prometió acompañarlo a la comisaría para poder declarar.
Mientras Guillermo pedía la cuenta el menor marcaba al número de Leo para hablar sobre el ir a levantar una denuncia a lo que Lionel rápidamente acepto.

—¿Por qué no quieres hablar sobre él?—pregunto al momento de subir a su automóvil y empezar a manejar mientras que Guillermo le volteaba a ver.

—Porque es confuso, se que recuerdo bien lo que fuimos y que estoy seguro de todo lo que siento por él, pero es algo extraño, hasta hace poco él solo era un amigo al que no recordaba.

—No se cómo se siente eso, pero me lo imagino, al menos en lo más mínimo.—respondió sin voltear a verlo, solo con su vista al frente del parabrisas sin dejar de manejar.

Entraron al lugar donde ya estaba Lionel esperándolos. Hirving se acercó directamente al argentino para saludarle mientras que Guillermo repetía la acción de su amigo.