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Guillermo se levantó de la cama un tiempo después de terminar el acto anterior mientras buscaba ropa dentro de su maleta para meterse a bañar cuando vio a Lionel sentado sobre la orilla de la cama.

—¿Sucede algo?—se puso enfrente de Lionel mientras acariciaba sus cabellos castaños.

—Me duele...—dijo mientras tomaba del hombro a Guillermo con la cabeza agachada.

—Bueno, tu me dejaste la espalda arañada, y al menos con eso ya viste que no estoy viejo.

—Retiro lo dicho en la mañana, vos no estás TAN viejo, solo un poco y lamento lo de tu espalda.—solto una risa.—Igual te había dicho que no lo hicieras tan rápido.

—¿Me estás diciendo que esos gemidos que decían "Guillermo, más rápido, porfavor" fueron mi imaginación?—se le quedó mirando a los ojos mientras Lionel se quedaba callado sin decir nada.

—Bueno... ¿Me ayudas a pararme?—alzo sus brazos para que el mayor pudiera tomarlo.

—Ven, te vas a bañar conmigo.—lo tomo de los brazos ayudándole a pararse, no era que no pudiera caminar, pero le costaba por el dolor de cadera.

Cuando salieron del baño Guillermo le tuvo que prestar ropa a Lionel, le dió un pantalón junto a una camisa, y cuando el menor terminó de vestirse salió a buscar a Guillermo quien estaba en el cuarto de lavado metiendo las cobijas que se habían en...

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Cuando salieron del baño Guillermo le tuvo que prestar ropa a Lionel, le dió un pantalón junto a una camisa, y cuando el menor terminó de vestirse salió a buscar a Guillermo quien estaba en el cuarto de lavado metiendo las cobijas que se habían ensuciado dentro de la lavadora.

—Guillermo, esto me queda enorme.—el pantalón le quedaba por la cadera que era lo que lograba sostener la prenda y la camisa era larga, tanto del torso como de las mangas.
Guillermo termino de verter el jabón y suavizante cuando volteo a mirar a Leo con su ropa, soltó una carcajada, no le quedaba tan ancha, pero si lo suficiente como para ser 1 talla más grande que la de Leo.

—No exageres, no está gigante, ni que fuera gordo.—lionel sonrió un poco tratando de aguantar la risa.—¿Ahora qué?—el menor se acercó a Guillermo tocando su panza.

—Solo un poquito.—acariciaba la barriga de el mayor, Guillermo este soltó un suspiro junto una sonrisa en su rostro, le parecía tierno ver a Lionel actuando de tal manera, lo tomo de la mano para salir del cuarto de lavado.—Oye.

—Dime.

—¿Y si vamos a mi casa? Así busco ropa mía y no tengo que ocupar está ropa gigante.

—Bueno... No es tan mala idea, igual tengo que pasar por unas cosas.—se dirigió al cuarto donde tomó sus prendas y las guardo en la maleta que llevaba.

—¿Volverás a planchar tu pelo?—se acercó a Guillermo quien lo tomo de la cadera para abrazarlo.

—Si ¿Porqué?

—Te ves lindo con tu pelo lacio.—le dió un beso de piquito, sonrió y dió la vuelta saliendo de la habitación dejando ahí al mayor.

Termino de arreglarse y fue a sacar las sábanas de la lavadora para tenderlas en el patio, una vez termino fue a buscar a Leo quien estaba listo desde hace rato, tomaron sus cosas y salieron de la casa, en el camino Guillermo bajo en 2 tiendas diferentes a comprar algunas cosas, Lionel no preguntó sobre que era, cuando llegaron a la casa de Lionel este corrió a su habitación para cambiarse y Guillermo fue detrás de el a paso natural después de sacar las cosas del carro.
Cuando subió hasta la habitación, Lionel ya tenía una bermuda y aún seguía con su camisa.

—Pense que ya te habrías quitado la camisa gigante.

—Me gusta el diseño.—se sentó sobre la cama y sus pies arriba de esta.

—Quédatela si gustas.—se puso enfrente de el y le dió un beso en los labios, justo después le dió un bote de crema y se sentó dándole la espalda.—Ahora ayudame a ponerme esto.

Lionel tomo la crema y la abrió mientras que el mayor descubría su espalda dejando al descubierto los rasguños que le había echo el menor en la mañana, no eran tan profundos pero lo había dejado rojo y algunas marcas de uñas en este, tomo un poco de crema y comenzó a untar por el área aruñada.

—Tengo una pregunta.—hablo Guillermo mientras sentía la pomada fría sobre su piel.

—¿Cuál es?

—La primera vez, entre nosotros, al día siguiente que hablamos dijiste "tu me gustas desde hace un tiempo, y esa es la razón por la que te cite anoche para decirte eso" pero... Anteriormente no habíamos hablado entonces. ¿Te guste solo por el físico?—Leo soltó una risa ante lo que había dicho Guillermo.

—Sabia que no te acordabas de nada, me di cuenta cuando me dijiste "hace un tiempo que te veo y me resultaste atractivo" pero pensé que con el tiempo lo recordarías.

—¿Recordar que?

—La primera vez que nos conocimos fue en el mundial de Rusia.—alzo la camisa de Guillermo indicándole que había terminado. Este abrocho su camisa y se dió vuelta mirando a Lionel a los ojos.

—¿En Rusia? No recuerdo nada.

—Y asi esta mejor. ¿A qué hora sale tu vuelo? Ya es un poco tarde y no quisiera que por mi culpa perdieras un vuelo.

—Bueno, el avión sale a las 18:50 y todavía son las 16:00 así que aún hay tiempo.—se recostó en la cama y abrazo a Lionel mientras jugaba con los cabellos de este cuando sintió a Lionel sentarse sobre su regazo.

—¿Una ronda más?—guillermo se le quedó mirando con una sonrisa en su rostro.

—¿Una más?

—volveremos a vernos hasta sepa cuándo, que valga la pena este encuentro.—lo beso mientras desnudaba al mayor y este lo desnudaba a el.

—lo beso mientras desnudaba al mayor y este lo desnudaba a el

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𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora