𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴

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—Si, tengo un plan, sin la necesidad de meter a la policía, después convenceremos a Guille de que lo mejor es denunciar.

—Bien, te escucho.

Leo le hablo sobre lo que había planeado, e Hirving lo corrigió en varias partes que estaban mal concretadas, al final armando el mejor plan posible, si todo se hacía al pie de la letra, todo saldría perfecto.
Casi no hablaron sobre ellos mismos, solo sobre la relación que tenían con el guardameta mexicano y cosas relacionadas con su trabajo, en algún momento que Leo tomaba su café quejándose del sabor Hirving se le quedó mirando, de abdomen a cabeza, como si una máquina lo analizara y eso incomodaba a Leo.

—Lo quieres mucho.—hablo mientras el otro escribía en una servilleta todo lo hablado.

—Lo amo.—corrigió al menor, dejando el bolígrafo de un lado.

—Quizas no sea el mejor momento para decírtelo, pero no quisiera que salgas lastimado, por culpa de Memo...—se callo por un momento mientras el otro lo miraba confundido.—el no te quería en realidad, o almenos fue lo que me dijo en Qatar, solo sería una aventura del viaje, pero veo que siguió con eso, incluso hasta llegar a pedirle el divorcio a Saúl, con eso, espero que tenga la idea de pedir una relación oficial y no mantenerla en secreto como si fuera algo malo.

—Ya lo sé.—dijo con una sonrisa en su rostro.—Supe desde el inicio que no me quería, sus besos nunca tenían esa sensación de cariño, eran toscos y secos.—lo que acababa de hablar llamo la atención del mexicano.

—¿Qué? ¿Entonces porque?—pregunto sorprendido por lo antes dicho por el menor.

—Porque lo amo, suena un poco excesivo porque lo invite a salir, me acosté con el y cuando hablamos le dije eso, pero es más que eso, a el lo conocí incluso antes del mundial de Qatar, aunque sea un tonto y no se acuerde de eso, igual lo quiero, y creo que eso es lo que lo hace especial.

—Aun así no te entiendo.

—Hirving... Cuando amas a alguien no importa si sabes que te está mintiendo, vos le creerás cada cosa que te digan, y al final valió la pena, aún después del mundial, sus besos eran secos, pero hace poco... Sus besos comenzaron a ser suaves, dulces, tiernos, y podría seguir con todas las cosas lindas que a hecho por y para mi.—el mexicano veía al argentino quien tenía en sus ojos un brillo inolvidable junto una mirada que vacilaba en los recuerdos de aquellos momentos.

—Quizas no lo entiendo porque nunca he tenido una pareja.—sonrió un poco y volvió a mover la cuchara de su café para tomar un sorbo.

—Oye.

—¿Si?

—Dices que Guille te cuenta todo, y quería preguntar por algo que dijo, algo que me llamo la atención.

—Claro, pregunta.

—Bueno, el había dicho algo como "debí haber pedido el divorcio desde el primer momento en que me enteré que me engañaba." ¿Sabes de qué hablaba exactamente?—hirving no contesto, se quedó mirando a la nada, pensando por un tiempo.

—Creo saber que se refiere con "me engañaba" y el momento exacto en que pasó, pero no estoy al cien porciento seguro, por lo que no puedo confirmarte nada.—se quedo ahí terminando de tomar el último sorbo de café de la taza.

—Esta bien, será para la próxima, supongo.

—La próxima será Memo quien nos lo explique.—se levantó de la silla.—me tengo que ir, nos veremos mañana para hacer lo planeado, por hoy descansa, Leo.—se acercó hasta el mayor y le acaricio la cabeza alborotandole el cabello.

—Esta bien, gracias por todo Hirving.—alzo la mirada para verlo y le sonrió amablemente.

—Dime Chucky, a como vas con mi hermano quizás terminemos siendo cuñados.—le guiño el ojo y con eso salió del lugar para irse a hospedar a algún lugar.

Y Leo, se sentía más tranquilo, acababa de conseguir quien lo ayudará y la aprobación del mejor amigo de Guillermo, y no cualquier mejor amigo, el que era su hermano de corazón, se sentía más aliviado por eso, y tenía fe en el plan, todo saldría bien y si era posible, Guillermo y el iniciarían una relación oficial, quizás se estaba adelantando, pero anhelaba con casarse con el mexicano y si este quería, adoptar a un niño para formar una familia, no podía esperar al día de mañana, quería que todo fuera perfecto, pero nadie podía asegurarle que así fuera, y aún así, el confiaba en que todo saldría según lo planeado, nada fallaría.